sta calle céntrica,
junto a la Plaza de La Alfalfa y la calle
Águilas, tiene una hornacina que hace
referencia a la antigua costumbre de exponer
las cabezas de los condenados y, según
cuenta la leyenda, está corresponde a la del
Rey Pedro I, el Cruel, que por su condición,
no fue ajusticiado. De ahí el nombre de esta
calle.

Fotos: Francisco
Santiago |