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González de Mendoza, Pedro.-

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Nació en Guadalajara el 3 de mayo de 1428. Quinto hijo de don Iñigo López de Mendoza, 'I Marqués de Santillana', y de doña Catalina Suárez de Figuerola. En 1442 marchó para formarse con su tío, don Gutierre Álvarez de Toledo, Arzobispo Primado de Toledo. A la muerte de su tío en 1445, regresó a Guadalajara.

En 1446 pasó a la Universidad de Salamanca, doctorándose en Derecho Civil y Derecho Eclesiástico. Con la enorme influencia y poder de su familia, en 1452 consiguió entrar en la Corte de Juan II de Trastámara. En mayo de 1454 el monarca castellano solicitó al Pontífice el 'Obispado de Calahorra y de Santo Domingo de la Calzada' para don Pedro González de Mendoza. Juan II falleció en Valladolid el 21 de julio de 1454. Ante la nueva situación, Pedro González de Mendoza se trasladó a Segovia para ofrecer su lealtad a Enrique IV. Estando en Segovia, llegó la Bula Papal concediendo a Pedro González de Mendoza el Obispado solicitado por Juan II. El nuevo Obispo repartió durante unos meses la residencia entre Calahorra y Santo Domingo de la Calzada.

A finales de 1546 el Obispo Mendoza se trasladó a Palencia para acompañar a Enrique IV, concertando el matrimonio de don Beltrán de la Cueva con su sobrina María de Mendoza. El matrimonio no llegó a fructificar debido a la negativa de la hermana del Obispo Mendoza. En 1457 se recibió la Bula de la Cruzada del pontífice Calixto III, defendida por el Obispo Mendoza. El 25 de marzo de 1458 falleció don Iñigo López de Mendoza 'I Marqués de Santillana', pasando el mayorazgo y títulos al primogénito don Diego Hurtado. Después de unas pésimas relaciones de los Mendoza con el monarca castellano, en 1459, acusándolos de conspiración, Enrique IV tomó por sorpresa la ciudad de Guadalajara y su Alcázar, expulsando a los Mendoza. La familia Mendoza se tuvo que trasladar a Hita.

En 1460 se llevó a cabo el matrimonio de María de Mendoza con don Beltrán de la Cueva. En 1462 nació en el Palacio de Guadalajara don Rodrigo de Mendoza, hijo de don Pedro González de Mendoza y doña Mencía de Lemos. Durante los años (1462 - 1465) hubo un gran número de alteraciones en Castilla, con el levantamiento de gran parte de la nobleza, con la indecisión del monarca respecto al reconocimiento de su hija Juana la Beltraneja, con las intrigas de diversos bandos proponiendo la abdicación del monarca y la coronación de uno de los hermanos (bien don Alfonso o doña Isabel). En estos momentos difíciles, la familia Mendoza (El Marqués de Santillana y don Pedro González de Mendoza) y el Conde de Tendilla mostraron su fidelidad a Enrique IV, siendo sus más sólidos pilares.

En 1468 don Pedro González de Mendoza fue nombrado Obispo de Sigüenza, diócesis más rica que la de Calahorra, recibiendo además la Abadía de la Iglesia Colegial de Valladolid, que había quedado libre con la muerte de Fray Juan de Torquemada. Doña Mencía de Lemos, que vivía en el Castillo de Manzanares, en 1468 da a luz a Diego, segundo hijo del Obispo de Sigüenza, que apellidará Hurtado de Mendoza.

Mientras don Pedro González de Mendoza acompañaba a Enrique IV a Andalucía para someter a la revuelta, el 19 de octubre de 1469 contraían matrimonio el príncipe Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla. La firme lealtad de don Pedro a Enrique IV, por gracia del pontífice Paulo II, fue recompensada con la Abadía de San Zoilo (Carrión de los Condes).

El papa Paulo II moría en 1471, su sucesor el pontífice Sixto IV envió al cardenal don Rodrigo de Borja (futuro pontífice Alejandro VI) para limar las diferencias entre el monarca y su hermana Isabel. El Obispo de Sigüenza fue a Valencia para recibir al cardenal de Borja, alojándole en su Palacio de Guadalajara, y haciendo de anfitrión en largos viajes por Castilla.

Entre los dos eclesiásticos surgió una gran amistad, propiciando que el papa Sixto IV, habiendo oído al Cardenal Rodrigo de Borja, el 7 de marzo de 1473 nombrase Cardenal a don Pedro González de Mendoza con el título de 'Santa María in Dominica', al que luego añadiría el de 'San Jorge', y posteriormente el de 'La Santa Cruz'. Cuando la elección llegó a Guadalajara, el monarca Enrique IV ordenó que se intitulase Cardenal de España, título que se convirtió en 'Gran Cardenal de España', como se le conoció en adelante a don Pedro González de Mendoza.

En 1473, a instancias de Enrique IV, el papa Sixto IV designó al Cardenal Mendoza como Arzobispo de Sevilla. Enrique IV moría el 11 de diciembre de 1474, designado al Cardenal Mendoza como albacea testamentario. El Gran Cardenal de España, con una clara perspicacia política, se decantó por la sucesión de doña Isabel, esposa de don Fernando II de Aragón y hermanastra de Enrique IV. Mediante las diligencias del Cardenal, en presencia de éste y de doña Isabel, Fernando el 2 de enero de 1475 juró en Segovia como Rey de Castilla y de León.

Desde entonces la colaboración del Gran Cardenal con los Reyes Católicos fue muy estrecha.  Se distinguió tanto en el sitio de Zamora, la batalla de Toro, como en la guerra de Granada, siendo él quien se encargó de bendecir la Granada recién conquistada. Consejero de los Reyes Católicos, contribuyó a la pacificación del reino sometiendo a buena parte de la nobleza. El blasón de los Mendoza con bandas verdes y la leyenda 'Ave María' fue respetado en toda la Península.

Isabel la Católica el 15 de junio de 1476 legitimaba a los dos hijos habidos entre el Gran Cardenal y doña Mencía de Lemos. En 1478 el Cardenal Mendoza recibió el Obispado de Osma, siéndole concedido la Abadía de Santa María de Moreruela.

En 1478, el papa Sixto IV otorgó al Cardenal Mendoza la autorización para que pudiera testar en favor de sus hijos: el mayor, don Rodrigo de Mendoza, 'Marqués de Cenete', que nació en 1462 en el Palacio de Guadalajara; y don Diego Hurtado de Mendoza, 'Conde de Mélito' y 'Señor de Almenara', que nació en 1468 en el Castillo Real de Manzanares.

El 1 de julio de 1482 moría el Arzobispo de Toledo, don Alonso Carrillo de Acuña. El 13 de diciembre de 1482, el Cardenal Mendoza alcanzaba el arzobispado de Toledo, renunciando a las otras diócesis que hasta entonces había gobernado, exceptuando la diócesis de Sigüenza. El Cardenal Mendoza recibió en 1486 la verdadera legitimación de sus hijos de manos del pontífice Inocencio VIII. La reina Isabel la Católica lo confirmó el 3 y 12 de mayo de 1487. Los Reyes Católicos otorgaron al Gran Cardenal Mendoza la competencia de instituir Mayorazgos en favor de sus hijos. En el documento se cita a un tercer hijo del Cardenal, don Juan de Mendoza, hijo de la vallisoletana Inés de Tovar, nacido años después.

Alonso de Quintanilla facilitó que Cristóbal Colón y el Gran Cardenal se conocieran, y éste a su vez se encargó de facilitar que Colón plantease su proyecto a los Reyes Católicos.  Al regreso del primer viaje de Colón en 1493, el Gran Cardenal introdujo a Cristóbal Colón en la nobleza. El Cardenal Mendoza murió en su palacio de Guadalajara el 11 de enero de 1495. Su cadáver fue trasladado hasta la catedral de Toledo, donde aún se conservan sus cenizas.

Fotos: Francisco Santiago©

Conocer Sevilla 2004 - Francisco Santiago©