 urge de la
confluencia de Regina, Viriato y Feria a
la de Espíritu Santo, Dueñas, Gerona y
Sor Ángela de la Cruz. A fines del siglo
XV es conocida esta plaza como la
Herrería o Herreros, probablemente por
estar establecidos allí artesanos del
hierro.
El nombre actual lo debe, ya
desde el siglo XVI, a la vecina
parroquia de San Juan Bautista, aunque
el apelativo de la Palma lo adoptó a
partir de una curiosa historia popular
,de la cual daremos cuenta cuando
hablemos del templo. La plaza tiene
forma triangular, mas estrecha en su
arranque y muy ancha en su parte
central. Aunque aparezca numerada como
calle, tiene todas las características
de una plaza sevillana; rinconada,
pavimento de losas, bancos y algunos
árboles.
Abundan en la zona
casas de carácter tradicional de dos y
tres plantas, de principios de siglo, a
las que se suman construcciones
recientes que disuenan claramente con el
estilo dominante. Aunque la función
dominante de este espacio sea la
residencial, no podemos olvidar la
animación comercial de la calle Regina y
la calle Feria. No podemos olvidar la
cercanía al mercado de la Encarnación, o
el propio mercadillo del “jueves”, que
comenzaba en San Juan de la Palma y
continuaba a lo largo de la calle Feria.
Esta animación debió de ser en tiempos
pasados mas intensa de lo que lo es hoy.
Son numerosas las
referencias que pueden extraerse de la
prensa del siglo XIX. En el Diario el
Porvenir del 13 de Junio de 1858 se lee
“En la plaza de San Juan de la
Palma..hay una chalanería, cuyo dueño
tiene la costumbre de colocar en la
puerta todos los trabajos que quiere
poner a la venta, dificultando así el
paso de la acera, que debe estar
expedito para el público”. Y en ese
mismo año , el 31 de Diciembre se lee
“Frente a San Juan de la Palma se pone
todos los días un ciego, pidiendo
limosnas con tales exclamaciones, que no
sin razón nos suplicaron algunos vecinos
pidiésemos al Ayuntamiento le hiciese
conducir al asilo”.
También ha
contribuido tradicionalmente a la
animación de este espacio urbano la
velada de San Juan y San Pedro, que se
celebraba entre los días 24 y 29 de
Junio. Desde el siglo XVIII se instalaba
en la Alameda de Hércules y
posteriormente, ya en el siglo XX, en la
misma Plaza de San Juan de la Palma.
Así
la describe en 1923 el escritor José
María Tassara en la obra Gil García:
“Celebrábase en San Juan de la Palma la
velada del Santo precursor, era no un
remedo sino una síntesis de nuestra
nunca bien ponderada Feria de Abril.
Allí la caseta en que descansar y
recibir el obsequio de la manzanilla,
allí como representando a los puestos de
juguetes y bisutería, la tómbola,
presidida por un monumental plato de
cerámica con la adorada efigie de
Nuestra Señora de la Amargura, allí, en
nombre de la clase, una vieja buñolera
no daba paz a la dúctil masa ni tregua
al hirviente líquido, allí David el
turronero, Cañizo el de los fuegos
artificiales, el tablado para la banda
municipal; los mismos farolillos...¡la
Feria, en suma, que quería retoñar!”.
La Hermandad de la
Divina Pastora de Nuestras Almas ha
realizado en esta Plaza la Cruz de mayo,
celebrada por primera vez en mayo de
2004.
Texto: José Alfonso
Muriel - Fotos: Francisco Santiago |