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Presagios de Pasión (Muerte y Resurrección) en Sevilla.-

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Tras la resurrección de Lázaro, muchos judíos creyeron en Jesús, pero otros, en cambio, delataron este hecho a los Sacerdotes y Fariseos, los cuales en Concilio y tras profetizar Caifás que debería de morir un hombre por la Nación, acordaron su muerte.

Tras regresar de Betania, Jesús entró triunfalmente en Jerusalén, donde le esperaba una gran muchedumbre con ramas de palmeras que, al verlo, clamaron: ¡Hosana!, ¡Bendito el que viene en nombre del Señor, el Rey de Israel!, mientras Jesús entraba a lomos de un asno.

Tras anunciar su muerte, como ya había profetizado Isaías y antes de la fiesta de la Pascua, Jesús cenó con sus discípulos, lavando sus pies en dicho acto. Igualmente Jesús declaró a sus Discípulos: “- De cierto, de cierto os digo que uno de vosotros me va a entregar. –A quien yo le dé el pan mojado, ese es”. Y mojando el pan se lo dio a Judas Iscariote, hijo de Simón, diciéndole Jesús: “lo que vayas a hacer, hazlo pronto.

Tras el anuncio del nuevo mandamiento: “Amaros unos a otros como yo os he amado”, Jesús anunció a Pedro que antes de que cantara el gallo, le negaría tres veces, partiendo a orar al Monte Sión y reuniéndose con sus discípulos en el huerto de los olivos, al otro lado del torrente del Cedrón. Sabiendo Judas el lugar de reunión, se acercó con soldados romanos y guardias de los Sacerdotes, siendo arrestado.

Sagrada entrada en Jerusalén
Sagrada Cena
Montesión
Redención
El Prendimiento

El Juicio

Tras su prendimiento, Jesús Fue llevado ante Anás, suegro de Caifás, siguiéndole Pedro hasta el patio del Sumo Sacerdote donde, al ser preguntado si no era él uno de los seguidores de Jesús, hasta tres veces lo negó, tal y como Jesús le había dicho.

Anás interroga a Jesús sobre sus discípulos y su doctrina, respondiéndole “¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que me han oído, de qué les he hablado; ellos saben lo que yo he dicho”. Cuando Jesús dijo esto, uno de los guardianes le dio una bofetada diciendo: ¿así respondes al Sumo Sacerdote?

Anás le envió a casa de Caifás, el pretorio, saliendo al paso Pilato, que le preguntó si era el Rey de los Judíos, a lo que Jesús respondió: “Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad.

Pilato remitió a Jesús a Herodes, al conocer que era Galileo. A pesar de las preguntas, Jesús nada contestó, procediendo Herodes a enviarlo de nuevo a Pilato, no sin antes haberse burlado de él, vistiéndole con ropa espléndida.

Jesús ante Anás (Bofetá)
Carmen Doloroso
Soberano Poder ante Caifas (San Gonzalo)
Silencio ante Herodes (Amargura)

La Sentencia

Pilato, no queriendo matar a Jesús, lo mando azotar, colocándole los soldados una corona de espinas y un manto púrpura, burlándose de él. Tras el castigo, lo volvió a mostrar al pueblo, dándoles la opción de liberar a un reo, como era costumbre en la Pascua, pero los allí congregados eligieron a Barrabas, entregándoles a Jesús para que fuera crucificado.

Columna y Azotes
Salud y Buen Viaje
Coronación de Espinas
Cautivo (Santa Genoveva)
Torreblanca
Presentación Al Pueblo
La Sentencia

Calle de la Amargura

Portando la Cruz y ayudado por Simón de Cirené, fue llevado al lugar de la Calavera, Gólgota en hebreo. Le seguía una gran multitud, mientras las mujeres lloraban y se lamentaban, a lo cual Jesús les dijo: “Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino por vosotras mismas y vuestros hijos…”

Victoria en el Porvenir
Penas de San Roque
Con la Cruz al hombro
Salud de San Nicolás
Pasión
Gran Poder
Penas de San Vicente
Tres Caídas (Triana)
Tres Caídas (San Isidoro)
Misericordia (Siete Palabras)
Nazareno de La O
Nazareno Silencio
Gitanos

Cara y Cruz

Mientras los soldados se repartían sus vestiduras, fue crucificado entre dos ladrones y colocando sobre la cruz el título “Jesús Nazareno, Rey de los Judíos”, escrito en hebreo, latín y griego. Viendo Jesús a su Madre y su discípulo, le dijo: Madre, he ahí a tu hijo. Después dijo al discípulo: He aquí tu Madre. Sabiendo Jesús que todo estaba ya consumado, dijo: ¡tengo sed!, acercándole un soldado una esponja empapada en vinagre; tras beberlo exclamó: “Consumado es”, expirando y entregando su espíritu al inclinar la cabeza.

Ante la proximidad de las fiestas de la Pascua, los soldados quebraron las piernas de los ladrones para asegurar su pronta muerte pero, viendo que Jesús ya estaba muerto, le traspasaron su costado, del cual brotó sangre y agua.

Jesús Despojado de sus Vestiduras
Penas de Triana (Estrella)
Humildad y Paciencia
La Exaltación
Conversión
Siete Palabras
La Sed
Misericordias
Expiración
Museo
Lanzada
Desamparo y Abandono
Las Aguas
Hiniesta
Buena Muerte
Amor
Sangre
San Bernardo
Calvario
Javieres
Negritos
Cristo de Burgos
Vera Cruz
Buen Fin

Tres Necesidades

José, nacido en Arimatea y miembro del Consejo, además de seguidor en secreto de Jesús, se dirigió a Pilato para pedir el cuerpo del Redentor. Recibiendo el visto bueno, lo bajó de la cruz con ayuda de Nicodemo, los cuales amortajaron el cuerpo y lo prepararon para darle sepultura, trasladándole a un sepulcro situado en un huerto cercano.

Carretería
Trinidad
Quinta Angustia
Baratillo
Servitas
Mortaja
Santa Marta
Urna
Duelo
Soledades

La Resurrección

Tras sellar el sepulcro con una gran piedra y con guardias a su puerta, para asegurar que no robarían el cuerpo. En la Mañana del primer día de la semana, María Magdalena, Juana y María, acompañadas de otras mujeres, se dirigieron al sepulcro con las especias aromáticas que habían preparado, hallando la piedra removida y el sepulcro vacío, anunciándoles un ángel: “… No está aquí, pues ha resucitado, como dijo”, indicándoles que fueran a comunicarlo a sus discípulos.

Resucitado

Mort Mortem Superavit 

Fotos y Texto: Francisco Santiago©

Conocer Sevilla 2004 - Francisco Santiago©