Resulta curioso que, para referirnos al
toro de lidia andaluz, tengamos que
remontarnos a los monjes de los
conventos andaluces, sobre todo de Jerez
de la Frontera y Sevilla. A estos toros
se le conocía como "ganado frailero".
Esto viene de las antiguas disposiciones
eclesiales que obligaban a los ganaderos
a entregar al clero la décima parte de
las reses nacidas cada año, con lo cual
y tras una selección de los frailes, se
fue dando paso a un selecto ganado.
Entre los más afamados se encontraban
los cartujos de Jerez de la Frontera y
en Sevilla, además d elos Cartujos,
estaba la Compañía de Jesús, los del
Convento de San Isidoro, Convento de San
Basilio y los del Convento de San
Agustín
Como ya resulta habitual en nuestra
historia, las desamortizaciones
ocurridas tanto en los siglos XVIII como
el XIX, desposeyeron a los monjes de sus
posesiones y pertenencias, con la excusa
que no tributaban.
Bibliografía:
Barga Bensusán, Ramón. 1989. Taurología.
La ciencia del toro de lidia. Ed. Espasa-Calpe.
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