Las Hermandades de
Gloria de Sevilla abarcan, en sus
salidas procesionales, actos y cultos,
casi todo el calendario anual, sobre
todo si incluimos entre ellas a las que
dan culto a la Madre de Dios sin estar
dentro de la “oficialidad” y que, en
numerosas ocasiones, pasan
desapercibidas.
Curiosamente, estas
advocaciones de Gloria, con directa
vinculación Mariana, comienzan en plena
Cuaresma, con ese extraño caso de
“Gloria Penitencial” que nos ofrece
Nuestra Señora del Sol y terminan en
diciembre, con Nuestra Señora del Rocío
de la parroquia del Divino Salvador,
actualmente en la parroquia de San
Isidoro por las reformas de su Templo.
Pero no estamos ante
un caso de advocaciones recogidas en
Hermandades y Cofradías, igualmente
muchos otros casos son igualmente
expuestos desde asociaciones, grupos de
fieles y devotos o simple devoción a una
imagen de la Madre de Dios.
También curioso nos
resulta el gran avance que se está
realizando en los barrios que conforman
el extrarradio de Sevilla, extendiéndose
poco a poco el fervor y devoción a la
Virgen por zonas que, en muchos casos,
jamás hemos visitado.
Desde el Parque
Alcosa nos llega un caso curioso que, al
igual que el mencionado anteriormente
sobre la Hermandad del Sol, no llega a
ser una representación lógica de las
Glorias a María, pensando que la bella
Dolorosa de Los Desamparados, está
enmarcada dentro de los grupos
escultóricos cercanos a la advocación de
Soledad, llorando en desconsuelo y, a su
espalda, la Cruz que portó su Hijo.
De igual forma, desde
la barriada de Padre Pío procesiona La
Divina Pastora, desde la Candelaria la
Virgen Neogótica con la misma advocación
de su barrio, el caso de la Titular de
esta Hermandad, Ntra. Sra. del Juncal;
Ntra. Sra. de Valme en Bellavista, Ntra.
Sra. de la Salud, del Barrio de Las
Avenidas; Madre de Dios del Dulce Nombre
desde la Avda. de La Salle o la Virgen
Milagrosa desde la Avda. de Pino
Montano.
Hispalis siempre se
ha rodeado de un vínculo especial hacia
todo lo referente a la Madre de Dios, no
en vano en el título de la propia ciudad
se contempla el término “mariana” desde
1947 y sus hermandades han participado y
honrado el nombre de María en multitud
de actos y cultos y ratificaciones que
posteriormente han sido corrovoradas por
la Iglesia, caso del Dogma Asuncionista.
Resulta curioso que
decir Alegría, Salud, Candelaria,
Juncal, Amparo, Rocío, Cabeza, Pilar,
Guadalupe, Esperanza, Belén, Luz,
Nieves, Inmaculada, Hiniesta, Sierra,
Araceli, Reina, Prado, etc…, es decir
sin duda alguna lo mismo: Virgen María.
Pero entre todas
ellas, hay varias que reciben una
especial mención al coincidir sus
advocaciones en nuestra ciudad.
Auxiliadora, Pastora, Carmen y Rosario
son nombres propios que abanderan en
sendas procesiones, una misma Titular
para diferentes barrios hispalenses.
Las advocaciones de
Auxiliadora (Trinidad, Triana, San
Vicente, Nervión), Pastora (Capuchinos,
Triana, Santa Marina, San Antonio, Padre
Pío), Carmen (Santa Catalina, San Gil,
San Leandro, Triana, Santo Ángel) o
Rosario (Humeros, Santa Catalina, San
Vicente, Dos de Mayo, Macarena, Madre de
Dios, Barrio León, Quiros) son algunos
botones de muestra de lo que puede dar
de sí el culto a la Virgen María en
nuestra ciudad.
Los anales históricos
en los que se fundamentó el nacimiento
del culto a la Virgen del Rocío, nos
remontan a 1335 (al menos) y con datos
de finales del siglo XIV, ya hay
documentación en el archivo catedralicio
de Sevilla de la existencia de la
Cofradía de Santa María de la Rocina en
el año 1388, correspondiente a la actual
hermandad de Villamanrique de la
Condesa. Hoy se ha convertido en todo un
referente devocional, siendo Sevilla y
su Provincia la que más romeros y
Hermandades aportan a la Romería.
La Advocación de
Rosario viene desde la Edad Media, donde
era común denominar “Rosa” a la Virgen,
y siendo esta la flor más común en su
exorno. Las Hermandades de la Virgen de
la Alegría y del Carmen de Calatrava,
fueron las primeras en realizar Rosarios
Públicos en el siglo XVII.
El 8 de septiembre de
2003, se cumplen Tres siglos desde que
fray Isidoro de Sevilla, llevara el
cuadro con la Pastora hasta la Alameda
de Hércules, para dar a conocer la nueva
advocación que nacía en Sevilla. Desde
entonces hasta hoy, esta devoción se ha
extendido mucho más allá de las
fronteras de España y se ha consolidado
como uno de los homenajes a María con
más fuerza y, además, con Sevilla como
denominación de origen.
Todo esto no deja de
ser un breve encuentro con la advocación
de María en Sevilla, porque ni están
todas las advocaciones, ni todas las
Corporaciones, pero quizá esto sea un
buen tema a tratar en un próximo
encuentro.
Bibliografía:
Santiago, Francisco. Director del
Grupo Arte Sacro. Boletín Juncal 2003 |