 e conoce que desde
la segunda mitad del s. XVI es nombrada
plaza del Marqués de Tarifa,
imponiéndose a finales de siglo el de
plaza o plazuela del Duque de Alcalá. Hasta 1764 se encuentran referencias
documentales que la siguen denominando
del Duque de Alcalá, pero ya desde 1754
se aluda a ella como la “plaza que
llaman de Pilatos”, nombre que termina
consagrándose a finales del XVIII.
La
explicación a ésta denominación parece
encontrarse, descartada la tradición que
sostiene que el palacio es copia del de
Pilatos en Jerusalén, en el Vía Crucis
que tenía su primera estación en la
puerta del palacio y la última en el
humilladero de la Cruz del Campo al que
antes aludimos.
A
finales del siglo XV, cuando se empieza
a construir el palacio, con objeto de
realzarlo, don Pedro Enríquez compró
varias casa delante de la suya, las
derribó e hizo una plaza rodeada con
varias casa-tiendas con soportales, en
el centro de la cual había una fuente.
En 1757 se habla de nuevo de la
construcción de una fuente en la plaza,
para cuyo abastecimiento el Duque de
Alcalá cedió una paja de agua. La plaza
se convierte así en el centro de
aprovisionamiento y lugar de reunión de
los vecinos de las calles colindantes,
por lo que las quejas se suceden cuando
la fuente está derruida o sin agua.
Durante los años 1859,1860 y 1873 se
remodela la plaza dotándola de farolas,
bancos y naranjos. La remodelación
sufrida en 1977 le va a dar un aspecto
muy parecido al que ha llegado a
nuestros días.
Actualmente la plaza
se encuentra dividida en dos espacios.
Uno pequeño, de forma triangular, que ha
quedado como antesala de acceso al
palacio de los Medinaceli. El segundo,
considerado como la plaza propiamente
dicha, es mas amplio y posee una planta
rectangular. En su centro se alza una
escultura en bronce del pintor Zurbarán,
trasladado allí desde la Avenida de
Portugal, donde estuvo originalmente
instalado durante la exposición
iberoamericana de 1929.
Los edificios mas notables de la zona
son la casa núm 2, del siglo XVIII, y
sobre todo la llamada Casa de Pilatos,
poco conocida por su nombre correcto;
palacio de San Andrés. Texto: José Alfonso
Muriel - Fotos: Francisco Santiago |