 egún cuenta la tradición y la leyenda
en el solar que hoy ocupa la iglesia
sufrieron martirio las santas Justa y Rufina, de hecho, antes de que se
erigiera esta iglesia conventual existía
una ermita dedicada a las Santas Justa y
Rufina. Otra distinta enmarca el
martirio en la Basílica de la Trinidad.
El convento se fundó en 1627 y la
iglesia fue construida poco tiempo
después, consagrándose el día 6 de Julio
de 1790 por el arzobispo don Alonso
Marcos Llanes. Para entender un poco
mejor el contenido de esta iglesia
tenemos que explicar cómo ha llegado
esta comunidad de frailes franciscanos a
este convento situado en la Ronda de
Capuchinos.
Los frailes menores capuchinos surgieron
de la separación definitiva en el año
1517 entre los franciscanos observantes
y conventuales. Los problemas dentro de
la orden radicaba en que una parte de
estos franciscanos reivindicaba la
búsqueda del espíritu franciscano
primitivo; vida eremítica, pobreza
absoluta y predicación, que digamos iba
en contra del enriquecimiento y vida
ociosa y placentera (entre comillas) que
llevaba gran parte de la iglesia del
momento. Ellos acusaban a la iglesia de
cierto relajamiento. (ver el Nombre de
la Rosa o leer el libro)
Estos eremitas que adoptaron un capuchón
puntiagudo, se extendieron por Italia,
Francia y España. Los Capuchinos
jugaron un papel importante entre las
clases trabajadoras, siendo además
excelentes predicadores populares. Los
capuchinos se constituyeron como una
nueva orden franciscana en 1776 gracias
a la aprobación del Papa Pío VI. El 27
de diciembre de 1889 llegaron los
primeros frailes franciscanos a Sevilla
y se hicieron cargo de la
iglesia
conventual donde se rinde culto a la
Divina Pastora.
 Texto: José Alfonso
Muriel - Fotos: Francisco Santiago© |