Bienvenidos a nuestro Portal

                         E-mail:  info@artesacro.org

   Portada | Noticias | Boletín | Contacto

Historia Sitios con Solera Cultura y Ocio Arquitectura Monumentos Semana Santa en Sevilla La Feria de Abril

Zurbarán, Francisco de.-

Esta en: Portada / Biografías

La Virgen Niña (Nueva York. Metropolítan Museum)Francisco de Zurbarán, nació en Fuente de Cantos, Badajoz en 1598 y murió en Madrid en 1664. Se forma en Sevilla, entre 1614 y 1616 donde conoce a Velázquez, y pinta una serie de óleos para el Convento de la Merced.

En 1627 pintó su primera gran obra importante firmada y datada: la Crucifixión del oratorio de la sacristía del convento dominico sevillano de San Pablo el Real, para el que en 1626 había contratado la realización de veintiún cuadros en ocho meses.

En 1634, Felipe IV lo designa Pintor Real. Bajo la supervisión de Velázquez ejecuta las doce telas sobre Los trabajos de Hércules, para adornar la parte alta del Saloncete del Palacio del Buen Retiro, de Madrid. Entre 1637 y 1639, ejecuta dos grandes ciclos de obras religiosas para la Cartuja de Jerez de la Frontera (Andalucía) y el Monasterio de Guadalupe (Cáceres, Extremadura).

Menguada su clientela, el pintor se instala en Madrid, en 1658, protegido por Velázquez. Su pintura se caracteriza por un profundo estudio de la naturaleza y un modo enteramente personal de percibir los efectos del claroscuro. A pesar de ser pintor realista, tuvo la aspiración de idealizar sus pinturas inspiradas en su fe de católico, y de ahí que sus obras sean profundamente religiosas y espiritualistas. Tan aficionado a los temas tanto de niños como de frailes, podemos destacar sus cuadros: La Virgen Niña (Nueva York. Metropolítan Museum), El beato Enrique Susón y El refectorio de los Cartujos (Sevilla. Museo Provincial de Bellas Artes) y La Inmaculada Concepción y El Redentor (Museo del Prado, Madrid)

En 1629 se estableció  La Inmaculada Concepción (Museo del Prado, Madrid) en Sevilla por invitación del Consejo Municipal de la ciudad, y era tan grande su reputación como pintor, que no tuvo que pasar el tradicional examen para ejercer su oficio. Entre 1630 y 1639 se sitúa la etapa más fecunda de la obra de este artista, que abarca tanto naturalezas muertas (Bodegón con naranjas, 1633) como obras de tema religioso (Visión del beato Alonso Rodríguez, 1630; Apoteosis de Santo Tomás de Aquino, 1631; Santa Margarita; Santa Isabel de Portugal).

 Llamado a Madrid en 1634, participó en la decoración del salón de Reinos del Buen Retiro (La defensa de Cádiz contra los ingleses, y una serie de los Trabajos de Hércules); durante este período, y siguiendo el ejemplo de Velázquez, renunció al tenebrismo; en el clasicismo toscano, influido a veces por los maestros venecianos, encontró un estilo acorde con sus aspiraciones.

Las pinturas del retablo de la capilla de San Pedro de la catedral de Sevilla (1635-1636) permiten apreciar su evolución artística. Otra vez en Sevilla, trabajó para el convento de la Merced Descalza (1636), para el que pintó varias obras religiosas. Pintó también varios cuadros para la iglesia de Nuestra Señora de la Granada, en Llerena, y para la cartuja de la Defensión de Jerez de la Frontera, y en 1639 firmó un contrato con el monasterio de San Jerónimo de Guadalupe para la realización de varios cuadros.

El refectorio de los Cartujos (Sevilla. Museo Provincial de Bellas Artes)

Son especialmente destacables las obras realizadas para la cartuja de las Cuevas de Sevilla (San Bruno y el papa Urbano II, San Hugo en el refectorio de los cartujos, Virgen de los cartujos). En 1639 enviudó de nuevo, y en 1644 casó en terceras nupcias con la hija de un orfebre, Leonor de Tordera. En 1650 pintó la Anunciación para el conde de Peñaranda; muestra aquí un nuevo estilo, en el que el uso del difuminado intenta atenuar la rigidez de las formas. En su Inmaculada Concepción niña (1656) se detecta además una clara influencia de Guido Reni. En 1658 se trasladó a Madrid, donde parece que pintó bastante, aunque su arte no pudo adaptarse al cambio general del gusto, orientado hacia el pleno barroco.

Conocer Sevilla 2004 - Francisco Santiago©