Eustaquio Ilundaín y
Esteban, nació en Pamplona en
1862, dedicandose a la carrera
eclesiástica apenas concluida la
instrucción primaria, ingresando en el
seminario de su ciudad natal y
graduándose como Doctor en Teología en
el seminario central de Toledo. Fue
ordenado sacerdote en Pamplona en 1886,
ejerciendo en su seminario como profesor
hasta que en 1890 obtuvo por oposición
la Canonjia Magistral de Ciudad Real.
Posteriormente,
reclamado por el Obispo de Segovia, fue
nombrado Arcipreste de aquella Catedral
y Rector del Seminario. La otra tarea
que desempeñó en Segovia fue el Gobierno
de la Diócesis durante la ausencia del
prelado. Por ello y a requerimiento del
Nuncio en España del Papa, Monseñor
Rinaldi, fue presentado para ocupar la
sede vacante del obispado de Orense,
siendo consagrado como tal el 13 de
marzo de 1905. En
tierras gallegas permaneció por espacio
de 15 años, desarrollando una intensa
labor pastoral. Hombre de estudios serio
y ceremonioso, aunque también con fama
de rígido y tozudo, Ilundaín rigió la
extensa Diócesis Hispalense desde 1921
hasta 1937, recibiendo el capelo
cardenalicio en 1925.
Durante su mandato le
tocó vivir el período más conflictivo de
la historia de la Iglesia de Sevilla en
el siglo XX, los años tranquilos y
apacibles de la dictadura de Primo de
Rivera, en los que se celebró el Magno
Congreso Mariano Hispanoamericano, los
duros y difíciles de la Segunda
República y los trágicos del inicio de
la Guerra Civil. Falleció el 10 de
agosto de 1937, sucediéndole al frente
de la Diócesis el Cardenal Segura.
Fotos: Francisco Santiago© |