Ciertamente hacia 1255 se tiene ya
noticia histórica de la existencia del
Convento de San Pablo, de la orden de
Santo Domingo de Guzmán o de
Predicadores. Fundado por Fernando III
el Santo para los religiosos dominicos
que asistieron a su ejército en la
conquista de Sevilla, se estableció en
terrenos cercanos al río, con abundantes
huertas.
En la misma collación se fundó
asimismo el Convento de Nuestra Señora
de la Merced, de Frailes Mercedarios,
dedicados a la redención de cautivos. Su
magnífica Iglesia del XVII es hoy la
Sala principal del Museo de Bellas Artes
de la ciudad.
Fundado el Convento en 1248, la iglesia
primitiva fue edificada en los años
inmediatos, y habría que pensar en una
hermosa fábrica mudéjar similar a la de
San Gil, Santa Marina o Santa Ana.
Consta que en 1350 fue prácticamente
destruida por un incendio,
reedificándose por el rey Pedro I el
Cruel. Del esplendor del convento y de
las riquezas de su iglesia dan fe los
principales historiadores de la época.
Luis de Peraza ofrece el siguiente
testimonio en su Historia de Sevilla,
escrita hacia 1535:
"Hay seis monesterios de frailes dentro
del circuito de Sevilla: San Pablo, de
la Orden de los Predicadores, mui
solemne convento, con su adornado
claustro y oratorio, y muy magnífico,
con su grandísimo y muy adornado
refectorio y odorífero, con sus mesas de
aciprés, donde a la continua residen
pasados de ochenta frailes, varones de
mucha santidad y así mismo mui grandes
letrados y excelentísimos predicadores,
y por eso este insigne convento es el
mas principal del Andaluzía, del qual es
agora prior, haviendo sido provincial de
toda el Andaluzía otras muchas veces, el
mui religioso en linage y en vida y
costumbres mui religioso y por eso muy
Reverendo Fray Alberto de las Casas,
natural sevillano, de la generosa
familia de los de las Casas, que con más
devido conombre de los Casaus se debe
nombrar."
Este Convento de dominicos de San Pablo,
"convento más principal del Andaluzía",
era la sede residencial del Padre
Provincial de la Orden de Predicadores,
así como un renombrado centro de
estudios teológicos y casa de noviciado.
Al convertirse Sevilla en la metrópolis
del Nuevo Mundo, el noviciado de San
Pablo llegó a ser el centro principal
donde se formaban y consagraban a Cristo
los frailes dominicos, que tan relevante
papel desempeñaron en la evangelización
del continente americano. Baste citar al
eminente Fray Bartolomé de las Casas,
consagrada figura de la Escuela Española
del Derecho Natural, defensor de los
derechos de los indios, que fue
consagrado Obispo de la Diócesis de
Chiapas (México), hoy de candente
actualidad, en este templo sevillano.
Tras el derribo en 1811 por los
franceses del antiguo templo de La
Magdalena, La
Iglesia se trasladó a la
Iglesia del Convento de San Pablo el
mismo año, aunque en 1815 volvió a ser
templo conventual. En 1838 se instala la
Parroquia de modo definitivo, al
abandonarlo los Dominicos con ocasión de
la Desamortización.
Por consiguiente la actual Iglesia
Parroquial de Santa María Magdalena fue
anteriormente templo conventual de San
Pablo, si bien no el primitivo medieval,
que se hundió hacia 1690, sino el
segundo, construido a finales del siglo
XVII y principios del XVIII.
Texto: Carlos López Bravo - Fotos: Francisco
Santiago© |