Fray Luis nació en
Belmonte (Cuenca) -que no en Belmonte de
Tajo, como afirman algunos manuales o
ediciones críticas de sus obras- el
mismo año en que nacía Felipe II (1527).
Era hijo del abogado y consejero áulico
Lope de León y de Inés Varela. Su
familia se traslada -y él con ellos-
enseguida a Madrid, y él mismo, cuando
ha cumplido los catorce años se marcha a
estudiar a Salamanca (la ciudad más
importante en la vida de Fray Luis).
Ingresa pronto, y allí, en los
agustinos, en cuya orden profesa en 29
de enero de 1544. Estudia, con Fray Juan
de Guevara filosofía, y con Melchor Cano
teología. La exégesis bíblica se la
dirigió Cipriano de la Herga. Bachiller
en Toledo y doctor en Teología por
Salamanca. Y empieza la carrera de las
cátedras: la de Biblia, la de Santo
Tomás; tras la cárcel, la de Filosofía
Moral, de nuevo la de Biblia ... Pero
desde el 27 de marzo de 1572 hasta el 7
de diciembre de 1576, Fray Luis estuvo
en la cárcel; de esta época son estos
dos brevísimos versos: "Aquí la envidia
y mentira me tuvieron encerrado"
La causa de que se le abriera un proceso
inquisitorial, se cifra -por un lado- en
la defensa que Fray Luis hacía del texto
hebreo del Antiguo Testamento frente a
las versiones latinas de la "Vulgata",
actitud que bastantes de sus enemigos
relacionaron pronto con ciertos
antecedentes judíos por parte materna, a
lo que quisieron sacar partido. Por otro
lado, se le acusó de haber efectuado la
versión en castellano del "Cantar de los
Cantares", pese a la prohibición del
Concilio de Trento de traducir textos
sagrados a un idioma vulgar. Pero, a
juicio de no pocos historiadores, en el
asunto latía un problema de fondo más
importante: las enconadas disputas entre
distintas órdenes religlosas, a lo que
se unía el manifiesto celo inquisitorial
de la época. Fue al
salir de la cárcel, incorporado a la
Cátedra de Teología Eclesiástica, cuando
Fray Luis pronunció la ya mítica frase
"decíamos ayer..." en la primera clase a
la que asistió; clases en las que por
cierto, se ganó un gran prestigio entre
los alumnos. La muerte le llega siendo
Provincial de su Orden en Madrigal y sus
restos reposan en la Capilla de la
Universidad de Salamanca.
LA ÉPOCA
Fray Luis vive en los reinados de Carlos
I (hasta 1556) y de Felipe II. Es la
época del Segundo Renacimiento, del
Renacimiento cristiano, del que
-precisamente- él es el principal
representante, a la vez que está a la
cabeza de la denominada Escuela
Salmantina, caracterizada por el
armónico equilibrio entre la expresión y
el contenido literarios.
En este momento histórico, España se
orienta casi por entero hacia la
preocupación religiosa, impulsada por la
Contrarreforma y en oposición al avance
del protestantismo. Como consecuencia,
España producirá una cultura
esencialmente nacional y esencialmente
católica. En este ámbito, se proyecta la
figura de Fray Luis, profundamente
cristiano, carácter que se ve latiendo
en todo lo que hace. Un carácter
profundamente cristiano, pero culto,
formado; la Biblia, Platón, la
Escolástica, Aristóteles, etc.; se fija
y estudia todo aquello que le pueda
aportar elementos de fe.
Fotos: Francisco Santiago© |