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Iglesia de la Anunciación.-

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ISTORIA Y ORÍGENES

El templo de la Anunciación que hoy todos conocemos fue hasta 1767 la Iglesia de la Casa Profesa de la Compañía de Jesús, y desde 1771 hasta 1956 capilla de la Universidad de Sevilla. Su fundación data de 1565, habiéndose finalizado las obras y consagrado el templo en 1579.

LA ANTIGUA UNIVERSIDAD

La primitiva Universidad de Sevilla fue fundada en 1506 por Maese Rodrigo de Santaella, con bula pontificial del Papa Julio II, para que en ella se pudiesen otorgar diversas disciplinas como Teología, Filosofía, Derechos canónicos y civil, Arte, Lógica y Medicina. De esa primitiva Universidad hispalense sólo queda la Capilla (Capilla de Maese Rodrigo / Puerta Jerez/Capilla de Santa María de Jesús), el resto del colegio fue derribado para ensanchar las entradas a la ciudad por la zona de la Puerta Jerez. Afortunadamente la puerta principal de la Universidad se conserva en la actualidad en el compás del Convento de Santa Clara, llevada allí en 1920.

De esta manera, la Universidad hispalense estuvo hasta el siglo XVI funcionando en el Colegio de Santa María de Jesús. Habrá que esperar hasta el año 1771 para que se traslade , con el permiso de Carlos III, al abandonado convento de los Jesuitas situado en la calle Laraña. La Universidad se asienta definitivamente en el año 1956 en la Antigua Fábrica de Tabacos situada en la calle San Fernando.

Exterior del Templo

Las trazas del edificio las realizó el jesuita Bartolomé Bustamante (a mediados del siglo XVI), si bien las definitivas las diseñó el arquitecto Hernán Ruiz II, siguiendo el estilo renacentista imperante en la época.

La portentosa fachada de la Iglesia, correspondiente a la calle Laraña, fue diseñada por el Maestro Mayor de la Catedral Hernán Ruiz II, pudiéndose realizar hacia el año 1568. Se organiza por medio de un gran arco de medio punto, y está enmarcada por columnas toscanas, las cuales sujetan un entablamento. En un primer cuerpo se disponen dos hornacinas vacías, mientras que en la parte superior aparece en el centro una magnifico medallón de la Virgen con el Niño, obra de Juan Bautista Vázquez el Viejo (Cristo Burgos). A los lados se sitúan en sendas hornacinas esculturas del siglo XVIII de San José y San Miguel, aunque éste es a veces confundido con San Rafael, pero su indumentaria guerrera parece mas propia de San Miguel.

Por lo que resta del exterior del Templo no podemos olvidar el retablo cerámico, que da a la Plaza de la Encarnación, que representa al Santísimo Cristo de la Buena Muerte, titular de la Hermandad de los Estudiantes. Fue realizado por Antonio Kiernam Flores en 1949, para conmemorar las bodas de plata de la Hermandad. Costó 4200 pesetas.

Interior del Templo

En el interior hay que destacar la gran anchura de la única nave que tiene el templo, a lo que hay que añadir el coro a los pies y un altísimo presbiterio, (posiblemente desde el coro se pueda divisar claramente la planta de cruz latina del templo). Si nos situamos en el fondo de la Iglesia, a la altura del presbiterio, podemos observar que los brazos del crucero y la capilla mayor se cierran por medio de bóvedas de medio cañón, mientras que el crucero se remata por una inmensa bóveda semiesférica, decorada con casetones.(que recuerda las construcciones renacentistas al mas puro estilo italiano).

El interior del Templo está decorado con pinturas murales del primer tercio del siglo XVIII, aunque muy retocadas desde hace años. Las del crucero izquierdo, que representan imágenes de la vida de San Ignacio de Loyola, se ejecutaron entre 1709 y 1712. Las del crucero derecho se realizaron hacia 1735 y representan motivos decorativos siguiendo el estilo barroco.

La arquitectura del Gran Retablo Mayor (el mas grande visto) es obra del hermano jesuita Alonso Matías, quien lo realizó entre 1603 y 1606. Sigue el modelo renacentista ( que rompe con lo visto hasta ahora, casi todos barrocos) en el cual se aprecian los valores que promueven a este estilo, que son el equilibrio, la belleza de las formas rectas así como la admiración por arte clásico greco-romano.

Fue realizado en madera de borne (árbol que se encuentra en la zona de Flandes), siendo el banco (o parte inferior) de mármol. Está formado por banco, un amplio cuerpo central , dividido en tres calles (cada una alberga una pintura) y ático (en cuyo centro se alza un gran cuadro). De principios del siglo XVII son también las pinturas que integran el retablo, salidas de los pinceles de Roelas, Mohedano y otro maestro todavía desconocido. Comencemos por la puerta del Sagrario, en la que hay una deliciosa pintura de Juan de Roelas, con el Niño Jesús, representado como resucitado. En la calle central del retablo se halla una pintura de La Circuncisión, de Roelas, que representa el momento en el que el propio San José, siguiendo las indicaciones de los Jesuitas, realiza la operación. A ambos lados de este cuadro, en los intercolumnios, se encuentran las esculturas de San Ignacio de Loyola (fundador de los Jesuitas) y San Francisco de Borja, que son obra de Martínez Montañés, quien las ejecutó en 1610 y 1624. A los lados del cuadro central se sitúan La Epifanía, de Gerolamo Lucenti (drcha) y La Adoración de los Pastores , de Roelas, (a la izqda) (ambos han sido restaurados recientemente en la Facultad de Bellas Artes). En el ático está en su centro La Anunciación, titular del Templo, también llamado a este instante la Encarnación, obra de Antonio Mohedano. A los lados se encuentran pinturas de los Santos Juanes, obra de Juan de Roelas. La obra se remata en sus esquinas con esculturas de los Santos Pedro y Pablo de escuela sevillana de principios del XVII.

Advocación mariana de la Anunciación

La devoción religiosa de las mujeres a la Anunciación ha estado siempre muy extendida en la ciudad de Sevilla. Prueba de ello es que en Sevilla y la provincia existían numerosos altares para orar ante la Virgen de la Anunciación. De esta manera los grandes artistas se han esmerado en representar con sus pinceles o con sus gubias, en lienzos y en relieves de retablos, este excelso misterio.

Tenemos la Anunciación de la Catedral, La Anunciación pintada por Herrera el Viejo para el Convento de las Teresas; otra del siglo XVIII en Santa María la Blanca; una en la Iglesia de San Pedro, pintada por Pedro de Campaña; otra de Villegas Marmolejo en la Parroquia de San Lorenzo....y otras muchas de numerosos templos que completan un largo catálogo imposible de citar ahora.

En todos los retablos, cuadros y grupos escultóricos la representación iconográfica de La Anunciación presenta a la Virgen, doncella, casi niña, arrodillada, respondiendo al anuncio del arcángel su acatamiento al designio de Dios: “hágase en mi tu palabra..porque soy la sierva del señor”.

ZONA DERECHA (dentro de la nave central)”Epístola”

Comenzando por los pies lo primero que nos encontramos a nuestra derecha es el Retablo de San Juan Bautista (obra maestra de la retablistica sevillana), que compró el Estado al Convento de Santa María del Socorro, para depositarlo en este Templo en 1972. Fue tallado entre 1610 y 1620 por Juan Martínez Montañés y policromado por Juan de Uceda Castroverde. Este mismo fue quién realizó las pinturas que adornan el retablo. Consta de dos cuerpos, divididos en tres calles, y se remata por un ático. En la parte inferior hay pinturas de los Cuatro Evangelistas, a la que se suma la del Niño Jesús, que se encuentra en el Sagrario. En el centro del primer cuerpo aparece el relieve que representa El Bautismo de Cristo( que es mas grande que el resto de los relieves). A los lados relieves de La Predicación del Bautista, su Prisión, Ante Herodes y su Decapitación. En el centro del segundo cuerpo se halla el relieve que representa El Nacimiento del Bautista (tb de mayor tamaño), a su derecha San Juan se Despide de sus Padres, y a la izquierda La Penitencia del Santo en el Desierto. El retablo se completa con una pintura de la Visitación en el ático. A ambos lados del retablo se alzan sobre repisas las imágenes de San Juan de Goto y San Diego Quisae, mártires jesuitas de las misiones orientales.

Estas imágenes desaparecieron de la Iglesia con la desamortización del siglo XIX, y el año pasado fueron recuperadas por el Museo de Bellas Artes y devueltas a la Anunciación, el lugar a las que se las destinó originalmente. Antes de llegar al crucero se sitúa sobre una hornacina que se abre en la pared la imagen de la Santa Mujer Verónica, que procesiona el Jueves Santo en el misterio de la Calle de la Amargura.

En la zona del crucero de la Epístola se levanta el Retablo de la Inmaculada, conjunto que fue realizado en su parte mas antigua por Juan Bautista Vázquez “el Mozo” entre 1580 y 1584, siendo los cuerpos laterales y el arco que cubre el conjunto del siglo XVII. En el centro del Retablo se halla la imagen de la Inmaculada, de la escuela de Martínez Montañés.(recuerda a la de la Catedral). A los lados y de se sitúan las Santas Justa y Rufina, junto con San Antón y San Roque. En el segundo cuerpo se hallan Santa Ana, La Virgen y el Niño. A los lados se encuentran San Sebastián, San Nicolás y los Santos Juanes. Todo este conjunto es obra destacada de Vázquez el Mozo. En el ático se representa al Padre Eterno.

Debajo del crucero se encuentra la Cripta-Panteón de sevillanos ilustres. por la zona de la Epístola se abre la puerta de la Concepción, por la que se desciende a la cripta-panteón, donde han reposado, entre otros, Juan de Arquijo, Arias Montano y los hermanos Gustavo Adolfo y Valeriano Bécquer.

ZONA IZQUIERDA (dentro de la nave central) “Evangelio”

Justo enfrente del retablo de San Juan Bautista se encuentra, a la izquierda de los pies del templo, el Retablo de Nuestra Señora de Belén. Se trata de un conjunto de pinturas de diferentes escuelas, épocas y artistas. En 1588 los jesuitas encargaron este retablo para que cobijara la pintura que hoy lo preside. Se trata de La Virgen de Belén, autentica joya, que realizara allá por 1560 el flamenco Marcello Coffermans. El retablo consta de banco o parte inferior, dos cuerpos y ático, en los que se disponen las 22 pinturas que conforman el ático. A ambos lados del retablo se hallan tallas de San Cosme y San Damián, imágenes que, como la de los mártires jesuitas, se perdieron tras la desamortización, y han sido devueltas (el año pasado) al templo de la Anunciación. Antes de llegar al crucero se abre hornacina sobre la pared que cobija las imágenes de la Santas Mujeres, que procesionan en el misterio de la Calle de La Amargura.

En el crucero, por la parte del Evangelio, se sitúa el Retablo de la Hermandad del Valle, conjunto realizado entre 1836 y 1842 y que antiguamente estuvo dedicado a San Ignacio de Loyola. En la hornacina del centro se venera la imagen de la Virgen del Valle, obra anónima del siglo XVII, atribuida tanto a Juan de Mesa, si bien las manos son de Ordoñez. Virgen de expresión transida de dolor, que se manifiesta en la expresividad de las cejas, los ojos lacrimosos y las manos tensas por la angustia. Es una de las obras maestras del Barroco, que transmite al espectador todo el contenido humano y divino de la Madre que sufre. Siempre surge una pregunta entre aquellos que la visitan en el templo o la ven por las calles durante el Jueves Santo....¿pero de qué color son los ojos de la Virgen del Valle?.....

A la derecha de la Virgen se halla el Santísimo Cristo de la Coronación de Espinas, realizado por Agustín de Perea en 1687. Si bien Espinosa de Los Monteros lo restauró en 1918, la Hermandad piensa restaurarlo tras esta Semana Santa. Sentado, semidesnudo, atado y con una caña en la mano derecha como cetro, recibe en su frente una corona de espinas. Pese al enorme tormento que le impone los sayones, haciendo palanca con sus palos entre la cabeza, mantiene una sutil mirada de resignación que, pese a ello, deja entrever los horrores del suplicio, pues no en balde la acción de las agudas espinas hacen frotar un sinnúmero de gotas de sangre que llegan hasta sus pies. Actualmente se encuentra en el altar mayor debido los cultos del Quinario que comienzan el Jueves 18,(unos metros por debajo del Cristo está expuesta la reliquia de la Corona de Espinas). Representa el momento en el que Cristo es coronado con una corona de espinas y es objeto de burla por parte de cuatro sayones.

Al otro lado se halla la imagen de Nuestro Padre Jesús con la Cruz al Hombro, talla anónima de la segunda mitad del siglo XVII, atribuible tanto al circulo de Martínez Montañés como al de Pedro Roldán. Representa el misterio que engloba las estaciones sexta y octava del Vía-Crucis. S trata del encuentro de Jesús con las Santas Mujeres en la Calle de la Amargura. En el misterio aparece la Verónica arrodillada, y junto a ella las Mujeres de Jerusalén, y no las Tres Marías como se las ha venido identificado erróneamente.

HERMANDADES

Hasta 1966 residió en este templo de la Anunciación la Pontificia Archicofradía, Patriarcal e Ilustre Hermandad de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora de la Angustia”, conocida también por Los Estudiantes.

Actualmente la única Hermandad que reside en el templo es la “Pontificia, Real y Primitiva Archicofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Coronación de Espinas, Nuestro Padre Jesús con la Cruz al Hombro, Nuestra Señora del Valle y Santa Mujer Verónica”. Esta Hermandad surge de la unión de dos cofradías. Por un lado la Santa Faz que se fundó a mediados del siglo XIV en el Convento Franciscano de Nuestra Señora del Valle, y por otro ,La Hermandad de la Coronación, que se fundó en San Martín hacia el 1540. La fusión se llevó a cabo en el Convento del Valle en el año 1590 (en 1990 celebraron el 4º centenario de fundación). Antes de establecerse definitivamente en la Anunciación ha tenido esta cofradía otras sedes; San Román, San Andrés y el Santo Ángel.

Temporalmente reside en el templo la Hermandad del Amor, procedente de la parroquia del Salvador y que está a la espera de volver a su sede en el año 2008.

MISAS/FELIGRESÍA

Las misas dependen única y exclusivamente de la Hermandad del Valle y sus horarios son:

*Laborables : 12 horas y 20 horas
*Domingos y festivos: 12´30 horas.
(La Iglesia se abre de 11 a 13´00 por las mañanas y de 19´00 a 21´00 por la tarde.)
Debido a su situación céntrica y al estar situada en Laraña (una calle de paso obligado para salir o entrar en el centro), la feligresía es muy variada. También ayuda el que la Iglesia esté abierto en horario de mañana, y que se celebre una misa a las 12. Es así por lo que la visitan asiduamente estudiantes (sobretodo de la Facultad de Bellas Artes), trabajadores de la zona centro, transeúntes y vecinos de la zona. Si bien el día que mas gente aglutina es el Domingo por la Mañana, el resto de la semana recibe un heterogéneo grupo de fieles de manera constante. El sábado por la tarde es el día que mas hermanos del Valle asisten, ya que coincide con las sabatinas de la Virgen.

CULTOS Y CELEBRACIONES

*En Noviembre los hermanos de los Estudiantes van a realizar misa en este templo para conmemorar el 75 aniversario de su fundación precisamente aquí, en la Anunciación. Esta Iglesia pertenece a la Universidad, que la tiene cedida a a la Hermandad del Valle, que se encarga del mantenimiento y limpieza de la misma. Realmente si no estuviera la Hdad del Valle radicada aquí, quizás la Anunciación fuese utilizada como Sala de Exposiciones, o Museo de la Universidad....¿quién sabe?.

*Besapies del Santísimo Cristo de la Coronación de Espinas, 13 y 14 de febrero. Triduo del mismo titular los días 18, 19 y 20 de Febrero, con función principal el 21.
*Septenario Dolorosos a Nuestra Señora del Valle, del 19 al 25 de Marzo, con función principal el 26 (Viernes de Dolores) y bajada de la imagen del altar (pto departida para muchos de la SS).
*Festividad de los Dolores de la Santísima Virgen, el 15 de Septiembre.
*Solemne Triduo a Nuestro Padre Jesús con la Cruz al Hombro, 21, 22, 23 y 24 de Octubre, previo besamanos 16 y 17.
*Los primeros lunes de cada mes, durante la misa de la tarde, se expone a la veneración de los fieles la reliquia de la Santa Espina.

CURIOSIDADES Y ANÉCDOTAS

Una pregunta de concurso de cultura cofrade: ¿Porqué no lleva la Hermandad del Valle en su cortejo procesional de cada Jueves Santo “el Senatus”?. Pues resulta que antiguamente, en el paso de misterio de la Calle de la Amargura procesionaban muchas otras imágenes secundarias que se han ido eliminando con el paso del tiempo. Una de ellas era un romano que en su brazo derecho portaba un senatus al mas puro estilo romano. La Hermandad de San Isidoro pidió prestado ese Senatus para utilizarlo en su cortejo procesional del Viernes Santo. El tiempo pasó, el romano fue eliminado del misterio, y nunca mas se supo de la suerte que corrió el Senatus en cuestión. Desde la pérdida de ese Senatus la Hermandad del Valle no se ha propuesto el hacer uno nuevo, simplemente procesionan sin es insignia.

Para acabar , y como se suele decir, lo mejor para el final, hemos querido dar constancia de la historia de una marcha. Porque detrás de cada gran marcha siempre hay una gran historia, y este es el caso de la composición que realizara Vicente Gómez Zarzuela y titulara “Virgen del Valle”.(el año pasado se celebró el centenario de la marcha 1898-1998).

Vicente Gómez-Zarzuela fue un destacado miembro de la Hermandad del Valle, ostentando diversos cargos en las Juntas de Gobierno. Allí hizo muchas amistades y se familiarizó mucho con todo lo tocante a la Semana Santa.

El 8 de Noviembre de 1896 un pequeño barco de Vapor “el Aznalfarache” colisionaba a las 5 de la madrugada con el buque Torre del Oro en el río Guadalquivir. A consecuencia del choque mueren ahogados 20 hombres entre pasajeros y tripulantes, todos del Aznalfarache pues el buque no sufrió desperfecto alguno. Esta catástrofe supuso una conmoción para toda la ciudad de Sevilla.
Uno de los dos supervivientes (un excursionista) relata al día siguiente: (Diario el Porvenir, 9 de Noviembre de 1896)

A las 12 de la noche salieron 17 amigos en el Vapor Aznalfarache. A poco de zarpar del puerto, y huyendo del frío que sentían sobre cubierta, bajaron a las cámaras del vaporcito y cenaron alegremente sin exceso de ninguna clase. Distrajeronse luego largo rato escuchando bromas y chistes, algunos trozos musicales que cantó nuestro desgraciado compañero D. Alberto Barrau (amigo de Vicente Gómez) y los cuentos que refería el comisionista gaditano SR Camacho, que había venido a Sevilla exclusivamente para asistir a la travesía. En ese momento sentimos un golpe violentisimo sobre nuestras espaldas, simultáneamente sonó un ruido atronador de maderas que chocan , de tablas que se parten y de cristales que se rompen. En la cámara se produjo una confusión terrible entre los viajeros, todos percibimos la sensación fría del contacto del agua en nuestros cuerpos......el vapor se hundió en medio de una revolución espantosa.

Vicente Gómez-Zarzuela dedica entonces esta marcha de Virgen del Valle a Alberto Barrau, joven de 22 años, socio del Ateneo y Fiscal de la Junta de Gobierno de la Hermandad del Valle. Gran amigo suyo cuya muerte a tan temprana edad afecta de sobre manera a Vicente Gómez-Zarzulea, quien se pone de inmediato a componerle una marcha fúnebre. Y este es el nombre que originalmente tenían la composición, la de “marcha fúnebre”, que luego pasó a llamarse “marcha lenta”, y definitivamente “Virgen del Valle”, pues era la titular de la Hermandad de ambos. Virgen del Valle se estrena en el año 1898 en la Iglesia del Santo Angel durante los cultos internos de la Cofradía.

La revista “La Pasión” publica en Sevilla en el año 1951 un articulo escrito por el propio Vicente Gomez-Zarzuela que termina así: Año 1898. A su memoria escribo la marcha “Virgen del Valle”, que comienza con la frase “Pro Peccati” de Rossini y después de un sencillo desarrollo melódico, que bruscamente corta una fuerte cadencia interrumpida, termina la composición, iniciando las frases de las coplas “muerte brusca entre penas y horrores”. Frase que siempre nos recordará al inolvidable hermano de la Virgen del Valle, Alberto Barrau Grande. (los entendidos en estos tipos de composiciones afirman que la marcha nos narra musicalmente, la salida del barco, la colisión (clímax) y hundimiento del mismo, terminando con unos sones apaciguados o la vuelta de las aguas a la tranquilidad).

Texto: José Alfonso Muriel - Fotos: Francisco Santiago
 

Conocer Sevilla 2004 - Francisco Santiago©