A VIRGEN MARIA,
REINA DE CIELOS Y TIERRAS
HISTORIA DE UN VOTO
EN HONOR A MARIA SANTÍSIMA EN LA CIUDAD
DE SEVILLA
S. S. Pío XII, el 1
de Noviembre de 1954, en la Plaza de San
Pedro de la Ciudad del Vaticano,
proclamó la Realeza de la Santísima
Virgen María como Verdad Fundamental de
la Iglesia Católica, ante miles de
fieles, entre los que destacaban un
grupo de sevillanos que con sus
estandartes, simpecados y banderas de
las Hermandades y Cofradías de Sevilla,
veían colmados sus deseos. Pero en
especial un joven cofrade, D. Miguel
Román Pérez, representante de la
Hermandad de la Sagrada Cena, y devoto
de la Virgen del Subterráneo, ya que fue
esta corporación la primera y máxima
precursora de esta proclamación
universal en España.
S. E. EL CARDENAL
D. PEDRO SEGURA, UN APOYO FIRME
La historia de esta
prueba inequívoca de amor y devoción por
María Santísima en la ciudad de Sevilla,
tuvo su germen en el Palacio Arzobispal
en la segunda quincena de Febrero de
1948, durante una audiencia privada del
Emmo. y Rvdmo. Cardenal Arzobispo D.
Pedro Segura y Sáenz, en la cual recibía
a D. Miguel Román Pérez, Prioste de la
Hermandad de la Sagrada Cena, Stmo.
Cristo de la Humildad y Paciencia y la
Virgen del Subterráneo, durante la cual
se atrevió a hacerle participe a S. E.
de un pensamiento que le perseguía en
esas fechas tras tener conocimiento de
las pretensiones de diferentes
movimientos católicos belgas, proclamar
el voto de la realeza de María en la
Protestación de Fe que se llevaría a
cabo en la Función Principal de
Instituto de la Hermandad de la Sagrada
Cena el 22 de Febrero de ese año, en la
Iglesia de los Terceros. Ante la sorpresa de
D. Miguel, por lo que podría
interpretarse como una osadía, S. E.
mostró su total agrado y felicitó a la
Hermandad por la iniciativa.
1948. PRIMERA
DEFENSA DEL VOTO DE LA REALEZA
Tras el apoyo del
Emmo. y Rvdmo. Cardenal D. Pedro Segura,
la Hermandad de la Sagrada Cena vivió
una de las fechas más importantes de
toda su historia, el domingo 22 de
Febrero de 1948 durante su Función
Principal de Instituto, que presidía el
Rvdo. Padre Escolapio Santos Familiar,
Rector del Templo de los Terceros,
asistido por D. Ricardo Trayero,
Diacono, y D. Rafael Barbero,
Subdiácono, ocupando la sagrada cátedra
el Ilmo. Dr. D. Manuel Rubio Díaz,
Canónigo Capellán Mayor de la Real de
San Fernando de la S. I. Catedral y
Vicario General.
Llegados al momento
de la siempre esperada Protestación de
Fe, el Prioste de la Cofradía, Sr. Román
Pérez, hace lectura de la misma
incluyendo, ante la sorpresa y
admiración de los asistentes, el voto de
defender la Realeza de la Santísima
Virgen María, lo cual es jurado por
todos los hermanos, devotos, y
autoridades eclesiásticas y civiles
convocadas.

UN CAMINO CORTO E
INTENSO HACIA LA PROCLAMACIÓN
Indudablemente este
fue el primer paso emprendido en el país
para la posterior Proclamación Papal,
pero hasta esta, se sucedieron
diferentes acontecimientos como la
adhesión al Voto de la Realeza de María
de numerosas Hermandades de toda la
Diócesis, buen ejemplo de ello fue la
celebración de un acto votivo realizado
en la Iglesia de San Martín el 26 de
Noviembre de 1950, donde hasta once
corporaciones secundaron la que sería
Verdad Fundamental.
Pero la labor incesante y pertinaz de
búsqueda de apoyos no se quedaba entre
las fronteras de la Archidiócesis, la
Hermandad de la Sagrada Cena de Sevilla,
durante los años 1950, 1951 y 1952,
remite diferentes misivas a las máximas
autoridades de la Iglesia Católica de
todo el orbe, y las propias del Estado,
con una sola súplica, que elevasen
preces a la Santa Sede para que S. S.
Pío XII proclamase la Realeza de Maria.
Numerosas fueron las cartas pero
destacaremos las enviadas a los Emmos. y
Rvdmos. Cardenales, D. Pedro Segura, de
Sevilla, D. Enrique Pla y Daniel,
Primado de España y Toledo, Primado de
Lisboa, D. Eugenio Tiserant, Decano del
Sacro Colegio de la Ciudad del Vaticano,
D. José Pizardo, Gran Canciller de la
Pontificia Universidad Gregoriana de la
Ciudad del Vaticano, D. Clemente Micara,
Gran Canciller del Pontificio Ateneo
Lateranense de Ciudad del Vaticano, Sr.
Arteaga, de La Habana, D. Federico
Tedeschini, Arcipreste de la Basílica de
San Pedro del Vaticano, de la Santa
Iglesia de Roma, Patriarcal de Venecia,
y el Cardenal-Arzobispo de Nueva York.
También fueron cursadas peticiones a D.
Alfredo Otavianei, Prefecto de la
Sagrada Congregación del Santo Oficio,
D. Enrinco Dante, Prefecto de la
Sagradas Ceremonias de la Basílica de
San Pedro, al Padre General de la Orden
de las Escuelas Pías, el Rvdo. Maestro
General de la Orden de Predicadores,
Padre General de los Franciscanos de
Roma, Padre General de los Hijos del
Inmaculado Corazón de Maria de Roma,
Padre General de la Compañía de Jesús en
Roma, Padre General de los Capuchinos en
Roma, Padre General Salesiana en Roma,
Arzobispo Dimisionario de Lima D. Emilio
Lisson Chávez.
Igualmente las
misivas de Sevilla llegaron a las
nunciaturas apostólicas en España,
Irlanda, Austria, Bélgica, Argentina,
Perú, Rep. Dominicana, Colombia,
Nicaragua, Venezuela, Francia, Chile y
Portugal. Por último señalar que
los deanes y presidentes de los Cabildos
de todas las Catedrales de España fueron
instados a sumarse a la petición de
proclamación papal.
Sin ninguna duda esta
amplísima relación de dignidades de la
Iglesia hizo que las preces llegasen al
Sumo Pontífice que, colmando las
aspiraciones de todos, publicó el 11 de
Octubre de 1954, decimosexto año de su
pontificado, la encíclica apostólica "AD
CAELI REGINAM” sobre la Realeza de
María, anunciando que el 1 de Noviembre
de ese año se haría realidad su
proclamación, cumpliéndose el sueño de
toda una ciudad, y de la Hermandad, que
ondeo la primera la bandera de la
Realeza de María en el Mundo.
PEREGRINACIÓN
SEVILLANA A ROMA
Una vez conocida la
fecha de la proclamación, los cofrades
sevillanos, bajo la dirección de S. E.
el Cardenal D. Pedro Segura, organizan
una peregrinación a Roma a la cual se
suma un buen número de Hermandades de
Sevilla y su provincia, las cuales
estarán presentes en la Plaza de San
Pedro con sus insignias marianas más
destacadas, simpecados, banderas,
estandartes, guiones, junto a las de
numerosísimas corporaciones religiosas y
laicas de todo el mundo, hasta llegar a
las 450 delegaciones marianas.
Sobre las sevillanas sobresalía la
Bandera de la Realeza de la Hermandad de
la Sagrada Cena, ya que era la primera
bandera confeccionada con tal motivo en
el orbe católico, y que fue bendecida
por S. S. Pío XII.
En todos los actos
celebrados en la capital italiana, esta
Bandera y su portador, D. Miguel Román,
siempre estuvieron junto al Sr.
Cardenal, ya que S. E. quiso otorgarle a
nuestra Cofradía un lugar predominante,
agradeciéndole de esta forma ser los
precursores sevillanos del
acontecimiento. Indicar que a todas las
hermandades participantes se les
condecoró con la medalla pontificia de
S. S. Pío XII, y que hoy conservan en su
mayoría como recuerdo de esta
peregrinación.
 
1 DE NOVIEMBRE DE
1954, LA PROCLAMACIÓN
El primer domingo de
Noviembre de 1954, Año Santo Mariano, a
las 10 horas de la mañana, desde el
balcón principal de la Basílica de San
Pedro, el Papa Pío XII, durante la
ceremonia de clausura del Congreso
Internacional Mariológico, que incluía
la Coronación Canónica de la Virgen
Salus Pupulis Romani, que se venera en
la Basílica de Santa María la Mayor,
proclamó la Realeza de la Virgen María
como Verdad Fundamental de la Iglesia
Católica,
“La realeza de María es una realeza
ultraterrena, la cual, sin embargo, al
mismo tiempo penetra hasta lo más intimo
de los corazones y los toca en su
profunda esencia, en aquello que tienen
de espiritual y de inmortal. El origen
de las glorias de María, en el momento
culmen que ilumina toda su persona y su
misión, es aquél en que, llena de
gracia, dirigió al arcángel Gabriel el
Fiat que manifestaba su consentimiento a
la divina disposición, de tal forma que
Ella se convertía en Madre de Dios y
Reina, y recibía el oficio real de velar
por la unidad y la paz del género
humano”. (S. S. PIO XII, Alocución “Le
testimonianze”, 1 Noviembre 1954.)
Ante la alegría y el entusiasmo de los
presentes y los representantes
sevillanos,
“... el Santo Padre colocó una corona
enjoyada sobre la pintura de Nuestra
Señora, protectora de Roma. En ese
momento, se levantó un fuerte llanto
entre la gran multitud congregada en
Santa María la Mayor, gritando ¡Viva la
Reina!. El Papa nombró a la Virgen,
Reina de cielos y tierra, y decretó que
se celebrara una fiesta especial para
honrarla bajo ese título...”. (“EL
CAMINO DE MARÍA”. Marisa y Eduardo
Vinante.)
Destacar que unido a la satisfacción y
la ilusión de los fieles se encontraba
S. E. el Cardenal D. Pedro Segura, que
veía culminado un proceso impulsado
desde la Archidiócesis que regía.

SEVILLA, A LOS
PIES DE MARIA SANTÍSIMA
Lógicamente la ciudad
entera mostró su agradecimiento y
alegría por haberse confirmado la
proclamación, para lo cual se organizó
el 14 de Noviembre de 1954, una Solemne
Función de acción de gracias presidida
por el Ilmo. Sr. D. José María Bueno
Monreal, Arzobispo Coadjutor de la
Archidiócesis, versando su homilía en
María Reina en Belén y el Calvario.
Esta celebración tuvo lugar en la
Iglesia de los Terceros, presidiendo el
altar, instalado al efecto, la Virgen
del Subterráneo, asistiendo a la
ceremonia representantes de todas las
Hermandades de la Archidiócesis, y en
especial todos los cofrades que
integraron la peregrinación a Roma.

Fotos: Hermandad Sagrada Cena |