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Los Carmelitas en Sevilla.-

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n el año 2008, se cumplirán 650 años de la llegada de los Carmelitas a Sevilla, aunque su primer asentamiento en Andalucía estuvo en Gibraleón (Huelva). Los Carmelitas procedían en origen de Palestina, concretamente del Monte Carmelo, viéndose obligados a dejar aquellas tierras en el último tercio del siglo XIII, estableciéndose en Francia gracias al apoyo de San Luis, por entonces Rey de Francia y abuelote Alfonso de la cerda, fundador de la Orden en Gibraleón.

En 1358, los Carmelitas de Gibraleón llegan a Sevilla, instalándose en la collación de San Vicente a instancias del Rey Don Pedro, donde fundaron la llamada Casa Grande del Carmen, en la actual calle Baños.

Desde 1513, las monjas carmelitas se establecieron en la ermita de Ntra. Sra. de Belén, en los aledaños de lo que hoy es la Alameda de Hércules y donde aún prevalecen tradiciones como la Cruz del Rodeo, donde tiene actualmente sede la resurgida Hermandad del Carmen de la calle Calatrava, mientras que las hermanas se trasladaron a la vecina calle Santa Ana, donde tienen sede.

En 1602 se funda el Colegio de San Alberto como casa de estudios superiores y en 1641 el convento de Santa Teresa, a extramuros de la ciudad junto a la Cruz del Campo. Santa Teresa y San Juan de la Cruz también dejaron constancia de su paso por Sevilla, fundando el convento de Carmelitas descalzas del Barrio de Santa Cruz (Las Teresas) y el Convento de Los Remedios.

La Ley General de exclaustración de las órdenes religiosas de 7 de enero de 1836, epílogo a los acontecimientos producidos con la invasión francesa, dejaron a los Carmelitas sin conventos en Sevilla, aunque conservaron parte del templo del monasterio Casa Grande del Carmen, concretamente el crucero y la capilla mayor, donde se mantuvieron los cultos y festejos en honor a la Titular que les daba nombre.

En 1868 la Junta Revolucionaria incautó a la orden lo que quedaba del antiguo convento, convirtiéndolo en cuartel. También con anterioridad fueron incautados el de San Alberto en la collación de San Isidoro, pasando a los padres Filipenses y el de Santa Teresa de Jesús en la Cruz del Campo, fue destruido, trasladándose en 1820 al barrio de Los Humeros.

El último provincial de la Orden en la época de la exclaustración, el padre Rafael de Alba, fue nombrado párroco de San Vicente, donde traslado parte de las imágenes del exclaustrado convento vecino y fundó en 1875 la cofradía de Las Penas, y donde acogió a la Hermandad de Las Siete Palabras, que tenía capilla propia en el antiguo Convento Casa Grande.

Otras hermandades Carmelitas afectadas por la exclaustración fueron la Soledad, hoy en San Lorenzo, que tuvo que refugiarse en San Miguel en tiempos de la invasión francesa o la de La Quinta Angustia, que tuvo que establecerse en la antigua iglesia dominicana de San Pablo.

Otro Carmelita exclaustrado, llega a ser el cardenal Lluch y Garriga, que devolvió a los Carmelitas el templo del Carmen de Jerez (Cádiz), intentó hacer lo mismo con los carmelitas sevillanos, pero no pudo al estar establecidos en San Alberto los Filipenses, que lo habían obtenido en propiedad. Sí logró en 1881 la reinstalación de la Orden de los Descalzos en el Santo Ángel.

Los Carmelitas pleitearon con los Filipenses por San Alberto y, aunque no recuperaron el templo, si lograron decreto del arzobispado en 1893, instando a los filipenses a devolver los bienes que pertenecieron a los Carmelitas, como la Virgen de Duque Cornejo, Santa Ana de Martínez Montañés así como las imágenes de Santa Teresa y San Alberto de Alonso Cano. Otros ornamentos recuperados se encuentran hoy en el Museo Conventual de Jerez.

Al dejar en 1895 la iglesia del Buen Suceso las Mercedarias, el arzobispo Sanz y Forés se lo ofrece a los Carmelitas,  que lo aceptan. En 1896, ya siendo prelado Marcelo Spínola y Maestre, firma el establecimiento de la orden Carmelita, que ha llegado hasta nuestros días.

La casita del capellán se convierte en la sede provisional de la residencia de los frailes, que estaba ya como tal para la festividad del carmen, en el mes de julio de 1896, centenario que celebró la orden en el año 1996.

Este reestablecimiento se vio turbado en los acontecimientos previos a la Guerra Civil, donde en 1931 fue asaltado el templo, quemándose la Virgen del Carmen de Duque Cornejo, la Virgen niña (sólo quedó la cabeza) de Montañés y el Crucificado atribuido a Ruiz Gijón. En 1956, el cardenal Bueno Monreal bendecía las dependencias del nuevo convento carmelita, en los terrenos anexos a su iglesia del Buen Suceso.

Hermandades relacionadas con los Carmelitas: Siete Palabras y Ntra. Sra. de la Cabeza, Soledad de San Lorenzo, Quinta Angustia, Penas de San Vicente, Carmen de Santa Catalina, Carmen de Calatrava,

Hermandades relacionadas con los Carmelitas Descalzos: Carmen del Santo Ángel, La Lanzada, El Valle, Las Penas, Montserrat, Carmen Puente de Triana


Carmelitas y Carmelitas Descalzos, unidos en el Carmen del Buen Suceso (30.06.06)

Bibliografía:

Martínez Carretero, Ismael. O. Cam. Caja Sur
Smet, Joaquín. O. Cam. Los Carmelitas, 6 vol. Madrid (BAC), 1996-1998
Velasco, Balbino. O. Cam. Historia del carmelo Español, 3 vol. Roma 1990-1993
Martínez, Ismael. O. Cam. Exclaustración y restauración del carmelo en España. Roma 1996

Fotos: Francisco Santiago© (Cuadros de los Carmelitas del Buen Suceso, algunos procedentes del Convento Casa Grande del Carmen y pertenecientes a la Diputación)

Conocer Sevilla 2004 - Francisco Santiago©