Las zonas de pinares, marismas y lagunas del
norte de Doñana conforman el escenarios de las Hermandades rocieras
onubenses. El camino de Huelva, más conocido es el Camino de Moguer
se adentra en el interior del Parque Nacional de Doñana. Sólo se le
autoriza su utilización a la Hermandades del entorno geográfico
onubense más cercano a Doñana: Moguer, Huelva, San Juan del Puerto,
Gibraleón, Punta Umbría, palos de la Frontera, Emigrantes, Isla
Cristina y Ayamonte. Esta es la vía tradicional que coincidía con el
antiguo Camino Real que conectaba Moguer con Sevilla a través de El
Rocío y Almonte. Al igual que sucede con el Camino de Sevilla, la
proliferación de Hermandades a dado lugar a que muchas de ellas se
incorporen al Camino de Moguer a la altura de la zona conocida como
Cabezudo o Pino Gordo, continuando hasta la aldea del Rocío.
Por lo que respecta al acceso al interior de Doñana - Parque
Nacional o Parque Natural- que tiene lugar a través de los caminos
rocieros, si a lo largo del año existen unas limitaciones de acceso
que se centran en un número máximo de visitantes, durante estos día
las limitaciones establecen que pueden acceder al interior del
Doñana aquellas personas -en número no limitado- y vehículos -un
número concreto- que acompañen a las Hermandades rocieras. Todas
ellas deben seguir una serie de normas que básicamente se centran en
el respeto y cuidado del espacio tan excepcional por el que
transitan: el paso debe realizarse por las zonas previamente
establecidas y cualquier tipo de desviación del camino previsto o
destrozo a la flora y fauna conlleva una sanción.
No queremos concluir este apartado sin señalar cómo del mismo modo
que la salida, el camino de las Hermandades rocieras y la procesión
de la Virgen del Rocío se han convertido en un hechos que suscitan
el interés de múltiples sectores sociales, no solamente el
religioso, la aldea de El Rocío ha experimentado un proceso de
conversión como lugar de afluencia de visitantes -religiosos y
laicos- a lo largo del año. No nos estamos refiriendo aquí al
conjunto de peregrinaciones realizadas a lo largo del año por las
distintas Hermandades rocieras y el conjunto de peregrinos que ello
conlleva, no. Nos referimos a las visitas -organizadas o no- que
tienen como destino la aldea al haberse configurado como un destino
turístico por albergar a la Virgen del Rocío, cuya devoción genera
la peregrinación anual a dicha aldea de un importante número de
peregrinos.
Devoción, imagen y templo han contribuido a la
conversión de esta aldea en un centro de turismo, ya sea religioso
-personas que acuden a ver a la Virgen - ó laico -personas que
acuden a ver la imagen y el contexto de la tan famosa Romería del
Rocío. Ello se hace patente en las instalaciones existentes para
cubrir sus demandas: el gran número de bares, restaurantes, tiendas
de recuerdos, hoteles, áreas de aparcamiento, y el hecho de que
cualquier día del año se sucedan las visitas.
Mª Isabel
Durán Salado© (2004) - Fotos: Durán Salado / J.
L. Martínez |