Evangelizar en
Jesús Sacramentado.-
En el Tiempo Pascual,
Sevilla celebra con gran solemnidad un
culto público al santísimo Sacramento,
cual es la procesión eucarística de
enfermos e impedidos, para llevar a
Cristo, Palabra y Alimento de Vida, a
los hogares de aquellos que se
encuentran imposibilitados de concurrir
comunitariamente a la celebración del
Banquete del Señor.
La celebración
eucarística es el culmen de la
evangelización, por constituir punto de
acercamiento de un itinerario de anuncio
y acogida del evangelio, en base a que
la presencia de cristo en la Eucaristía
es, según definición del Concilio de
Trento, verdadera, real y sustancial.
Cuando por estar
impedidos o enfermos, hay cristianos que
no pueden ejercer totalmente ese
derecho, y se encuentran imposibilitados
de participar en la Eucaristía
comunitaria, es un deber de los demás
miembros de la comunidad el hacerles
partícipes de la misma, porque la
Eucaristía limitada sólo a unos pocos,
no sería verdaderamente un sacramentum
ecclesiae, que es la característica con
que instituyó Cristo este Sacramento.
Los llamados a velar
tradicionalmente por el cumplimiento de
tan alta misión, son los cofrades de las
Hermandades Sacramentales, en las que el
culto solemne y público de la
Eucaristía, junto a su fervor
concepcionista y las honras fúnebres por
los cofrades difuntos, son los pilares
institucionales sobre los que se han
sostenido históricamente estas
corporaciones.
Desde antiguo ha
revestido gran solemnidad la procesión
de Su Divina Majestad, para el
cumplimiento pascual de los postrados
por la enfermedad y la vejez, que
conlleva, a su vez, un acto de fe en la
presencia real y sacramental del Hijo de
Dios en las especies sacramentales.
Esta es, en
definitiva, una procesión eucarística en
la que las ostias consagradas son
portadas en copón o portaviático, por el
Párroco de la feligresía, que con gran
solemnidad, como tan alta majestad
merece, en un cortejo de indudable raíz
barroca, recorre dentro del Tiempo
Pascual las calles de la collación, para
administrar el sacramento de la Comunión
a los enfermos e impedidos para acudir
al templo.
Juan Manuel Bermúdez
Requena. Boletín de las Cofradías nº 484
Fotos: Francisco
Santiago |