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La Inquisición. Breve Cronología.-

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La Inquisición no sólo fue un proyecto contra los infieles, también cualquiera que estuviese contra el tribunal, sus medios y sus formas, entraban en la lista de presuntos culpables, aunque fueran religiosos y actualmente sus convicciones y milagros los hayan canonizado.

Entre los casos más conocidos están el de San Juan de Avila, Doctor de la Iglesia que predicaba con la única preparación de la oración y el amor intenso a Dios, es decir, no era religioso de carrera. Por este motivo fue acusado ante la Santa Inquisición en Sevilla, aunque no pudieron probar sus acusaciones y fue absuelto.

Fray Luis de León, de familia de ascendencia judia, mientras era profesor en Salamanca, fue procesado por la Inquisición con una larga estancia en las cárceles de 1572 a 1576. La causa de que se le abriera un proceso inquisitorial, se cifra -por un lado- en la defensa que Fray Luis hacía del texto hebreo del Antiguo Testamento frente a las versiones latinas de la "Vulgata", actitud que bastantes de sus enemigos relacionaron pronto con ciertos antecedentes judíos por parte materna, a lo que quisieron sacar partido.

Por otro lado, se le acusó de haber efectuado la versión en castellano del "Cantar de los Cantares", pese a la prohibición del Concilio de Trento de traducir textos sagrados a un idioma vulgar. Pero, a juicio de no pocos historiadores, en el asunto latía un problema de fondo más importante: las enconadas disputas entre distintas órdenes religlosas, a lo que se unía el manifiesto celo inquisitorial de la época.

Santa Teresa de Jesús tampoco se libro de la Inquisición, acusada de "alumbrada" o visionaria, aunque finalmente fue absuelta. Su primer encontronazo con la Inquisición lo tuvo en 1559, cuando se publica el Índice de libros prohibidos del inquisidor Fernando de Valdés. Siguiendo sus órdenes, los inquisidores desvalijan la pequeña biblioteca que Teresa tenía en el monasterio de la Encarnación y se llevan obras de... Fray Luis de Granada, San Juan de Avila o San Francisco de Borja.

En 1575, tuvo que comparecer ante la Inquisición en Sevilla, tras haber sido denunciada por una beata expulsada del convento. Los inquisidores fueron al carmelo a pedirle cuentas, pero salio absuelta.
Menos fortuna tuvo con los censores, que examinaron sus escritos con lupa y dejaron abundante constancia de sus correcciones y sus tachaduras. Teresa escribió fundamentalmente cuatro grandes obras: El libro de la Vida, Camino de perfección, Castillo interior y el Libro de las Fundaciones. La Inquisición cuestiona el primero de ellos, la autobiografía de la santa, por tratar de "cosas místicas" y salir de la pluma de una "alumbrada".

Y no sólo lo cuestiona, sino que, estando ella todavía en Andalucía, la Inquisición de Madrid escribe al obispo de Avila, Alvaro de Mendoza, exigiéndole que entregue el manuscrito. Don Alvaro entrega el autógrafo de la obra y las copias que ha podido conseguir y el libro permanece en manos de los inquisidores. La santa muere en 1582 sin volver a verlo. Lo recupera Fray Luis de León en 1587. Y lo publica con sus cuatro largas páginas de censura al final, obra del teólogo salmantino Domingo Báñez.

Pero no todos los censores fueron tan indulgentes. Otros tachan páginas enteras de sus libros, le hacen arrancar páginas y páginas o rehacerlas completamente, incluso le obligan a redactar entero el Camino de perfección o quemar alguna de sus obras.

Estos tres casos no son más que la muestra de hasta donde llegó la locura y la prepotencia de la Iglesia, que no dudo en atacar a sus propios servidores para salvaguardar en realidad todo aquello que pudiera ejercer de luz sobre el torturado pueblo. De hecho el Tribunal no dudo en condenar a frailes y monjes predicadores, que con facilidad se ganaban la confianza del pueblo.

Bibliografía:

Eslava Galán, Juan
Ortiz de Zúñiga. Anales de Sevilla
P. Mariana, Historia de España, (Lib. 24, c. XVII)
Vidal, Jose Manuel. Suplemento CRÓNICA de Diario El Mundo
J. M. Montero de Espinosa: Relación histórica de la Judería de Sevilla. Sociedad de Bibliófilos Andaluces, 1978. Edición facsímil, p.95.

Conocer Sevilla 2004 - Francisco Santiago©

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