 niciaron su
construcción don Pedro Enríquez,
adelantado mayor de Andalucía, y su
esposa doña Catalina de Ribera. La mayor
parte del edificio fue levantado en
tiempos de su hijo don Fadrique, primer
marqués de Tarifa, destacando la portada
de ingreso a modo de arco triunfal,
realizada en Génova.
Constituye una de las
visitas obligadas de los itinerarios
turísticos de la ciudad de Sevilla, y
muchos personajes ilustres han pasado
por ella, como los príncipes de Alemania
en 1899. Nos tenemos que remitir a Cela,
pues así describe la Casa de Pilatos en
el Primer viaje andaluz; “En la plaza de
Pilatos, el vagabundo encuentra el
palacio de los duques de Medinaceli,
mejor dicho de los duques de Alcalá, con
su mudéjar, su gótico y su plateresco
revueltos en muy equilibrada elegancia".
La casa de Pilatos -o
palacio de los Afanes- es ostentosamente
rica y abigarrada y, aunque parezca una
paradoja, también airosa y señorial.
Según cuentan está calcada del pretorio
de Jerusalén.
El pueblo sevillano se
cree a pie juntillas que ésta es la casa
del pretor Pilatos, que el francés
Antonio Tenant de Latour cuenta que el
criado que le enseñó el palacio le
decía; “Aquí estaba sentado San Pedro
cuando negó a Jesús, y allí se hallaba
escondida la sirvienta que lo conoció”.
Desde la Casa de Pilatos
también se instituyó la realización del
ejercicio piadoso del Vía Crucis, acto
que se sigue realizando hoy en día,
conocido como el "Vía Crucis de la Pía
Unión" (no confundir con el Vía Crucis
Cuaresmal).


Fotos: Francisco
Santiago |