e
sitúa en una de las cotas más elevadas
de la ciudad, donde, como demuestran las
excavaciones arqueológicas, se realizan
los primeros asentamientos de la misma.
Pertenece al grupo de parroquias
fundadas inmediatamente después de la
conquista de la ciudad en 1248. La
iglesia actual se construyó a mediados
del siglo XIV, siguiendo los parámetros
gótico-mudéjares propios del momento
histórico en que se inscribe. A finales
del siglo XVI o principios del XVII se
reconstruyó de nuevo toda la cabecera de
la iglesia, ampliando el presbiterio y
creando dos capillas laterales: La de
San Juan Nepomuceno (luego de los
Villalpando) y la de los Maestres.
Durante el siglo XVIII se agregan al
templo las capillas de la nave del
Evangelio y se realizan diversas
reformas.
Por su privilegiada
ubicación en el centro urbano
hispalense, la iglesia parroquial de San
Isidoro disfrutó de una numerosa y
activa feligresía que impulsó la
creación de capillas en el templo y
efectuó numerosas donaciones. Fueron
vecinos de la collación, figuras tan
ilustres como Miguel de Cervantes y
Bartolomé Esteban Murillo.
El templo presenta
planta rectangular con tres naves,
crucero y capillas laterales.
Constituyen los soportes, diez pilares
de sección cuadrangular que sostienen
arcos de medio punto ligeramente
peraltados. Estos son fruto de las
intervenciones efectuadas durante el
período barroco, que en su origen eran
arcos apuntados sobre pilares
cruciformes.
La nave central se
cubre mediante una armadura de madera en
forma de artesa, repleta de lacerías de
clara tradición mudéjar; las naves
laterales lo hacen mediante cubierta de
colgadizo. El crucero presenta una
bóveda semiesférica sobre pechinas; los
brazos del crucero y la capilla Mayor se
cubren con bóveda de cañón.
En la nave del
Evangelio se abren, en el tercer cuarto
del siglo XVIII, la capilla Sacramental
y la capilla de la Hermandad de las Tres
Caídas. A los pies de esta nave se sitúa
la capilla Bautismal, que, al igual que
la capilla de la Milagrosa, única
abierta en la nave de la Epístola,
presentan bóveda sobre trompas de clara
estirpe mudéjar.
la iglesia presenta
tres portadas. Destaca por su
singularidad la del lado de la Epístola,
que no se abre en el muro de la nave,
pues entre éste y la portada se sitúa un
zaguán alargado, cuya parte extrema
sirve de primer cuerpo a la torre.
Constituye una disposición que no
encuentra parangón con ninguna otra
construcción gótico-mudéjar de la baja
Andalucía. La portada presenta un arco
apuntado con abocinamiento muy acusado a
base de arquivoltas y decoración de
dientes de sierra. Una moldura de
terminación triangular, a manera de
frontón, encuadra toda la portada,
presentando dentro de su vértice una
interesante estrella de Salomón, símbolo
judío muy extendido en la arquitectura
bajomedieval.
La portada de los
pies del templo, ejecutada en cantería,
se encuentra muy modificada, presentado
en la actualidad un arco apuntado con
alfiz, que originariamente debía ser de
herradura. La puerta que se abre a los
pies del muro de la nave del Evangelio
se realiza a finales del siglo XVIII.
Presenta un vano adintelado enmarcado
por pilastras que, a su vez, soportan en
entablamento con triglifos y metopas.
Torre
La torre, situada
en el lado de la Epístola, responde
prácticamente en su totalidad, a una
profunda readaptación al estilo barroco
efectuada a mediados del siglo XVIII.
Quizás el único resto mudéjar que
conserva sea una escalerilla de caracol
con bóveda de aristas. Se encuentra
decorada con azulejos en los que se
representa a San Isidoro y San Leandro,
fue levantada por el arquitecto
Francisco Jiménez Bonilla en 1752.
Decoración
Escultura del
Cirineo que acompaña al Cristo de las
tres caídas, en el paso de la cofradía
del mismo nombre, que procesiona desde
la Iglesia de San Isidoro. El autor es
Francisco Ruiz Gijón.El altar mayor es
un gran lienzo, pintado por de Juan de
Roelas en 1613, que representa el
tránsito de San Isidoro, cuenta con un
marco de gran ornamentación obra de
Benito de Hita y Castillo, realizado en
1752.[1]
Entre los elementos
no estructurales también destacan: Las
interesantes yeserías de mediados del
siglo XVII que decoran el interior de la
capilla Sacramental; la rejería de las
capillas laterales del templo y las
colaterales del presbiterio; el zócalo
de azulejos de principios del siglo XVII
que decoran las capillas de los
Villalpando y de los Maestres, y la
decoración pictórica de la bóveda de la
capilla Mayor. En ella se representan
arquitecturas fingidas enmarcando las
figuras de San Fernando y San
Hermenegildo.Se pueden encuadrar en el
segundo tercio del siglo XVIII y parecen
próximas al estilo de Juan de Espinal.
Hermandades
La iglesia de San
Isidoro constituye desde 1687, la sede
de la hermandad de Las Tres Caídas que
hace estación de penitencia en la Semana
Santa el Viernes Santo. También reside
la Hermandad de Gloria de Ntra. Señora
de La Salud, que procesiona en el mes de
Mayo.
Referencias
1. Cardoso Bueno,
Diego A. Sevilla, el casco antiguo.
Historia, arte y urbanismo. Guadalquivir
ediciones. ISBN 84-8093-154-X.
Texto: Wikipedia - Fotos: Francisco Santiago |