 ació en Sevilla en
1857. Estudió en la Escuela de Bellas
Artes de París y en Roma. Durante su
carrera obtuvo numerosos premios
destacando los segundos de la Exposición
Nacional de 1887 y 1890.
Su obra es
descriptiva, modernista y de carácter
realista,
Susillo restauró a la
Virgen de la Amargura en 1893 y es el autor de los
monumentos a Velásquez (1892), Miguel de Mañara (1896),
Daóiz (1889) o las esculturas de sevillanos ilustres del
palacio de San Telmo (1895), sin olvidarnos del
Cristo de las Mieles
(1880). En 1896 falleció
en su ciudad natal por suicidio.
Sobre la versión de
su muerte hay dos leyendas, una indica
que su trágica muerte fue el resultado
de la depresión que adquirió el escultor
a la muerte de su esposa y en otras se
indica que fue debida al cambiar la
posición de los pies en el Crucificado
de las Mieles, el cual puede
contemplarse en el cementerio de San
Fernando, bajo el cual descansan los
restos mortales del escultor.
Entre sus discípulos
hay que destacar a
Castillo Lastrucci
Fotos: Francisco Santiago© |