Desde aquí consideramos, que el proceso de conversión de
determinadas prácticas y enclaves relacionados con el ámbito de la
devoción rociera en hechos turísticos tiene que ver con la puesta en
valor de los mismos que se está realizando desde diferentes
instancias: el propio mundo rociero que está experimentando un
constante incremento, la presencia cada vez mayor de turistas y su
consideración como hecho turístico, unido todo ello a la
consideración de esta práctica como hecho definidor de la cultural
andaluza en los ámbitos del Patrimonio Cultural.
Desde la perspectiva turística, la valoración de dichas prácticas se
debe en parte a las características de la mismas que permiten la
fácil contemplación de las mismas y participación en ellas. Las
peregrinaciones rocieras realizadas a lo largo del año suponen
momentos claves en el ciclo anual de actividades de las Hermandades.
Dentro de éstas la peregrinación llevada a cabo por Pentecostés
supone el más importante de los desplazamientos. Sin embargo, a la
hora de establecer la importancia de las mismas, se debe combinar en
todos los casos la importancia religiosa que tiene cada
peregrinación en el conjunto de actividades rocieras, la forma en
que ésta tiene lugar - número de peregrinos y duración- y el lugar
por el que se desarrolla la peregrinación en función del camino que
se realice - playa del Parque Nacional de Doñana, interior del
Parque Nacional o Parque Natural -.
Cada una de las peregrinaciones desarrolladas a lo largo del año
tiene su importancia en función del motivo que la origina. Aquellas
que llevan a cabo las Hermandades para presentarse de forma oficial
ante la Virgen, se realizan de forma individual. En este caso la
peregrinación se conoce como "el día de ..." -"el día de Sanlúcar",
"el día de Triana", etc. y supone poner de manifiesto la existencia
de una devoción rociera en una localidad concreta. En las
peregrinaciones que se desarrollan a pie se trata de una
peregrinación donde se desea que primen los aspectos religiosos,
recuperando las formas tradicionales de desplazamiento a la aldea
del Rocío(1). El Rocío Chico
supone la segunda reunión más importante en cuanto a número de
desplazamientos, ya que la mayor afluencia de peregrinos tiene lugar
en la Romería de Pentecostés, conocida popularmente como "Romería
del Rocío", o "El Rocío". Dicho evento viene a significar, como ya
se ha apuntado, el punto culminante del ciclo anual de
peregrinaciones rocieras.
Mientras que en el resto de peregrinaciones los desplazamientos no
suelen durar más de dos días, en el caso de "El Rocío" -Romería de
Pentecostés- éste se prolonga a lo largo de una semana. La
peregrinación como hecho unitario que realizan el conjunto de
romeros y Hermandades rocieras supone la materialización de
diferentes caminos, marcados todos ellos por el punto de orígen de
la Hermandad. Los tres caminos tradicionales del Rocío se
corresponden con el contexto geográfico en el aparecieron las
Hermandades históricas, es decir, aquellas en las que surgió la
devoción.
Si en origen la devoción rociera no superaba el suroeste andaluz, en
la actualidad la afluencia de Hermandades supera el ámbito
autonómico, estatal y europeo, existiendo Hermandades rocieras en
otros continentes. Esta nueva realidad hace que cada hermandad tenga
en su peregrinación su propio camino, con sus propios viarios y
peculiaridades. Y, si bien es cierto que para las Hermandades que
geográficamente se enmarcan dentro de las provincias sevillana,
gaditana y onubense el camino se desarrolla por las vías
tradicionales, en el resto de Hermandades estas vías históricas
suponen la entrada en tierra de peregrinación, es decir el camino
con mayúsculas - el tradicional, al que se le suman las
connotaciones de verdadero e histórico -: el camino comienza en sus
puntos de orígen que pueden ser desde municipios cercanos al ámbito
histórico de devoción (Málaga, Córdoba, Granada) hasta Hermandades
procedentes del continente australiano.
Por tanto, independientemente de la procedencia de las diferentes
Hermandades, los tres caminos constituyen las únicas vías de acceso
tradicional a la aldea de El Rocío(2).Cada
uno de estos caminos dispone de unas características ecológicas
determinadas y unos puntos clave desde la perspectiva religiosa que
se están valorando especialmente desde la turística. En función de
uno u otro los paisajes y las vicisitudes del camino se materializan
en gran variedad de paisajes y vivencias que vienen a singularizar a
cada uno de ellos.
El conjunto de Hermandades rocieras inicia su peregrinación al Rocío
con una Misa de Romeros y desfile por su localidad de origen. Es lo
que se conoce como "la salida". Este evento suele generar gran
expectativa en el municipio congregándose gran cantidad de
asistentes tanto en la misa como en el recorrido por la ciudad,
pudiéndose considerar como jornada festiva oficiosa: las calles por
la que la Hermandad realizará su salida camino de la aldea del Rocío
se cortan al tráfico, estableciéndose un dispositivo de seguridad
para tal día. Al tiempo los vecinos, hermanos que no hacen el
camino, ciudadanos locales y visitantes que acuden a participar o
contemplar dicho acontecimiento, conforman un público que arropa la
representación rociera de su discurrir por la localidad. Del mismo
modo no es inusual ver a grupos de escolares cuyos profesores los
llevan a presenciar este evento y a los medios de comunicación
locales -prensa, televisión y radio- retransmitiéndolo en directo.
La forma en que los romeros participan y realizan el camino supone
otra de las características que potencian la asistencia al mismo.
Hablamos de romeros y no exclusivamente de peregrinos ó hermanos
porque "el camino" es realizado no sólo por personas vinculadas a
una hermandad en concreto, si no que también lo hacen personas que
por su amistad, por deseo de conocer la romería ó los territorios
del espacio natural protegido de Doñana, se unen a los peregrinos.
En este sentido la realización "del camino", sobre todo en
Pentecostés no debe asociarse sólo a hermanos y devotos religiosos,
ya que también se incorporan al mismo personas que no son hermanos
de la hermandad y que tampoco son creyentes. Es decir, debemos tener
en cuenta que el "camino del Rocío" como cualquier otra
peregrinación o romería es un tiempo ritual y de fiesta donde
sacrificio y celebración van de la mano, penitencia y baile se
alternan e incluso conviven en un mismo espacio a lo largo del
camino. Dichas dualidades pueden ser asumidas como compatibles,
complementarias e incluso imprescindibles para unos grupos de
romeros, mientras que para otros serán incompatibles, viniendo a
poner de relieve entonces -desde su punto de vista- la pérdida de
identidad del verdadero y tradicional peregrinaje.
Para realizar "el camino" los romeros se organizan en peñas o
reuniones, es decir grupos de personas -familias completas o varios
individuos- que se reúnen y aportan un fondo común para la
realización de la peregrinación. El traslado a través del camino de
los enseres necesarios - ropa y víveres- es solucionado con carretas
o bien vehículos a motor , mientras que los romeros se desplazan a
pie, caballo o tracción mecánica. Si bien es cierto que cada reunión
hace acopio de sus propios enseres y víveres en la realización del
camino, la solidaridad es un punto básico del mismo, hecho éste que
se refleja tanto en la ayuda para solventar cualquier problema
provocado por la dureza del camino(3)
cómo en la práctica extendida del comensalismo. Ambos aspectos son
hechos claves que crean un clima de sociabilidad no propio de otros
contextos, convirtiendo el camino -como ya hemos señalado - en un
contexto ritual a la vez que festivo, donde la misa y los rezos
están igual de presentes que la fiesta. En este sentido destaca cómo
para un rociero una penitencia puede ser no formar parte de aquellos
elementos que sintetizan el cariz festivo de la romería, haciendo
promesa de no probar el alcohol, bailar o cantar, y hacer el camino
exclusivamente a pié.
Además de las misas al atardecer, el camino lo componen los
"rengues" o paradas oficialmente establecidas por cada hermandad
para descansar y comer, en los que los rezos, las candelas, el cante
y el baile son elementos básicos que se combinan con la solidaridad
y el comensalismo. Éstos aspectos no tienen lugar sólo en estas
paradas sino que conforma la norma a lo largo de su trayecto, al
menos hasta la llegada a la aldea del Rocío, momento en el cual cada
reunión se establece en el lugar que previamente había establecido
-Casa de Hermandad, algunas de las casas de la aldea ó zonas de
acampada -.
Como ya hemos señalado, en cada uno de los caminos existen una serie
de hitos que lo singularizan: paso por cauces de ríos, recibimientos
en unas localidades u otras, paso por zonas especialmente
significativas, etc., que se suman a las prácticas de sociabilidad y
organización interna de los romeros en su peregrinar. Dichos
momentos suponen elementos claves en el desarrollo del camino que
suscitan interés no sólo a los propios romeros si no también a
turistas.
1 En estos casos los vehículos
de tracción mecánica que les acompañan se utilizan para transportar
el avituallamiento y emergencias médicas así como para personas que
por motivos de salud no puedan realizar la peregrinación andando.
2 Existen otras vías de
comunicación, carreteras nacionales, regionales, autovías,
autopistas, comarcales y locales que son utilizadas por rocieros y
turistas que no pueden realizar "el camino" pero que no entran
dentro de la consideración de "camino- peregrinación" y por tanto no
vamos a entrar en el tema.
3 El tránsito a pie supone un
esfuerzo físico considerable por lo que suelen ser común el auxilio
en aquellos casos en que no se pueda continuar. La ayuda también
tiene lugar para solventar cualquier atasco de los diferentes que
con frecuencia se atascan en la arena.
Mª Isabel
Durán Salado© (2004) - Fotos: Durán Salado / J.
L. Martínez |