Un acercamiento a
la persona de San Martín
San Martín fue en la
Alta Edad Media el santo mas popular de
Occidente. Nació en Sabaria en la
Panonia en el siglo IV y de niño, aún a
pesar de la oposición del padre, quiso
hacerse catecumenado. A los 15 años
sirvió en el ejército de Constancio y
Juliano el Apóstata. Entre sus grandes
virtudes destacó principalmente la
caridad. En este sentido el episodio mas
importante de su vida, es el de la capa.
Sucedió que entrando en Amiens, en uno
de los mas rigurosos inviernos, encontró
a un pobre que, aterido y temblando de
frío, le pidió limosna, El Santo,
compadecido por su gran indigencia, sacó
su espada y cortó la mitad de su capa
que gustosamente cedió al desarropado
mendigo. A la noche siguiente el Señor
se le apareció en sueños rodeado de
ángeles, a los cuales les decía:
“Martín, siendo todavía catecúmeno, me
cubrió con este vestido”. El 8 de
Noviembre del 397 muere en Candes.
En su iconografía se
le representa vestido de obispo, pero lo
mas frecuente es verlo sobre un caballo,
vestido de caballero romano y partiendo
con su espada la capa que cede al
mendigo, dispuesto al pie de su
cabalgadura.
Orígenes e
historia
Si bien los especialistas e
historiadores no se ponen de acuerdo en
lo que a la fundación de la iglesia se
refiere, si parece ser que se trata de
una construcción gótica de principios
del siglo XV. La iglesia de San Martín
destaca por ser uno de los pocos
ejemplares existentes de una sola nave
Exterior del
Templo
Dos ingresos tiene
este templo. Por un lado y dando a la
Plaza de San Martín, se abre la
portada de zona de la epístola y es de
estilo Neoclásico. Esta se abre tras un
pequeño compás con reja y se constituye
por pilastras que sustentan un frontón
triangular. A la izquierda se alza un
retablo cerámico de Nuestra Señora de
Guia, mientras que al final de esta
fachada hacia la derecha se alza el
retablo cerámico del Cristo de la
Lanzada.
La otra portada es la
que se abre a los pies y da a la calle
Divina Enfermera. Se trata de una
portada pétrea de arco apuntado (que
recuerda a las vistas en templos como
Ommium
Sanctorum o San Esteban). Destaca
que todo l lienzo de esta fachada está
realizado en ladrillo y piedra, y se
remata por medio de una bonita vidriera
con lacería. A la derecha de este
ingreso se alza el retablo cerámico de
la Divina Enfermera, titular de la
Hermandad de Gloria que radica en esta
Iglesia de San Martín.
A la derecha de esta
portada se erige la torre, que sigue el
mismo procedimiento constructivo que la
de Omnium Sanctorum. En el primer cuerpo
se abren saeteras, de arco apuntado y
alfiz. El último cuerpo es el de
campanas, con dos vanos de herradura en
cada frente.



Interior del
Templo

El interior del
templo es de una sola nave con cuatro
tramos y presbiterio. El presbiterio es
de planta cuadrada con bóvedas de
nervaduras sexpartitas (muy típicas del
estilo gótico), que cubren el mismo.
Esta parte de la iglesia se ilumina por
medio de vidrieras de lacería, que han
sido restauradas recientemente.
El retablo mayor es
de estilo renacentista y fue proyectado
por Vermondo Resta en 1606 pero
realizado por Diego López Bueno.
Completa la realización de este retablo
Gaspar Ragis, quien lo policroma entre
1606 y 1611. (paso de la Divina
Enfermera) Este retablo consta de banco,
dos cuerpos y ático, y en él se alternan
tanto la escultura como la pintura. Las
pinturas son obra de Gerolamo Lucente de
Corregio, mientras que las esculturas
las realiza Francisco de Ocampo. En el
primer cuerpo, y de izda a dercha nos
encontramos un lienzo de la caridad de
San Martín, una escultura de San Pedro,
y ya en la parte central se abre el
camarín donde se halla una escultura de
la Virgen con el Niño, obra del sXVII. A
la derecha del camarín se encuentra una
talla de San Pablo (muy interesante) y
después un lienzo con el Sueño de San
Martín.
En el segundo cuerpo,
y en el mismo orden vemos, a la izda, un
lienzo con la Resurrección de un
neófito, después una escultura de la
Virgen María anónima, un lienzo en el
que se representa al titular de la
iglesia que hoy nos ocupa, San Martín.
En el ático podemos contemplar un
crucificado atribuido a Ocampo.


Dentro del
presbiterio y en la parte de la epístola
hay dos retablos; el primero es del
sXVIII y en hornacina se encuentra un
conjunto de la familia de la Virgen de
la misma época. El otro retablo está
dedicado a la Inmaculada, que cobija
talla del sXVIII con dicha advocación.
Todavía dentro del
presbiterio, pero en la parte del
evangelio, hay dos retablos mas, que se
sitúan justo enfrente de los dos que
acabamos de ver ahora mismo. El primero,
que es un retablo del XVII, lo
constituyen dos relieves muy
interesantes. El de la parte inferior es
una representación del entierro de
Cristo, mientras que en el remate se
representa el Calvario. Ambos relieves
son muy interesantes aunque está algo
oscurecidos por el paso del tiempo y
suciedad. Es muy curioso el parecido del
crucificado del relieve superior con el
titular de la Hdad de Vera-Cruz. Junto a
este se levanta retablo del XVIII, que
preside una magnifica talla de San José
de 1800.
La nave de la
Epístola
Traspasada la puerta
de entrada, que se abre en esta nave de
la epístola, lo primero que nos llama la
atención es órgano que se sitúa en la
parte superior.
Se trata de un órgano
neoclásico del siglo XVIII(antiguamente
existían dos mas igual que éste, luego
había tres).
Debajo de éste se abre una
capilla, conocida como
“Capilla del Reposo”. Según inscripción
heráldica que hay en la misma capilla
parece ser que en ella descansan los
restos mortales de Diego de Gallegos.
También podemos decir, que antiguamente
la imagen de la Divina Pastora de Santa
Marina recibía culto en esta capilla.
Al lado de esta
capilla se alza un retablo neoclásico en
cuya hornacina se encuentra una talla de
finales del XVIII de San Francisco de
Paula. Ya en la cabecera de esta nave se
laza el altar de la Divina Enfermera,
titular de la Hermandad de Gloria. El
altar es de fines del XVII y va
enmarcado por columnas salomónicas,
mientras que en el ático se representa
al Dio Padre. En su centro se encuentra
la titula, la Divina Enfermera, una
Virgen de vestir, del siglo XVII, aunque
transformada en el XVIII. Además, parece
ser que incluso Castillo Lastrucci le
retocó el rostro en el presente siglo.


La nave del
Evangelio
Ya en la cabecera de
la nave izquierda lo primero que podemos
ver es un retablo barroco que preside
Nuestra Señora del Buen Fin, cotitular
de la Hermandad de la Lanzada. Se trata
de una Virgen de Candelero talla de Juan
de Astorga del año 1821. Como curiosidad
recordar el palio tan peculiar de estilo
gótico en el que procesiona cada
Miércoles Santo. La advocación del Buen
Fin alude a María como Madre y
dispensadora de favores, y el buen fin
que se pide a la Medianera de todas las
gracias.
Justo después podemos
contemplar el magnífico retablo
dieciochesco que preside la imagen de
Nuestra Señora de Europa. La Virgen de
la Europa cuenta en Sevilla con una
devoción que se remonta al siglo XVII.
Antiguamente la Virgen de la Europa
tenía capilla propia, ya desde el siglo XVII, en la plaza que está al final de
la calle Amor de Dios y comienzo de la
de Doctor Letamendi.
Iconográficamente
se podría tratar de una talla medieval,
pues la Virgen aparece sedente y
coronada a modo de reina antigua, es
decir sin las diademas de perlas, globo
y cruz de las coronas reales modernas.
Aún así nos encontramos ante una imagen
del siglo XVIII, de talla completa y que
tiene el Niño al brazo izquierdo,
mientras que en la otra mano sujeta una
flor. Debió de haber una imagen de la
Virgen de Europa en el siglo XVII, que
no es la que hoy conocemos, que en el
siglo XVIII se sustituyó por la actual,
obra quizás de Benito Hita del Castillo.

A media altura de
esta nave izquierda se abre la Capilla
del Sagrario, que pertenece a la
Hermandad de la Sagrada Lanzada. En el
altar se halla la imagen del Santísimo
Cristo de la Lanzada, obra contemporánea
de Antonio Llanes del año 1929,
inspirada en el crucificado montañesino
de la Clemencia, que costó 3500 pts. Al
lado del Crucificado se encuentran las
imágenes de la Virgen de Guía, obra tb
de Llanes de 1931, y San Juan que es
obra anónima del siglo XVII (atribuido a
Pedro Roldán) y considerado como una de
las mejores representaciones del
Apóstol. También destacan en esta
capilla del Sagrario los frescos que la
decoran y que se atribuyen a Mohedano
datándose en la primera mitad del siglo
XVII.


Hermandades
“La Real, Ilustre y
Fervorosa Hermandad de Nuestra Señora de
la Esperanza (Divina Enfermera)”.
Actualmente se encuentra fusionada con
la cofradía de la Sagrada Lanzada. El
nombre de divina enfermera le viene a la
imagen por haber sido titular de un
hospital, bajo la advocación de Nuestra
Señora de la O o de la Expectación, que
se encontraba en la Correduría. Este
hermandad se fundó en el año 1445,
perteneciendo sus cofrades al Gremio de
los Peleteros. Este hospital estaba muy
cerca de la iglesia de San Martín y
cuando en 1587 el Cardenal Rodrigo de
Castro decretó la reducción de
hospitales, la imagen pasó a la actual
iglesia. En 1765 comenzaron las
relaciones de esta cofradía con la de la
Sagrada Lanzada, a la que se fusionó
definitivamente unos años después.
“La Real, Antigua,
Ilustre y Fervorosa Hermandad
Sacramental, Concepción de Nuestra
Señora, Santa Espina de Nuestro Señor
Jesucristo, Animas Benditas. Nuestra
Señora de la Esperanza Divina Enfermera
y Cofradía de Nazarenos de la Sagrada
Lanzada de Nuestro Señor Jesucristo,
Nuestra Señora de Guía, San Juan
Evangelista y María Santísima del Buen
fin”.. La Hermandad se fundó en 1612 en
San Nicolás, y sus primeras reglas
fueron aprobadas en 1642. En 1706 quedó
disuelta, reorganizándose en San Marcos
y pasando posteriormente a San Francisco
de Paula. En 1836 su capilla fue ocupada
por el cuartel de artillería, por lo que
los hermanos escondieron las antiguas
imágenes en sus propias casas.
Actualmente esta Hermandad realiza la
estación de penitencia cada Miércoles
Santo.
Aunque de manera
provisional en San Martín de 1990 al año
2000 radicó en el templo la
Real, Muy Ilustre y Venerable Hermandad
del Santísimo Sacramento, Inmaculada
Concepción, Animas Benditas y Cofradía
de Nazarenos del Santisimo Cristo de la
Caridad en su traspaso al Sepulcro,
Nuestra Señora de las Penas y Santa
Marta, ocupando la antigua capilla de la
Santa Espina.
Misas y feligresía
LABORALES: 20´30
DOMINGOS Y FESTIVOS: 10´30, 12´00 Y
19´00 horas
En lo que se refiere
a la participación en misa a lo largo de
la semana, se viene repitiendo lo visto
anteriormente en otras Iglesias del
casco histórico. También se confirma que
en las misas del sábado y domingo por
las tardes acuden bastantes feligreses.
Actos y cultos
*Triduo a la Virgen
de la Divina Enfermera; durante los días
30 de Septiembre, 1 y 2 de Octubre. El
día 3 se celebra a las 12 la Función
Solemne, y a las siete de la tarde
realiza procesión de gloria por las
calles de la feligresía.
*Triduo a la Virgen del Buen Fin; en el
mes de Mayo.
*Quinario del Cristo de la Sagrada
Lanzada; en Cuaresma, la Función
Principal se celebra siempre un mes al
Domingo de Ramos.
*Quinario de Santa Marta y Triduo a la
Virgen de las Penas, así como Quinario
al Cristo de la Caridad, todos de la
Hdad de Santa Marta.
Anécdotas y
curiosidades
Parece ser que tanta
fue la devoción del famoso historiador,
Ortíz de Zúñiga, que deseó ser enterrado
a los pies de la veneradísima imagen de
la Divina Enfermera, en la iglesia de
San Martín.
Es curiosa la frase que posemos formar
si unimos los nombres o advocaciones de
las tres Vírgenes que residen en este
templo; La Esperanza (DE) nos Guía hacia
un Buen Fin (ambas de la lanzada).
Tradicionalmente se viene afirmando que
en esta iglesia de San Martín está
enterrado Juan de Mesa, pero es algo que
está todavía por confirmar; se dice que
está en esta iglesia, ¿pero dónde?, no
se sabe. En la fachada de la Iglesia hay
una lápida que confirma esto que
decimos.
Durante cinco años han estado saliendo
de esta iglesia de San Martín dos
Hermandades del Miércoles Santo; La
Lanzada (como es lógico) y Los
Panaderos, ambas procesionaban en el
mismo día. Los Panaderos salían por
entonces a eso de las 4 de la tarde
mientras que la Lanzada lo hacía a las 8
de la tarde.
Texto: José Alfonso Muriel - Fotos: Francisco Santiago |