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Cano, Alonso.-

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lonso Cano nació en Granada un diecinueve de marzo de 1601, siendo bautizado en la iglesia de San Ildefonso. Hijo del artesano manchego Miguel Cano, componían su familia dos hijas y cuatro hijos. En 1615 la familia se traslada a Sevilla, por haber recibido su padre un importante encargo. Esto fue de vital importancia para su carrera, ya que Sevilla era el centro artístico más importante de la época.

Aunque al principio trabajó en el taller de su padre, pronto se trasladó al de Francisco Pacheco, donde aprende pintura con Velázquez, ambos vivieron y trabajaron juntos en la misma casa durante cuatro meses. De su padre aprendió la profesión de arquitecto y retablero, y al parecer de Martinez Montañés la de escultor. Obtuvo la licencia del gremio de pintores en 1626.

Se casó dos veces. La primera en 1625 con una viuda de aproximadamente su misma edad llamada María de Figueroa, posiblemente hija del arquitecto y escultor Luis de Figueroa. El matrimonio solo duró dos años, pues su mujer muere, al parecer en un parto. En 1631 contrae nuevas nupcias, esta vez con una joven de doce años, María Magdalena de Uceda, sobrina del pintor Juan de Uceda, que tenía a Alonso Cano en buena estima, como se deduce por los encargos que le hizo. Fueron estos años, hasta su marcha a Madrid, en 1638, los más prósperos y felices en su vida.

El motivo de su marcha a Madrid no esta muy claro, Harol E. Wethey niega que la causa fuera un duelo, pensando que se debió su marcha al hecho de que fuera llamado por el valido de Felipe IV, el Conde Duque de Olivares. Permanece en la corte, como pintor y ayudante de cámara de Olivares, hasta 1652, lo que indica su posición de favor en la Corte. aquí continuó su buena relación personal y laboral con Velázquez.

Un trágico suceso truncó la felicidad de Cano, en 1644, su joven esposa muere asesinada, hecho que le fue imputado al artista. Aunque sometido a tortura, fue encontrado inocente. Huyó a Valencia, buscando refugio en un monasterio cartujo decidido a hacerse monje.

En 1652, en la cumbre de su éxito, decidió retirarse a Granada para recibir las órdenes religiosas, obteniendo el cargo de racionero de la Catedral, gracias a la intervención de Felipe IV. Los canónigos le asignaron un estudio en el primer piso de la Torre de la Catedral. Allí dedicó su tiempo como prebendado para completar la decoración de la Capilla Mayor. Sus constantes enfrentamientos con los canónigos retrasaron su ordenamiento, llegando incluso a cuestionar su capacidad como pintor. Este deseo de recibir las órdenes religiosas lo consigue en 1657 en Salamanca.

Al final de su vida logra ser nombrado maestro mayor de la Catedral, aunque gozó poco de ese honor pues murió al poco tiempo. No fue un hombre muy astuto en cuestiones económicas, pues a pesar de sus muchos trabajos endeudó, llegando a ser encarcelado. Su amigo y colaborador Juan del Castillo pagó la fianza para su liberación. Lo mismo que Rembrandt, su vida tocó al final con poca gloria. Muere el 3 de septiembre de 1667 en Granada, siendo enterrado, según un deseo, en la cripta de la catedral.

Al polifacético Alonso Cano hay que definirlo como uno de los artistas más originales y geniales de nuestro llamado Siglo de Oro de las artes del barroco español (en este sentido hay que reconocerlo también como el creador de la escuela granadina). Nunca fue un mero seguidor de modelos ajenos y ya creados, sino que abierto a diferentes influencias, produjo los suyos propios en los que su personal concepto espiritual jugó un papel destacado. Es por ello por lo que se convierte en uno de los definidores estéticos de los temas iconográficos fundamentales de la religiosidad del siglo XVII, religiosidad hoy latente en sus obras, siempre cargadas de trasfondo y comunicativa espiritualidad.

En su obra no hace uso del popularismo fácil y halagador ni de los aspectos rudos o vulgares del realismo de la época (tendencias presentes en otros artistas coetáneos) sino que domina en ellas una serena distinción, una elegancia contenida de raíz clásica.

Hay que destacar sus capacidades como gran proyectista por sus originales soluciones tanto ornamentales como espaciales. La fachada de la Catedral de Granada es un claro ejemplo de lo Expuesto.

Su sensibilidad creadora fue capaz de dar forma a emociones espirituales plenas de intimismo y tono místico, y ello podemos comprobarlo en escalas tan diferentemente acusadas como las de las cuatro grandes tallas (restauradas en el 2002) de más de dos metros de altura realizadas para el desaparecido convento del Ángel (Granada)y en el Niño Jesús bendiciendo de tan solo 11 centímetros, de colección privada o la excelente versión de la Santa Clara, perteneciente a la clausura del Convento de la Encarnación de Granada o las esculturas de los bustos de Adán y Eva

Dentro de la iconografía mariana destacan la monumental Virgen del Rosario de la Catedral de Málaga, la Virgen de la leche del Museo de Guadalajara y la Virgen de Belén del Museo de la Catedral de Granada.

Cano fue creador de un tipo muy personal de Inmaculada, pudiéndose seguir aquí su evolución desde los orígenes tipológicos de las de Pablo de Rojas y Martínez Montañés en escultura, o las de Francisco Pacheco en pintura. De las manos de Cano hay que destacar Inmaculadas como la de la Sacristía (realizada en un principio como remate para el facistol -atril de grandes libros-) o la Inmaculada de San Julián (Sevilla) en escultura, y en pintura la Inmaculada de Berantevilla (Álava) por su rico colorido y movimiento trasmitiéndonos la idea de triunfo y la Inmaculada de la Sala Capitular de la Catedral de Granada donde llama la atención su profunda y recatada concentración y espiritual elegancia.

Igualmente Alonso Cano realizó monumentales lienzos de la Vida de la Virgen, realizados para ser contemplada a más de 25 metros de altura en la Capilla Mayor de la Catedral de Granada.

En el 2002, se celebró en Granada una Magna Exposición titulada “Alonso Cano: Arte e Iconografía" cuya clausura se celebró el 15 de octubre en conmemoración del IV Centenario del nacimiento del artista granadito y celebrada en la restaurada Curia Eclesiástica. El número total de piezas que se mostraron fueron 94, repartidas de la siguiente manera: Pintura (33), Escultura (25), Documentos (12), Fotografías (20) y Otros (4).

Bibliografía: Exposición titulada “Alonso Cano: Arte e Iconografía". Curia Eclesiástica de Granada. 2002.

Fotos: Francisco Santiago©

Conocer Sevilla 2004 - Francisco Santiago©