
na
de las pocas Hermandades
"hagiográficas" (dedicadas
exclusivamente a santos) de
la Sevilla Gloriosa. Pero
que muy bien debe alinearse
junto a las otras
corporaciones en virtud de
su acendrado carisma
devocional.
Su historia es
relativamente reciente: En
plena República, ano 1931,
varios jóvenes crearon una
Asociación de Santa Lucía en
torno a una imagen que
existía en la iglesia de San
Julián y que poco después
resultó pasto de las llamas.
Pasaron
a Santa Marina con una foto
de la perdida efigie, hasta
que dicho templo corrió la
misma triste suerte. No
desanimados por tantas
adversidades, los jóvenes
recuerdan que en la iglesia
de Santa Catalina hay otra
imagen de Santa Lucía, cuyo
culto les autoriza el
cardenal Ilundaín.
En 1955 conmemoró la
Hermandad brillantemente su
25 aniversario. La procesión
del año 1964 no pudo
completarse por deficiente
sujeción de la escultura al
paso, y hubo de regresar con
dos personas subidas a la
parihuela para sujetarla.
En
1980 fue trasladada a la
iglesia del Salvador donde
se celebró solemne función,
por el cincuentenario.
En 1999 no salió
procesionalmente, por
hallarse la efigie en
restauración. Alma de esta
corporación desde su
nacimiento fue el cofrade
fundador Manolo Panal Ríos.
No se conoce el autor de
la bellísima escultura de la
Santa, obra de
extraordinaria elegancia,
anónima, de la escuela
barroca sevillana. Sentida
expresión, celestial arrobo,
empaque compositivo, sutil
dinamismo en el manteo o
dibujo de los ropajes,
perfecto trazado
morfológico.
Luce
los correspondientes
emblemas: aureola de
santidad, bandeja con los
ojos, espada martirial y
palma de triunfo. Se
computan tres
intervenciones: Una por
Castillo Lastrucci, al
hacerse cargo de ella la
Hermandad; otra en 1959 por
Manuel Cerquera, quien
estofó los ropajes con
diáfanos colores; la última
y más reciente, por el
profesor Juan Manuel Miñarro,
con criterio estrictamente
científico y conservador.
Considerada como especial
abogada de los ciegos y
padecimientos oculares
(antaño la veneraban también
mucho las modistillas), sus
estampas y fotos han
trascendido hasta fuera de
la capital. Todo esto motivó
que pasara del altar a la
calle, del ara a las andas.
Estas se ennoblecen con
sensacional peana del siglo
XVIII, adquirida al
monasterio de Santa Paula, y
que es precisamente uno de
los conjuntos
arquitectónicos más
grandiosos y estimables
entre los pasos de Gloria.
Francisco Ruiz construyó
los respiraderos en 1938 y
Juan Pérez Calvo los
candelabros mayores en 1961,
añadiéndole poco después los
candelabros menores. El
ajuar corporativo consta de
dosel, tallado por el mismo
Pérez Calvo; varas, ciriales
e incensarios de Jesús
Domínguez, etc.
la
Hermandad de Santa Lucía, en
Cabildo General
Extraordinario celebrado el
día 19 de febrero de 2004,
acordó la compra del bajo de
la calle Alhóndiga, 34 – 38,
para establecer en él su
Casa Hermandad.
El mismo costa de 84 m2 y
es la primera vez en 75 años
de historia que la
Corporación tiene una
propiedad a su nombre,
además de ser la primera vez
que cuentan con Casa
Hermandad.
La Firma de la compra del
inmueble se realizó en la
mañana del viernes 20 de
febrero.
En junio de 2004 la
Hermandad se ve obligada a
trasladar al Templo de Ntro.
Padre Jesús de la Salud (Los
Gitanos) a su titular ante
el cierre de
Santa Catalina.
 
Fotos:
Francisco Santiago© |