La parroquia de San Miguel ocupaba la
manzana hoy delimitada por las calles
Jesús del Gran Poder (antes Palmas),
Aponte (hasta 1845 San Miguel), Trajano
(antes Puerco) y plaza del Duque. Aunque
su fundación se remonta a época
fernandina (Anales de Ortiz de Zúñiga),
será tras el terremoto de 1356, durante
el reinado de Pedro I de Castilla "el
Cruel" o "el Justiciero" y a instancia
del Arzobispo don Nuño, cuando la
levanten de nuevo, desde los cimientos,
el celo y la hacienda de don Martín
Yánez de Aponte, señor de Chillas,
alcaide de las atarazanas y tesorero
mayor de Andalucía.
Don Félix González de León, cristianado
en su pila bautismal, describe el templo
de una forma bastante minuciosa en su
Noticia Artística de Sevilla (1844) .
Resalta que es "edificio de hermosa
construcción, de arquitectura gótica,
todo de piedra de robustos pilares y
cercado de fuertes bóvedas, sobre las
que hay espaciosas azoteas. Consta de
tres naves, la del medio con la capilla
mayor es magnífica, ancha y dilatada:
las laterales son más cortas, y la del
lado del Evangelio, aún lo es más porque
a sus pies está la torre." Don José
Amador de los Ríos, en Sevilla
pintoresca (1844) se muestra más crítico
con el edificio: "ha sufrido grandes e
importantes alteraciones que han
contribuido a desfigurarlo de todo
punto. Tiene cortados los pilares, que
debieron darle en otro tiempo más
suntuosidad y gallardía, y apenas ha
quedado vestigio alguno de las palmas
que servían a aquellos de ornamento."
En la profunda reforma de la parroquia
de San Miguel que llevó a cabo en 1827
el "cura Vega" ,muy criticada por
González de León, se construyó una
capilla para la Soledad en la cabecera
de la nave del Evangelio "derribando lo
que era sacristía se formó una nueva
capilla bastante capaz, abriéndose dos
grandes arcos que se cerraron con
puertas de rejas, uno a la capilla
mayor, y otro a la cabeza de la nave."
También se restauró la imagen de la
Soledad "simulacro muy antiguo y
respetable que fue estofado de nuevo, de
lo que no tenía necesidad, con lo que
perdió el carácter respetable de
antigüedad y mérito" y se vistió más al
gusto de la época "quitándole una túnica
o sobrevesta blanca que antes le ponían
sobre la túnica negra."
Un inventario parroquial de 1834 nos
describe puntualmente la capilla: "Un
altar de madera estofado y en el la Sma.
Virgen de vestir, la cual tiene un manto
de terciopelo negro con forro de tafetán
blanco, saya de lo mismo, un almohadón
sre. que está de rodillas, de terciopelo
negro bordado todo de plata con las
insignias de la Pasión, corona hermosa
de plata y corona de espinas de lo mismo
en las manos de la Sra. y un cíngulo de
tisú, ocho candeleros, los seis grandes
y otros dos más pequeños, cruz, todo de
madera y plateado, dos atriles y tres
sacras con marcos dorados. Dicha Sta.
Imagen está con unas puertas cristales
hermosas, y el altar tiene dos cortinas
desde la bóveda hasta abajo, de
olandilla morada, para la Semana Santa.
Toda la Capilla, como la mayor está
colgada de damasco, y en una ventana una
cortina grande de tafetán carmesí."
En la lista de Hermandades de la
parroquia de San Miguel, realizada en
1842 con carácter general en toda la
Archidiócesis por orden del Gobernador
del Arzobispado, sólo figuran en activo
en el templo de la plaza del Duque las
del Amor (que había llegado a la
parroquia en 1811 procedente de la
iglesia de Nuestra Señora de la
Consolación, vulgo "Los Terceros"), la
Sacramental (fusionada con la de Nuestra
Señora del Rosario y Animas), y Pasión
(cuyo titular arribó en junio 1841
procedente de una casa particular tras
haber sido cerrado un año antes el
convento de la Merced, hoy Museo de
Bellas Artes). Con las Reglas en
paradero desconocido se citan en la
lista las Hermandades de la Soledad,
Santa Bárbara, Santa Ana y Vera Cruz.
El 6 de abril de 1860, Viernes Santo, la
Soledad efectuó su primera salida
procesional desde la parroquia de San
Miguel en un paso cedido por la
Hermandad trianera de la Expiración. El
10 de abril de 1868 salió por última vez
la Soledad de San Miguel.
La revolución de "La Gloriosa", la más
romántica de todas las revoluciones
españolas en palabras recientes del
profesor Álvarez Santaló, principió
Cádiz el 18 de septiembre de 1868 con el
pronunciamiento de Prim y Topete, y al
día siguiente triunfó en Sevilla. La
Junta Revolucionaria de la Ciudad, en la
que estaban entre otros don Manuel de la
Puente y Pellón, don Federico Rubio, don
Antonio Machado, don Federico de Castro
y el Marqués de la Motilla, acordó el 6
de octubre la supresión de doce
parroquias -entre las que estaba San
Miguel- y veintitrés templos que no
poseían tal rango. A pesar de las
inútiles quejas del canónigo don
Francisco Mateos Gago, vocal de la
Comisión Provincial de Monumentos
Artísticos, la piqueta especuladora y
anticlerical surgida de "La Gloriosa"
derribó San Miguel en noviembre de ese
año, si bien aún en 1871 quedaban restos
de la vieja parroquial en el solar donde
poco más tarde se levantó el Teatro del
Duque.
De
su interior, la actual reja que cierra
la capilla de la Hermandad de la
Soledad, en la parroquia de San Lorenzo,
procede de San Miguel.
Bibliografía:
Web oficial de la Hermandad de la
Soledad de San Lorenzo:
www.hermandaddelasoledad.org
Fotos: Francisco Santiago |