Dentro del conjunto de rituales festivos
andaluces, las romerías ocupan un papel central, hasta el punto que
en la actualidad estamos asistiendo a un desarrollo de las mismas,
apareciendo nuevas Hermandades filiales y potenciándose los actos e
importancia de las ya existentes. Mucho más cuando éstas son
históricas, y entonces lo tradicional se vuelve sinónimo de
veracidad. Si particularizamos esto en la Romería de El Rocío
veremos cómo comparte con el resto de fiestas "la riqueza y
singularidad de sus significantes, de sus manifestaciones formales:
bailes, trajes tradicionales, música, antigüedad, valores históricos
o artísticos de los iconos, belleza del paraje por donde se
desarrolla, etc."(Agudo, 2000: 274). En este sentido debemos
encuadrar el creciente incremento de la romerías rocieras dentro del
desarrollo de otros actos festivos y rituales independientemente de
su condición religiosa (ferias, carnavales, etc.). Ello permite
considerar la parte festiva del Rocío como la más fácil de
incorporar a la actividad turística aunque ello no suponga el
relegamiento de la ritual, la religiosa, en este proceso.
En la provincia gaditana en general el desarrollo
de la romería rociera se suma a la tradición turística provincial y
a las especiales características del Camino de Sanlúcar. Los
desplazamientos romeros se están incorporando a una oferta amplia y
variada en una provincia donde la tradición turística es amplia y
arraigada. En general predominan los temas de sol y playas aunque en
función de la localidad en la que nos situemos a estos factores
suelen añadirse otros : en el Puerto de Santa María, Cádiz, Chipiona,
Chiclana y Sanlúcar de Barrameda, el turismo de sol y playa se
combina con su oferta gastronómica, centrada en el pescado, los
campos de golf y los conjunto monumentales situados en los cascos
urbanos. En la zona serrana el turismo verde tiene un importante
auge, siendo su estandarte Grazalema y toda los municipios de su
alrededor -El Bosque, Villaluenga del Rosario, Zahara de la Sierra,
Setenil de las Bodegas, Olvera, etc.-. En medio de la oferta de sol
y montaña se sitúa Jerez de la Frontera con su tradicional
elaboración de vinos, la vinculación con la doma de caballos y su
casco histórico. Por último no debemos olvidarnos de sus fiestas:
Carnavales, Semanas Santas, Ferias, Corpus y Fiestas Patronales. A
toda esta oferta provincial la apertura a comienzos de los noventa
del siglo XX de una vía de acceso para visitar Doñana a través de la
localidad de Sanlúcar de Barrameda - la Puerta de Doñana-
complementa la ya de por sí amplia oferta turística provincial a la
que se incluye poder visitar el Parque Nacional español más
importante . Es aquí precisamente donde las prácticas rocieras se
engarzan y están constituyendo un hecho turístico, cuyos puntos
clave son las salidas de sus localidades, el embarque y las
especiales características ecológicas -ya señaladas- del camino
seguido por éstas a través de Doñana.
En la provincia sevillana debemos tener en cuenta
que la devoción rociera se suma a una importante oferta turística
que la ha llevado a su consolidación como puerta turística de
Andalucía. En este caso la existencia de gran número de Hermandades,
la constitución en Villamanrrique de una Fiesta de Interés Turístico
Nacional de Andalucía y la potencialidad de la provincia son
elementos claves que se conjugan en la difusión de esta devoción
como activo turístico. En todo caso, las salidas de las Hermandades
en la capital adquieren especial protagonismo, tanto por su número
cómo por la movilización que producen en la ciudad: el paso por el
Quema , la Raya Real o el Ajolí se suman como puntos clave de un
recorrido rociero que es difundido de forma paralela a los
territorios del Parque Natural de Doñana que alberga la provincia.
En esta línea destaca la creación dentro de la política turística de
la Diputación de Sevilla el desarrollo de la ruta turística Sevilla
Guadalquivir-Doñana donde las prácticas rocieras pueden tomar
especial importancia ante la significación de éstas para las
localidades que componen la ruta(1).
En la provincia onubense la potencialidad
turística de la devoción rociera es un hecho y no una incipiente
realidad como puede suceder en las otras dos provincias. Esta
provincia incluye al municipio de Almonte, la aldea de El Rocío
junto a los territorios del Parque Nacional, espacios todos ellos
que desde el punto de vista turístico se han conformado en áreas de
importante afluencia con visitas a lo largo de todo el año. Dinámica
que viene a intensificarse en los períodos festivos relacionados con
la devoción rociera y culmina con la procesión de la Virgen por
Pentecostes, llegando a convertirse además en un importante destino
turístico donde celebrar los fines de año para la población
procedente del entorno de Doñana.
Por encima de contextualizaciones locales o
provinciales, a la hora de evaluar el peso de las actividades
rocieras en la actividad turística del sudoeste andaluz, no debemos
olvidarnos de su configuración como Fiesta de Andalucía y la gran
demanda que ello está generando en los últimos años. Y aunque es
cierto que tanto la tradición turística de estas tres provincias
como las características de los caminos rocieros son factores
importantes en su creciente incorporación a la oferta turística
interprovincial, ello no explica el mecanismo experimentado para
pasar de devoción religiosa a hecho turístico. A nuestro juicio la
comprensión de dicho proceso exige incorporar a este esquema una
tercera cuestión: el nuevo discurso sobre el Patrimonio Cultural que
viene a configurar este ritual y acto festivo como parte de su
Patrimonio Cultural, contemplándose dos vertientes: como recurso
cultural -por tanto susceptible de ser rentabilizado- y como parte
de la identidad de la localidad a la que pertenece la Hermandad
(Agudo,2000).
Dadas las características de la devoción rociera
-creencia- y de sus actos rituales y festivos se hace necesario
abordar dicha manifestación de la religiosidad popular como parte
del Patrimonio Etnológico andaluz. Esta categoría recogida en la Ley
de Patrimonio Histórico estatal y andaluza(2)
viene a comprender a aquellos "elementos, tanto materiales como
inmateriales, pertenecientes a los niveles tecno-económico ,sociales
e ideológico, con realidad directamente perceptible o con
significaciones simbólicas, que están referidos al comportamiento,
al pensamiento y a la expresión de los sentimientos de los grupos
sociales que integran una colectividad, en nuestro caso el pueblo
andaluz" (Moreno,1990: 13).
Hablar de la devoción rociera en general y de la
romería del Rocío en particular desde la nueva perspectiva del
Patrimonio Cultural, teniendo en cuenta sus característica como
parte de éste a través de su consideración como Patrimonio
Etnológico, supone establecer las bases para considerarlo como un
recurso social susceptible de ser rentabilizado. Dicha orientación
va a permitir abordar el Patrimonio en una triple vertiente. En
primer lugar como capital simbólico, en relación con su capacidad
intrínseca de ser reflejo de la cultura concreta de un colectivo
específico. En segundo lugar, nos interesa como valor de uso, en
relación a la utilización de ese capital simbólico por parte del
colectivo que lo heredó y lo sigue produciendo. Y por último, en
relación a su capacidad de generar riqueza, como valor de cambio(3).
En la actualidad, las dos primeras vertientes se
encuentran suficientemente asumidas y demostradas, sin embargo la
tercera, su capacidad para generar riqueza como valor de cambio está
comenzado a desarrollarse a través de su uso turístico. En esta
línea no hay una sola vía y predominan la diversidad de perspectivas
y contextos en los que se puede llevar a cabo. Además de los
contextos señalados: salida, embarque, puntos clave en los caminos,
salida de la Virgen del Rocío y regreso de las Hermandades a sus
localidades de origen, hay otras formas de uso turístico que están
teniendo lugar, en las que se reflejan las otras dos vertientes
citadas anteriormente. Por ejemplo: cuando en un folleto turístico
de la una localidad aparece la estampa de la hermandad local
recorriendo las tierras de Doñana dentro del epígrafe "tradiciones",
cuando la oferta hotelera cuelga el cartel de completo en el día
previo al embarque o salidas, e incluso a través de la conversión
del paso de Hermandades por una localidad concreta como Fiesta de
Interés Turístico Nacional de Andalucía.
Y no debemos olvidar la unión Patrimonio Cultural
y Natural que propicia esta devoción religiosa que viene a
constatarse con la presencia en las instalaciones de interpretación
de la naturaleza del Parque Nacional de Doñana situados en las tres
provincias señaladas con una sección dedicada exclusivamente a ella.
De esta conexión surgen además otras iniciativas turísticas que
tienen en su objetivo la recreación de pequeños rocíos en los
pinares del Parque Natural de Doñana: dado que las características
ecológicas de los pinares, marismas y arenas de esta zona -Parque
Natural de Doñana- son similares a los del Parque Nacional de Doñana
-comparten ecosistemas y sólo los diferencian los usos antrópicos
realizados sobre ellos- se ofertan rutas turísticas que se pueden
realizar a caballo o en charrete -tal como se hace en la Romería del
Rocío- que son acompañadas de momentos de comensalismo, cante y
baile, al estilo de los rengues rocieros.
Todo ello muestra como las tradiciones y en definitiva nuestra
cultura son elementos susceptibles de ser utilizados turísticamente
en un sistema económico que se caracteriza por cuantificar
económicamente el conjunto de hechos y actividades que tienen lugar
en el mismo.
1 Con el
eslógan Turismo de Sevilla, la Diputación de Sevilla ha conformado
en la campaña del 2001 una serie de estrellas que vienen a englobar
áreas sociales y culturales en su ámbito provincial. En el caso del
corredor Guadalquivir-Doñana como la propia campaña explica
"acompaña al río para despedirlo en las marismas, donde el paisaje
se va cubriendo de caballos y ganadería brava. Dibujando caminos a
los romeros, Doñana se pinta de los bellos colores de sus flamencos.
Decenas de miles de aves y otras especies como zorros,jabalíes,
gamos o linces,hacen de este entorno un inigualable ecosistema,
Patrimonio de la Humanidad".( Sevilla.Guadalquivir-Doñana. Turismo
de la Provincia de Sevilla. Diputación de Sevilla. Folleto
divulgativo, 2001).
2 Ley
16/1985, de junio, del Patrimonio Histórico Español y Ley de
Patrimonio Histórico. Ley 1/1991, de 3 de julio del Patrimonio
Histórico de Andalucía.
3 Estas
líneas teóricas son las que presiden el Grupo de Investigación
P.E.R.S.E.S..
Mª Isabel
Durán Salado© (2004) - Fotos: Durán Salado / J.
L. Martínez |