En la Historia de los
Hospitales de Sevilla, hay que dejar
constancia que los de antaño, nada
tenían que ver con los actuales
hospitales, sino más bien con la función
salvadora de Jesús, con el cuidado de
los enfermos, como obligación sagrada.
Ya en el siglo X se
crean las primeras Hermandades
Hospitalarias, sobre todo a causa de las
epidemias y pestes que llegaron a asolar
el viejo continente. Posteriormente, las
cruzadas trajeron otras enfermedades que
eran desconocidas por nosotros,
agravándose la situación, sobre todo en
el pueblo más llano.
En muchos casos,
estas Hermandades y Órdenes
Hospitalarias atendían directamente a
los enfermos, estando a cargo de algún
hospital. Si el hospital no tenía
ninguna Hermandad, el propio Obispo se
encargaba de su atención.
Entre las Órdenes que
atendían a los enfermos a domicilio se
encontraban las Agustinas Hospitalarias
o Los Hospitalarios de San Juan de
Jerusalén. En cuanto a los Hospitales
más conocidos estaban los del Espíritu
Santo, fundados por Guido de Montpelier
en el año 1075 y que se acogen a la
regla de San Agustín o los Hospitales de
San Antonio de los Canónigos Regulares
de San Agustín y San Antonio de Vienne.
No todas las
congregaciones tenían por objeto los
pobres y enfermos, la Orden de los
Trinitarios, fundada por S. Juan de la
Mata (1160-1213), canonizado en 1679,
tenía como labor redimir a los
cristianos cautivos por los Musulmanes y
rescatar prisioneros. En los siglos XI y
XII hacen su aparición las Leproserías,
sobre todo para atender a los frailes
que contraían esta enfermedad.
En el siglo XV, se
unificaron y ampliaron las instituciones
hospitalarias, y Los Reyes Católicos en
1501, fundaron el hospital de Santiago
de Compostela y en 1511 el de Granada y
en 1546 se establece lel Hospital de la
Sangre en Sevilla. En 1583 la orden
Hospitalaria de San Juan de Dios, a
cargo de las Hijas de la Caridad de San
Vicente de Paul se establecieron en la
misma ciudad.
Esta Orden se funda
en 1537 por San Juan de Dios y es
aprobada en 1572 por el Papa San Pío V.
Sus miembros tienen un cuarto voto:
dedicarse al cuidado de los enfermos,
aun con riesgo de la propia vida.
Los Agustinos en un
principio tenían barias ramos,
destacando los Guillermitas, que se
regían por la Regla de San Benito, o los
que seguían la Regla de San Agustín,
entre otros grupos. El Papa Inocencio IV
los unificó a todos llamandoles
Agustinos.
En ellos se afianza
el carácter apostólico y contemplativo
siendo el convento de Santa maría del
Populo la cuna de los agustinos en
Sevilla, en el año 1250 y con fuertes
convicciones de la Orden de Cister y con
estructura común a los Mendicantes.
Otra Orden que por
aquél entonces tenia mucha repercusión
(y trabajo) era la denominada de los
mendicantes, que se ocupaban de atender
los problemas y situaciones sociales de
los pobres que pueblan los alrededores
de las ciudades y atender las dotes de
doncellas huérfanas. Estos utilizan la
predicación con la penitencia voluntaria
y eran pobres, chocando literalmente con
la Iglesia Rica e instalada en el poder.
Las Ordenes más
populares fueron los Franciscanos,
fundados por San Francisco de Asís(1182
- 1226), los Dominicos y la Orden de
Predicadores, fundados por Santo Domingo
(1175-1221) y los Carmelitas (s. XII),
Se llaman así por el monte Carmelo,
famoso porque allí Elías se encontró con
Dios. Ya desde el siglo XII vivían unos
eremitas que adoraban a la Virgen María
y tenían al profeta Elías como modelo.
Su decadencia llego en el siglo XIV al
dividirse la Iglesia con el cisma de
occidente, el enriquecimiento de los
máximos representantes eclesiales, la
peste negra a mediados del siglo XIV que
dejó vacíos los conventos.
En los siglos XVI,
XVII y XVIII, los hospitales tuvieron
una gran importancia, no estando su
concepto ligado al actual. Antiguamente
los hospitales eran entidades benéficas
y de caridad, donde se ayudaba a los más
necesitados con comida, ropa, vivienda
para los pobres, dotes a las doncellas
huérfanas o costeando los funerales de
los muertos, además de la asistencia
sanitaria que ha llegado hasta hoy.
Los Hospitales
dedicados a la beneficiencia eran de
carácter eclesiástico, unidos a algún
convento u orden religiosa, contando con
el apoyo de las donaciones de las clases
pudientes. Además, estos Hospitales
contaban con capilla o iglesia para
impartir los Sacramentos, en muchos
casos unidas y administradas por
Hermandades. |