SAN JULIÁN: La
transformación de un barrio tradicional
de Sevilla
Cualquiera que se
pasee hoy por San Julián le costará
trabajo creer que este era el mítico
barrio donde moraban los trabajadores de
media Sevilla y en el que por las tardes
sus habitantes volvían de trabajar en
las industrias situadas en la antigua
Huerta del Barrero. Allí se ubicaban la
Unión industrial y Comercial, la
Sociedad de Oxígeno, Nitrógeno y
Acetileno. Son éstos nombres de otra
época, que por el tiempo o por cierto
romanticismo, hasta la denominación de
aquellas empresas parece hoy hermosa,
simple y sonora.
En los años sesenta
el Ministerio de la Vivienda planificó
la demolición del barrio tradicional,
que sustituyó por nuevos bloques de
viviendas. De esta manera la ciudad
olvidaba su pasado con demasiada
facilidad. Se derribó todo el sector
urbano comprendido entre las calles
Aceituno, Corintio, San Hermeregildo,
Macasta, La Puerta de Córdoba y la Ronda
de Capuchinos.
Así es como desaparece el
San Julián mítico. Sus calles
primitivas, con la excepción de las vías
perimetrales, se esfuman. Todo se diseña
de nuevo. Se realinean las calles y se
propicia la implantación de promociones
residenciales a gran escala que producen
bloques de siete plantas.
De esta manera se
logra también la inmediata sustitución
de la población tradicional del barrio,
enviándola a barrios de nueva creación
en el cinturón de la ciudad. No nos
equivocamos al afirmar que estos vecinos
histórico de San Julián vivieron el peor
de los exilios, el de quién de repente
es expulsado del que era su lugar en el
mundo, su ciudad, su barrio.
Hoy en día el barrio ha
recuperado el esplendor perdido sobre todo
gracias al impulso de la parroquia de San
Julián y sus Hermandades de La Hiniesta y
Ntra. Sra. del Rosario, revitalizando la
zona que en otros tiempos fue puerta de
entrada de Sevilla.
Texto: José Alfonso
Muriel - Fotos: Francisco Santiago |