Ya sea a través de la playa o adentrándose a
través del antiguo Camino Condal de Sanlúcar a Niebla - actual
vereda de Sanlúcar de Barrameda-Almonte -, las Hermandades rocieras
de la provincia gaditana realizan su peregrinación a la aldea del
Rocío a través del Parque Nacional de Doñana. Es decir para llegar
hasta el Santuario, las Hermandades gaditanas continúan utilizando
una vía que ha conectado a la localidad de Sanlúcar de Barrameda, y
por extensión a municipios cercanos, con la aldea de El Rocío desde
el siglo XV.
Para éstas Hermandades "el camino" incluye -como
se ha señalado más arriba- el tránsito por la vereda que comunica
Sanlúcar con El Rocío a la ida y vuelta. La citada vía, conocida
popularmente como el "Camino de Sanlúcar" por partir de esta
localidad, supone la puerta de acceso de la provincia gaditana a
Doñana. De hecho, su constitución a principios de los años 90 del
siglo XX en "Puerta de Doñana" convirtió a la localidad en lugar
oficial de la provincia de Cádiz para el acceso a las visitas
turísticas a Doñana, respaldando los siglos de histórica relación de
Sanlúcar de Barrameda con este espacio y el resto de municipios
gaditanos anteriormente señalados -Puerto de Santa María, Rota,
Jerez -.
El paso de las Hermandades gaditanas hacia la
aldea de El Rocío supone por tanto, adentrarse en uno de los
espacios naturales protegidos más importantes de nuestro país,
reconocido a nivel europeo como la reserva biológica más importante
de Europa, que es valorada a nivel mundial como espacio de
excepcionales características ecológicas: el Parque Nacional de
Doñana. Dentro del conjunto de caminos rocieros -Camino de Sanlúcar,
Camino de Moguer(1) y Camino de
Sevilla(2) - el de Sanlúcar el
único que se desarrolla por el conjunto de ecosistemas de Doñana:
pinares, dunas, vera y marismas y recorre el corazón de Doñana. Es
el más salvaje - en términos coloquiales- de los tres caminos
rocieros, y el que permite conocer Doñana en todo su esplendor. Es
decir permite conocer durante el tránsito por "el camino" un espacio
protegido cuyas visitas están restringidas, y cuyos recorridos
turístico sólo coinciden en una pequeña parte con el realizado por
los peregrinos al transitar por la Vía Pecuaria de Sanlúcar a
Almonte.
El camino, además de sus excepcionales
características ecológicas, importancia histórica y manifestación de
la vinculación de la provincia gaditana con el área de Doñana,
especialmente de Sanlúcar de Barrameda, Rota y Puerto de Santa
María, tiene otro componente que lo hace especialmente atrayente: el
embarque por el Guadalquivir desde una orilla a otra. Una vez que
las diferentes Hermandades abandonan su localidad de orígen
emprenden el camino a través de carreteras convencionales hacia
Sanlúcar de Barrameda para realizar el embarque. Se trata del cruce
del río Guadalquivir por medio de barcazas -privadas y del ejército-
, que les permite acceder desde la provincia de Cádiz hasta la de
Huelva. De este modo se introducirán en el interior del Parque
Nacional de Doñana a través del "camino de Sanlúcar" que les
conducirá a la Virgen del Rocío. En el caso de la Hermandad de
Sanlúcar de Barrameda la salida y el embarque tienen lugar de forma
continuada al realizarse en esta localidad el paso por el
Guadalquivir hacia Doñana.
El embarque de las Hermandades gaditanas tiene
lugar a lo largo de tres días: el martes anterior al lunes de
Pentecostés, comienza el embarque: la Hdad. de Cádiz inaugura este
paso el martes por la tarde junto a Puerto Real, San Fernando, La
Línea de la Concepción y Rota. Le siguen el miércoles las
Hermandades de Sanlúcar de Barrameda, Chipiona, Puerto de Santa
María, Jerez y Arcos de la Frontera. El jueves lo realizan las
Hermandades de Chiclana y San Fernando. La comitiva de cada
hermandad va encabezada por su Hermano Mayor y la Junta Directiva y
el Simpecado - colocado en una carreta que es tirada generalmente
por animales - bueyes o mulas -. Tras ellos conjunto de hermanos:
tanto los que realizan el camino a caballo, calesa o charrete cómo
los que lo hacen a pie. Por último el conjunto de vehículos
-carretas, todo terrenos, camiones- que transportan a personas y los
enseres necesarios. Todo ello se traslada de una orilla a otra del
río por medio de barcazas generando gran expectativas en Bajo de
Guía, zona de Sanlúcar de Barrameda donde se efectúa el embarque.
Además hay que considerar el aliciente de poder cruzar al interior
del Parque Nacional de Doñana con las Hermandades y acompañarlas en
su camino a lo largo del día, volviendo al atardecer a Sanlúcar.
Al igual que el transcurrir por las calles de
cada localidad supone una fiesta, el embarque genera una gran
afluencia de público y se convierte en otro punto clave del traslado
de las Hermandades rocieras gaditanas hacia la aldea del Rocío. El
embarque Sanlúcar marca el punto de entrada en Doñana, en tierras
rocieras, hacia un territorio sentido y vivido por los rocieros como
propio. Todo ello se traduce en una gran afluencia de público para
contemplar el paso de Hermandades.
Las personas que acuden a contemplar este hecho
no proceden sólo de la localidad sanluqueña, a quienes les es mas
fácil acceder a él porque no tienen que desplazarse fuera de los
límites de su marco territorial. Desde localidad vecinas, Puerto de
Santa María, Cádiz, Jerez de la Frontera, etc. se trasladan vecinos
y hermanos que acompañan a sus Hermandades - en el caso que sean
hermanos- o la Hermandad que representa a su localidad -en caso de
ser vecinos de una localidad- . El desplazamiento se puede hacer
acompañando a la Hermandad desde su salida o bien en vehículo o
autobuses que se fletan para dicho fin. A este seguimiento de las
Hermandades por parte de hermanos y vecinos hay que añadir la
afluencia de público que acude cada año a contemplar el embarque. En
este caso la visita no se centra en contemplar el paso de una
hermandad u otra, sino el hecho en sí mismo como un todo unitario.
Más allá de ser reflejo de una devoción religiosa, el embarque se
constituye en todo un espectáculo donde el paso continuado de
Hermandades, frente a una visión fraccionada y valoración subjetiva
que puedan los vecinos y hermanos que acompañan a su hermandad, se
convierte en un todo con su propia dinámica. Por ejemplo para la
localidad de Sanlúcar de Barrameda la fiesta que crea el embarque se
inaugura el miércoles con el paso de su hermandad rociera
independientemente de que Cádiz pase el día anterior. Lo mismo
sucede con cualquier otra Hermandad y la comitiva que la acompaña:
el momento clave es su embarque, y el resto compañeros de romería.
A todas las circunstancias que hemos descrito
debemos sumar el hecho de que la zona de embarque se sitúe en un
barrio que destaca no sólo a nivel local por su oferta gastronómica,
constituyendo en sí un reclamo turístico básico en la oferta
turística sanluqueña, con una afluencia de público muy importante a
lo largo del año, que en estos días presenta un lleno absoluto.
Al finalizar el paso de las Hermandades, el
jueves, se cierra el paso por el interior de Doñana y todo el
tránsito rodado se desvía por la playa. A la vuelta el número de
hermanos y rocieros es mucho menor, ya que la mayoría de ellos
vuelve por la playa o carretera. No obstante el Simpecado y los
cargos de la hermandad, acompañado de un pequeño número de hermanos
realiza el camino de vuelta por Doñana, volviendo a repetirse el
embarque al llegar a la playa de Doñana, aunque esta vez desde
Doñana hacia Sanlúcar. El recibimiento de las Hermandades rocieras
en cada una de las localidades de orígen supone también otro momento
festivo donde hermanos y vecinos acuden a contemplar la llegada.
(1) Para las Hermandades
onubenses.
(2) Para las Hermandades de esta
provincia.
Mª Isabel
Durán Salado© (2004) - Fotos: Durán Salado / J.
L. Martínez |