Los primeros
vestigios de la información cofrade,
habría que buscarla en la persona del
muñidor, que a golpe de campana, cual
pregonero, visitaba a los hermanos para
citarlos para los cabildos o reuniones
importantes de la Hermandad.
En el XIX, cuando
este siglo toca a su fin, es la prensa
escrita la que retoma la convocatoria de
cultos y actos de las hermandades para
hacerla extensa a los hermanos, aunque
las mismas eran muy escuetas, siendo su
actividad mayor, como ocurre
actualmente, el periodo de Cuaresma y
Semana Santa.
El siglo XX y sobre
todo a partir de su segunda mitad, vivió
una gran convulsión respecto a la
información cofrade, reactivándose y
ampliándose en las dos últimas décadas.
En 1959, nace el Boletín de las
Cofradías, como complemento y extensión
de los boletines de las hermandades, que
cumplió en octubre de 2000 su número
500.
El siglo XXI lleva
consigo la introducción de forma ya
habitual, salvando excepciones, el
correo electrónico como medio de
información, aparte de las cada vez más
usuales páginas web de las Hermandades,
donde se puede consultar el boletín en
numerosos casos y siempre que la
actualización de la misma sea una
constante.
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