El acto mismo de
coronar imágenes, se remonta a épocas
lejanas que se remontan al
paleocristianismo, siendo en el siglo
XVI, coincidiendo con la contrareforma,
donde se empieza a ser significativo el
sacramental de la coronación canónica en
Occidente.
Este rito comienza
a ser efectivo durante el siglo XVII,
cuando en nombre del Cabildo Vaticano se
coronó a María Santisima la Mayor de
Roma y a la Virgen de Orocapa, en 1620.
En el siglo XIX se extiende este rito,
incorporándose al Pontifical Romano.
En España es la
Virgen de Montserrat, patrona de
Cataluña, la primera en ser coronada
canónicamente en 1881, siendo la Virgen
de los Reyes en 1904 la primera en ser
coronada de Andalucía. Luego le
siguieron La Virgen de la Antigua
(1929), María Auxiliadora (1954), la
Amargura (1954), La Esperanza Macarena
(1964), la Hiniesta Gloriosa (1974) y la
Esperanza de Triana en 1984.
En 1981 el vaticano
extiende este privilegio a las Virgenes
que son coronadas por los obispos
diocesanos. Por este motivo, Carlos
Amigo Vallejo, arzobispo de Sevilla,
concedió esta distinción a la Virgen de
las Angustias (1989), a la Virgen de la
Encarnación (1994), Gracia y Esperanza
(1997), Virgen de las Mercedes (1997) y
personalmente coronó a la Estrella el 31
de octubre de 1999 y a la Pura y Limpia
Concepción Inmaculada del Postigo en el
año 2000.
En el Tercer
Milenio, en el año 2002 se coronaron la
Virgen de los Dolores de la Hermandad
del Cerro, el 15 de septiembre y el día
1 de noviembre a la Virgen del Valle. el
23 de mayo de 2004 se consolida como
canónica la Coronación a la Divina
Pastora de Capuchinos y el 31 de octubre
de 2004 es el turno para la Virgen del
Rosario, de la Hermandad de Monte-Sión y
han presentado solicitud para coronación
las titulares de la Trinidad, Buen Fín y
La O.
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