undado
en 1490 por doña Isabel de León, bajo la
advocación de San Juan Bautista y la
Visitación de Nuestra Señora a Santa
Isabel. El monasterio se edificó en el
final del siglo XV, entre la iglesia de
San Marcos y el convento de Santa Paula,
siendo su claustro del siglo XVI.
Su iglesia fue
trazada por Alonso de Vandelvira en
1602, presentando la tradicional planta
conventual de cajón, de una sola nave
rectangular con tres tramos, cubierta
con bóveda de cañón con lunetas, siendo
una bóveda vaída la que recubre la
Capilla Mayor.
El relieve que se sitúa sobre la portada
principal, de estilo renacentista, donde
se erige la escena de la Visitación de
la Virgen a su prima Santa Isabel, fue
labrado por Andrés de Ocampo en 1609.
Una espadaña de diseño manierista,
realizada a principios del siglo XVII,
se dispone sobre el muro de los pies,
presentando azulejos con el escudo de la
Orden de San Juan Bautista. Uno de los
retablos más interesantes que se
custodian en su interior es el que con
diseño de Juan de Oviedo ejecutara Juan
Martínez Montañés entre 1610 y 1614; en
su hornacina recibe culto el magnífico
Crucificado de la Misericordia, gubiado
por Juan de Mesa en 1622.
La desamortización de 1835 convirtió
gran número de las dependencias del
convento en cárcel en primera instancia
y posteriormente en reformatorio, en
ambos casos para mujeres, recibiendo el
sobrenombre popular de "Casa de las
Arrepentidas", bajo la tutela de las
religiosas de la Orden de San Felipe
Neri, Actualmente la congregación
filipense ha destinado el edificio a
colegio femenino, dedicándose también
parte de la comunidad a labores de
bordados de ornamentos sagrados.
Texto: José Alfonso Muriel - Fotos: Francisco
Santiago© |