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Hospital de Ntra. Sra. del Buen Suceso o de Convalecientes.-

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l Hospital de Ntra. Sra. del Buen Suceso o de Convalecientes (1637-1850) tiene sus orígenes en la Congregación de Hermanos Mínimos, conocida por Obregones, al ser fundada en Madrid por Bernardino de Obregón (1567). Eran hermanos laicos que vestían túnica negra con una cruz morada sobre el pecho.

El nombre del Hospital viene de la devoción a la Virgen del Buen Suceso, surgida de un viaje a Roma realizado por dos miembros de la Congregación, Gabriel Fontanet y Guillermo Martínez en 1606. Al pasar en su viaje por la Sierra Traiguera (Castellón) encontraron en una cueva una Virgen de reducido tamaño, la cual llevaron a Roma.

En dicha ciudad, al ser recibidos por el Papa Paulo V, mostraron al pontífice la Virgen encontrada, a lo cual exclamo “Buen Suceso habéis tenido en vuestro viaje”. Desde entonces los Obregones rindieron culto a la devoción del Buen Suceso, extendiéndose por otras regiones de España e incluso por Hispanoamérica.

Este hecho del nacimiento de la advocación y del viaje a Roma, está impreso en uno de los cuadros que Domingo Martínez realizó para el templo del Hospital sevillano.

Orígenes del Hospital Sevillano

Según aportaciones de Collantes de Terán, en 1634 se decidió crear un Hospital en Sevilla, viniendo desde Madrid Carlos de Urreón, siendo realizada la petición al Cabildo sevillano el 25 de octubre de 1635, siendo aprobadas las licencias por el Ayuntamiento en 1637, aunque con la prohibición expresa de pedir limosnas para la construcción del mismo.

Fue igualmente el Cardenal Gaspar de Borja y Velasco quién insto al hermano Carlos a que rindieran culto a una imagen de la Virgen del Buen Suceso, que había en un tabernáculo de la collación del Salvador, a imitación de la devoción madrileña y que tenía su propia Cofradía.

Así pues la orden de mínimos se establece en la por entonces Plaza de la Castaña del Barrio de la Morería junto a la parroquia de San Pedro, donde adquieren unas casas e improvisan una capilla, a la cual trasladan a la Virgen del Buen Suceso y celebran las primeras misas.

La Construcción del Hospital

Tuvieron que pasar más de 50 años para la terminación del Hospital de Convalecencia, concluyéndose el edificio en 1690, ahora había que realizar el Templo sobre los terrenos de la antigua capilla, construyéndose el nuevo basándose en el existente en la Puerta del Sol de Madrid. La iglesia del Buen Suceso fue inaugurada el 8 de septiembre de 1730.

En la época, en los albores de la orden de los Obregones, Sevilla disponía de más de 100 hospitales, llegándose a contar hasta siete en la actual calle Joaquín Costa, por entonces denominada Cañaverería, según cuenta el historiador Alonso Morgado.

A pesar de la orden expresa de no poder pedir limosnas para su sustento, y de la precariedad general que se instaló en casi todos los hospitales, el del Buen Suceso no sólo fue de gran importancia, sino que incluso ya en el siglo XVIII se reforzó el templo con nuevos retablos, cuatros e imágenes.

Parte de este auge fue la dedicación de dicho Hospital a la asistencia de enfermos militares, aparte de los habituales, cosa que incluso realizó durante la invasión francesa, el cual queda anexionado al ejército como hospital castrense (1809-1811).

El declive

Tras la expulsión de las tropas galas, el Hospital vuelve a la Orden de los Obregones, siendo expropiado de nuevo durante el trienio Liberal (1820-1823), siendo de nuevo recuperado por la Orden tercera de Mínimos en 1824.

La Ley General de Exclaustraciones de 1836 puso punto y final a la Orden de los Obregones, quedando expropiado el Hospital quedando fraccionado el edificio y adaptado como casa de vecinos quedando enajenados los bienes muebles y archivos.

En 1847 el hospital sale a subasta, y el propietario abrió la calle Ortiz de Zúñiga por la mitad del antiguo claustro, vendiendo por lotes el edificio, desapareciendo todo vestigio del Hospital, a excepción de su magnifica iglesia barroca.

En 1877 hubo un intento de reinaugurar el Hospital del Buen Suceso por parte de la Orden de Caballeros Hospitalarios, utilizándose los pequeños anexos y sacristía del Templo, aunque sólo se disponía de cuatro camas.

En 1882 desaparece el Hospital, siendo cedido a las monjas de clausura Mercedarias, hasta su traslado al ex Convento de Santiago de la Espada en 1895, año en el que el arzobispo Sanz y Forés se lo ofrece a los Carmelitas, que no tenían sede en Sevilla desde la exclaustración. En 1896, ya siendo prelado Marcelo Spínola y Maestre, firma el establecimiento de la orden Carmelita, que ha llegado hasta nuestros días.

 

Texto y Fotos: Francisco Santiago©

Conocer Sevilla 2004 - Francisco Santiago©