El Arenal es sin
duda, uno de los barrios más
tradicionales y emblemáticos de Sevilla.
Fue durante el XVI y XVII una de las
zonas portuarias más importantes del
mundo, resultado del descubrimiento de
América y el consiguiente comercio con
Indias. Hoy día sigue siendo un lugar de
gran actividad y punto de reunión de los
sevillanos, sobre todo en torno al mundo
del toreo, el teatro, la ópera y las
cofradías.
Paseando por este barrio, tendremos
oportunidad de conocer gran parte de la
historia de la ciudad, con edificios
como el Hospital de la Santa Caridad o
las Capilla de la Hermandad de la
Carretería y del Baratillo, con el
ambiente "torero" que en él se advierte.
Hubo un día en que como su nombre
indica, este barrio fue un gran espacio
abierto comprendido entre la puerta de
Triana y la Torre del Oro. Ello no era
óbice para que constituyera, por sí
mismo, uno de los elementos más
pintorescos y activos de la ciudad,
donde se desarrollaban todas las
actividades portuarias, que se
complementaban en la ribera trianera.
Lejos estamos ya de aquella época dorada
de la Carrera de Indias en la que
calafates, carpinteros de ribera,
toneleros, emplomadores y un sinfín de
obreros realizaban sus labores frente a
las numerosas embarcaciones atracadas en
el muelle, configurando todo un
espectáculo multicolor de velas,
gallardetes y estandartes.
Marineros, mercaderes, soldados,
frailes, pícaros y busconas completaban
el paisaje humano de este lugar que,
inevitablemente, vio surgir pequeñas
barriadas gremiales relacionadas con las
diversas actividades del puerto a la par
que florecieron alojamientos, casas de
juego y burdeles para atender a tan
amplio contingente humano.
Lugar predilecto por su singularidad
para Cervantes, Quevedo o Lope de Vega,
cuenta en su haber con dos de las
imágenes más universales de Sevilla: la
Torre del Oro y La Plaza de Toros de la
Real Maestranza.
El Arenal es el barrio torero por
excelencia. Junto a los toros el otro
amor del barrio es la devoción
religiosa, las hermandades y cofradías,
la Semana Santa. El Arenal es sin lugar
a dudas, uno de los barrios sevillanos
con más solera y tradición. Sus calles
están llenas de arte y vida.
El centro de ese arenal, era un gran
espacio abierto, donde se concentraron
las numerosas labores portuarias del que
fuera durante muchos años el puerto más
importante del mundo. Ese centro queda
hoy ocupado por la Plaza de Toros de la
Real Maestranza de Sevilla, uno de los
monumentos más representativos de la
Sevilla del siglo XVIII, y
universalmente conocido. También
encontramos el Teatro de la maestranza,
construido como parte de la Expo 92.
Esta zona sufrió su gran desarrollo
motivado por la creación de la Plaza de
Toros, pero su origen como arrabal
situado extramuros, arranca del siglo XV.
Al descubrirse el Nuevo Mundo y
convertirse Sevilla en el gran puerto
comercial del Imperio español, los dos
gremios de Tonelería y Carretería
prosperaron notablemente debido al
inmenso pedido de toneles y talleres
para repara los carros que llevaban la
mercadería de la flota. La segunda de
estas actividades terminó dando nombre a
esta zona que hoy a cambiado su función
mercantil por la de zona residencial.
Paseando por sus calles podremos ver
buenos ejemplos de la arquitectura
regionalista de primeros de siglo,
además de notar su sabor taurino y
cofrade.
Desembocaremos en la calle Temprado
donde por un momento y si nuestra
imaginación nos acompaña, sentiremos el
ajetreo y bullicio continuo que debía
existir en esta zona durante los siglos
XVI y XVII. Pasaremos ante el edificio
de la Real Maestranza de Artillería,
donde se situaron la Reales Atarazanas
construidas por Alfonso X el Sabio, con
la misión de construir navíos de la
Armada Real. Las grandes arcadas de las
Atarazanas aún se pueden contemplar en
el interior del hoy abandonado edificio
militar, como en parte del recinto del
Hospital de la Caridad.
Visitar el Hospital de la Caridad supone
el conocer de cerca una de las joyas más
mimadas del barroco sevillano, donde fue
decisiva la intervención de D. Miguel de
Mañara, personaje sevillano que muchos
piensan que sirvió de modelo para el
conocido personaje de D. Juan Tenorio.
En el interior del Hospital podremos
contemplar maravillosas obras
escultóricas, pictóricas de artistas de
gran fama como Murillo, Valdés Leal o el
escultor Pedro Roldán.
Deleitados por todo lo contemplado
saldremos del edificio para encaminarnos
hacia otra zona importante del barrio
del Arenal: el Baratillo. Durante este
tramo del paseo conoceremos el jardín de
Miguel de Mañara, justo al lado del
Teatro de la Maestranza; el Postigo del
Aceite, antigua puerta de acceso a la
ciudad; la Plaza del Cabildo , siempre
dominio del clero catedralicio; la
antigua calle Bayona, donde Cervantes se
alojaba en una pensión lujosa durante
sus estancias en la ciudad; la gran
importancia tuvo el Compás de la
Mancebía,...
Durante el siglo XV se desarrolló en el
Arenal un importantísimo mercado de
ropas para los marineros, y baratijas de
toda clase, que se llamó el Baratillo.
De hay el nombre con el que hoy se
conoce a la zona. El primitivo
mercadillo extramuros dio lugar a que se
fueran construyendo casas fuera de la
muralla que acabarían dando origen a
este Arrabal, con muchos edificios de
gran prestancia, y templos de ricas
hermandades. Nosotros visitaremos la
Capilla del Baratillo, sede de la
popular Hermandad de la Piedad, que
procesiona el Miércoles Santo.
En el Baratillo, por tanto, volveremos a
respirar en el ambiente la esencia del
barrio: las cofradías y los toros. La
proximidad a la Plaza de Toros de la
Real Maestranza se percibe en las calles
donde nos encontramos con vendedores de
abonos o entradas, carteles de las
corridas más históricas, así como en la
decoración de los bares.
Texto: José Alfonso
Muriel - Fotos: Francisco Santiago |