 sta calle está entre
las confluencias de Juan de Mesa con
plaza Ponce de León y Azafrán con
Navarros. Sin interrupción ha venido
llamándose Santiago (o Santiago el
Viejo) al menos desde 1584, por
encontrarse allí la Iglesia parroquial
de igual advocación, cuya fachada
principal abre a la
Plaza
Ntro. Padre Jesús de la Redención,
antes llamada de López Pintado.
Es una vía larga y
estrecha, de trazado diagonal, que debe
seguir un antiguo camino que llegaba a
la ciudad a la puerta del recinto
amurallado romano, a la altura de Santa
Catalina. Así Laffón la describiría en
su libro “Sevilla del buen recuerdo”,
como “calle no larga, estrecha más bien,
más bien que soleada, sombría y
malicienta”.
En los tiempos que
funcionaba la Alhóndiga, la calle
Santiago registraba un gran movimiento
por el elevado número de carruajes que
hacia aquélla se dirigían. Hoy,
desaparecido el mercado de abastos, la
calle se limita a cumplir su función
residencial, el tráfico rodado ha
disminuido sensiblemente y registra
escasa actividad comercial.
Frente a la Iglesia
de Santiago se levanta el Palacio de
Villapanés, construido a principios del
siglo XVIII por don Manuel López
Pintado, primer marqués de Torreblanca
del Aljarafe. Junto al Palacio se
encuentra el Convento de Santa María de
los Reyes, fundado inicialmente a
comienzos de la calle en 1611, en 1637
se trasladó al lugar que hoy ocupa.
Actualmente es utilizado como marco de
difusión cultural, principalmente
alberga exposiciones (caso de imágenes
restauradas como Cristo de Fundación).
 Pero sin duda el
edificio que mayor singularidad ha
impreso a esta calle ha sido el Corral
del Conde, casa de vecindad que en algún
momento llegó a albergar hasta 4000
personas, por lo que a principios de
siglo pasado era considerado como el de
mayores dimensiones de la ciudad.
Hay
noticias de la existencia de este corral
desde el siglo XVI. Actualmente ha sido
reconstruido, convertido en confortables
apartamentos. En la reconstrucción se ha
respetado la capilla que había en el
patio y se ha retomado la antigua
tradición popular de celebrar las cruces
de mayo. Se puede decir que se ha
mantenido la disposición arquitectónica
del edificio histórico, en el que las
habitaciones se disponían entorno a un
gran patio en forma de L.

Texto: José Alfonso Muriel - Fotos:
Francisco Santiago |