a
Renovada Iglesia de San Andrés es una de
las 24 parroquias que se construyeron en
Sevilla tras la reconquista reconquista
de la ciudad en 1248, de estílo gótico,
manteniendo la tradicional planta de
tres naves, a la cual se le añadieron
posteriormente alguna capilla funeraria
de estilo almohade, que se suman a
algunos detalles ornamentales de
procedencia islámica, quedando
actualmente sólo 5 capillas de estas
características en Sevilla.
La portada de
cantería que se abre a los pies del
templo de San Andrés parece datar del
siglo XIV, adirnándose su arquivolta con
arcos ojivales con puntas de diamante.
Su interior ofrece una planta
rectangular con tres naves, la central
más ancha y alta que las laterales,
quedando separadas mediante seis pilares
sobre los que voltean arcos apuntados
que enfilan hacia un amplio presbiterio
de ábside poligonal con bóveda de
cricería y contrafuertes exteriores.
Gran interés
despierta la capilla de la extinguida
Cofradía de San Lucas, del gremio d elos
pintores, cubierta con sendas bóvedas
semiesféricas sobre trompas, presentando
un único acceso, desde la nave de la
Epístola.
San Andrés se
reedificó a partir de 1483, durante el
último tercio del siglo XVIII, la
parroquia fue objeto de una importante
reparación, al igual que ocurriera entre
1884 y 1885, siendo la más importante la
que culminó en el 2000, donde se
recuperaron la primitiva Capilla
Sacramental, cerrada por una bóveda
octogonal con linterna, rematándose al
exterior con merlones escalonados, sitio
donde recibien culto los Titulares de la
Corporación.
En 1989, la Hermandad
de Santa Marta abandonó el Templo de San
Andrés debido a las obras de
restauración que obligarían a la
parroquia a permanecer cerrada al culto,
trasladando su sede a la actual sede de
la calle Daóiz, aunque no fue hasta
diciembre de 1994, cuando se iniciaron
las obras de San Andrés, obligando a la
Hermandad de Santa Marta a trasladar a
sus titulares a San Martín y a
permaneces más de una década en el
exilio por distintos avatares que
paralizaron las obras en 1996, por el
hallazgo de los frescos de Valdés Leal y
restos arqueológicos, que hicieron que
se modificara el proyecto y llevó un
retraso en la reanudación hasta
diciembre de 1999, no siendo hasta el
2001 cuando de nuevo la Corporación
retornara su Estación Penitencial a la
S.I.C. desde San Andrés.
Desde su reapertura
al culto, la parroquia de San Andrés
brilla con luz propia tras su
restauración, siendo uno de los cambios
más visibles la demolición de la parte
donde se ubicaban las antiguas
dependencias de la casa hermandad, que
lindaba con la Plaza Fernando de Herrera
y recuperándose la antigua puerta del
atrio mudéjar, dejando al descubierto la
torre en su conjunto y el lienzo de
fechada existente entre la puerta y la
primitiva capilla sacramental.
Igualmente se realizaron limpias y curas
superficiales que culminan en la zona
del ábside, colindando con la calle
Angistillo.
Igualmente se
restauraron los frescos de Valdés Leal,
en la cúpula de la capilla del Santísimo
Sacramento, el retablo de la Inmaculada,
la pintura de interiores, la instalación
eléctrica y ensolado de todo el templo.
Las Imágenes reciben culto en la nueva
capilla situada en la nave de la
Epístola, la cual pasa a ser en
propiedad (a perpetuidad) mientras esté
establecida canónicamente la Hermandad
en dicho Templo.
Esta capilla está
situada donde anteriormente estaban la
capilla del Sagrario y la capilla de la
Virgen de Araceli. Con la restauración,
se ha pretendido recuperar el aspecto
que tenía en sus orígenes, suprimiéndose
la cerámica que recubría los pilares así
como la escalinata que situaba el Altar
por encima del nivel del suelo y la
escalera que daba acceso al púlpito.
El nuevo sagrario,
cuenta con una iluminación especial para
enfatizar las pinturas de Valdés Leal.
La Virgen de Araceli pasa a los pies de
la nave de la Epístola y los retablos de
la angustia y San José a la nave del
Evangelio.
Bibliografía:
Roda Peña, José.
Boletín de la Hermandad de Santa Marta
Fotos: Francisco Santiago |