El contexto de aparición de esta manifestación de
religiosidad popular nos remite a un área geográfica que en la
actualidad comprendería parte de tres provincias andaluzas - Cádiz,
Huelva y Sevilla -, y que aproximadamente vendría a coincidir con
los límites del actual Parque Nacional de Doñana.
El contexto en el que se desarrolló el origen de
esta advocación religiosa fue el del Señorío de Medina Sidonia (XV-XVIII)
, concretamente en un espacio que podríamos denominar "terra nullius"
(Comelles ,1992). Se trataba de un área límite, con problemas
jurisdiccionales, donde existía una enorme cantidad de recursos
forestales, escasamente poblado y sobre el que muchas de las villas
situadas en su alrededor podían reivindicar su propiedad, en base a
los usos practicados tradicionalmente en la zona.
Durante siglos, la importancia de los recursos de
este territorio así como su sistema de propiedad generó la doble
consideración de dichos espacios: mientras que para las clases
gobernantes era una lugar de ocio y diversión, idóneo para la
práctica de la caza y ostentación de sus riquezas, para las clases
menos favorecidas constituía la despensa donde avituallarse a través
de la caza furtiva y recolección de especies vegetales.
La trascendencia económica y social de este
espacio para las localidades pertenecientes al dominio señorial de
los Medinasidonia, venía a materializarse en la existencia de una
vía de comunicación interna, el Camino Condal de Sanlúcar a Niebla,
que ponía en relación al conjunto de los extensos territorios de la
Casa de Medinasidonia, permitiendo el intercambio de mercancías.
Dicho camino era complementado por el Camino Real que unía Moguer
con Sevilla a través de Almonte y El Rocío.
A través de estas vías se procedía al transporte
de los vinos y cereales de parte de los municipios de la actual
provincia de Huelva hasta Sanlúcar para su exportación junto con los
producidos en Jerez, Puerto de Santa María y Sanlúcar de Barrameda.
En sentido contrario -Sanlúcar a Niebla- tenía lugar el transporte
de las sal producidas en las salinas de Sanlúcar de Barrameda,
Puerto de Santa María, San Fernando, Cádiz y Chiclana(1)
para la salazón del atún pescado en las almadrabas de la hoy costa
onubense. Además al estar constituida Sanlúcar de Barrameda en
capital del Señorío suponía el punto clave para la exportación del
conjunto de productos hacia el comercio internacional con las
Indias, el mediterráneo, norte de Europa y peninsular. En este
entramado de comunicaciones el transporte de mercancías a Sevilla,
ciudad clave para el Comercio con las Indias hasta el traspaso de la
Casa de la Contratación a Cádiz en 1717, estaba garantizado.
La aparición de la Romería en este contexto
económico y social, vino a expresar de forma simbólica la
reivindicación de este espacio por parte de la población a la que se
le tenía vedado. En el orígen de estas peticiones se situaban las
características de este espacio como indefinido, sin límites claros
y la importancia socio-económica que dicha área tenía para una serie
de localidades que la rodeaban: Almonte, Villamanrrique, Pilas,
Aznalcázar -por el norte-, Sanlúcar de Barrameda, Puerto Santa María
y Rota -por el sur- y Sevilla por el este. La relación
reivindicación social-devoción rociera se hace patente cuando se
constata que fue precisamente en estas localidades donde aparecieron
los primeros devotos de la Virgen del Rocío, configurándose las
primeras Hermandades durante los siglos XVII y XVIII. Éstas -
conocidas como las históricas (Moreno, 1995:16) - fueron por orden
de constitución: Almonte, Villamanrrique, Pilas, La Palma del
Condado, Moguer, Sanlúcar de Barrameda, Puerto de Santa María y
Rota.
La aparición de un espacio dedicado
exclusivamente a la veneración de una imagen, en este caso la Virgen
del Rocío, puede interpretarse como "la clave para la apropiación de
los recursos y el uso de las creencias para asegurar lo material, es
decir, el santuario, como mediador a través de la Virgen de la
protección y la seguridad que no sólo extiende su manto sobre una
zona desolada y despoblada y protege a quien allí more, sino que
extiende su protección más allá de sus límites físicos" (Comelles,1996).
La posterior fundación de las respectivas Hermandades hay que
entenderlas como los intentos por definir simbólicamente un espacio
y un recurso que es compartido, a la vez que afirmar el derecho
sobre los mismos (Comelles,1969). Ello explica el proceso de
expansión de Hermandades rocieras a partir del siglo XVIII, aunque
no será hasta la segunda mitad del siglo XX cuando crezca de forma
espectacular el número de Hermandades rocieras, proceso en el cual
estamos inmersos en la actualidad.
(1) Las salinas de Sanlúcar de Barrameda
pertenecen a actualmente al Parque Natural de Doñana, mientras que
las salinas del Puerto de Santa María, San Fernando, Cádiz y
Chiclana forman parte del Parque Natural de la Bahía de Cádiz.
Mª Isabel
Durán Salado© (2004) - Fotos: Durán Salado / J.
L. Martínez |