 uan Martínez
Montañés, El Dios de la Madera, nace en
Alcalá la Real en 1668, siendo bautizado
en la iglesia parroquial de Santo
Domingo de Silos el 16 de marzo de ese
mismo año. Era hijo de un bordador del
mismo nombre procedente de Zaragoza y
avecindado en Alcalá la Real. Su madre,
la alcalaína Marta González, descendía
por línea materna de los conquistadores
y primeros pobladores de esta población.
Es posible que la
vocación artística de Martínez Montañés
surgiera de su propia familia y en los
talleres alcalaínos, y no cabe duda,
según algunos historiadores de su
presencia en el taller granadino de su
paisano Pablo de Rojas hacia el año
1579.
En 1582 le
encontramos ya en Sevilla, donde sería
examinado ante los alcaldes veedores del
gremio de escultores y entalladores,
estando el los talleres de Jerónimo
Hernández y Gaspar Núñez Delgado, siendo
a partir de 1588 cuando ya es maestro
escultor.
A partir de entonces
comienza su obra en la capital
hispalense, visitando Madrid en 1635
para esculpir el retrato de Felipe IV
que formaría parte de la estatua que hoy
puede admirarse en la plaza de Oriente.
Murió en Sevilla a consecuencia de la
peste, siendo sepultado el 18 de junio
de 1649 en la parroquia de Santa María
Magdalena.
Su obra
En su producción
artística se distinguen varias etapas:
el periodo formativo(1588.1605); la
etapa magistral (1605-1620); el decenio
crítico (1620-1630), con la pérdida de
sus discípulos Juan de Oviedo y Juan de
Mesa tras una grave enfermedad que le
retuvo cinco meses en el lecho y de
diversos pleitos; y el periodo
plenamente barroco de la apoteosis final
(1630-1643).
La obra de este
ilustre imaginero se conserva
fundamentalmente en Sevilla y otros
lugares de Andalucía, España y América
hispana. Para no extender esta visión
del imaginero con una relación de sus
imágenes, retablos y esculturas, se
citan continuación algunas de las que
están documentadas e identificadas.
Así, en la Catedral
sevillana, el Crucificado de la
Clemencia (1603) y la Inmaculada
conocida como “La Cieguecita” (1629-30);
en la parroquia del Sagrario, el Niño
Jesús; en la iglesia de la Anunciación,
San Ignacio, San Juan Bautista y San
Francisco de Borja; en el Museo de
Bellas Artes, Santo Domingo y San Bruno
(1634).
En el convento de
Santa Clara, el retablo mayor, la
Inmaculada, Santos Juanes y San
Francisco de Asís; en las Carmelitas
Descalzas, Santa Ana y la Virgen; en
Santa Paula, San Juan Evangelista; en
Santa Isabel, el retablo del Juicio
Final…
Hay igualmente obras
documentadas e identificadas en Lima,
Oruro, Llerena, El Pedroso, Benacazón,
Medina Sidonia, Cilleros y especialmente
destacadas, en Santiponce y Jerez de la
Frontera. Habría que añadir
decenas de imágenes que le han sido
atribuidas, algunas con total fundamento
crítico como el Jesús de Pasión (1619)
de la iglesia del Salvador y actualmente
en La Misericordia, que procesiona en
Semana Santa o el Cristo de los
Desamparados de la iglesia del Santo
Ángel. Montañés está considerado como un
artista original, creador de temas
iconográficos y fórmulas artísticas.
Como gran maestro del
Siglo de Oro que fue, influyó
profundamente en la imaginería
religiosa, gozando en vida de un gran
renombre al conocerse en los ambientes
artísticos y populares como el "Lisipo
andaluz" o el "Dios de la Madera".
 
Fotos: Francisco Santiago© |