La dinámica descrita en el Camino de Sanlúcar es
la que se suele desarrollar en el conjunto de caminos rocieros. En
el caso de la provincia de Sevilla destacan el gran número de
Hermandades rocieras existentes tanto en su capital como en la
provincia hasta el punto que conforma junto con la provincia
onubense el ámbito geográfico de mayor procedencia de Hermandades
rocieras.
El "Camino de Sevilla" tiene su orígen el Camino
Real que unía Moguer con la capital andaluza y actualmente cruza
todo el aljarafe sevillano hacia las zonas de marisma del norte de
Doñana. A lo largo de este camino destacan las salidas de las
Hermandades de la capital, especialmente Triana y Sevilla a la que
se unen gran número de sevillanos en su primer día de peregrinaje.
Las Hermandades sevillanas del interior de la provincia también
generan contextos festivos de gran importancia que se complementan
en muchos casos con el paso de algunas de las Hermandades de la
capital por dichos municipios. En todo caso en el camino de Sevilla
hay una serie de momentos claves y característicos: el paso por la
Raya Real, el cruce del vado del río Quema, la llegada al Puente del
Ajolí y la entrada a la aldea del Rocío.
La Raya Real marca en el recorrido rociero del
camino sevillano hacia al aldea del Rocío la transición -entre
eucaliptos, arena y pinos- de los territorios del Parque Natural y
Nacional.
El paso del vado del río Guadiamar a la altura de
la Hacieda del Quema se convierte los romeros sevillanos en el lugar
donde se realiza el "bautizo" a los peregrinos que asisten por
primera vez a la romería. El Guadiamar divide los términos
municipales de Aznalcázar y Villamanrrique de la Condesa y es
considerado como el comienzo del peregrinar por tierras rocieras.
Esto se debe a que Villamanrrique linda con los territorios de la
parte norte de Doñana, marcando el acceso a los territorios que han
constituido tradicionalmente el escenario de la devoción rociera.
Tanto es así que durante los tres días que dura el camino, la
localidad de Villamanrrique recibe ante las puertas de su Iglesia
Parroquial a las numerosas Hermandades que atraviesan la localidad
camino de la aldea del Rocío. Este evento que en principio era una
fiesta local se ha convertido en Fiesta de Interés Turístico
Nacional de Andalucía, creando otro punto de gran afluencia en el
discurrir de las Hermandades sevillanas. El cruce
del Puente de Ajolí marca el final del camino sevillano ya que
supone el acceso a la aldea del Rocío. La entrada se prepara como
tuvo lugar la salida en sus puntos de orígen: el conjunto de los
cargos, insignias, Simpecado y carreta son seguidos del resto de la
Hermandad que inicia el cruce del Ajolí , accediendo de este modo a
la aldea camino de la presentación ante el santuario.
Aunque en la provincia sevillana el camino tradicional es el que
sale desde al capital hasta la aldea del Rocío, el incremento de
Hermandades a lo largo de este siglo unido a la existencia de
Hermandades que superan el ámbito histórico de la devoción, ha dado
pie a que las Hermandades que se han ido incorporando utilicen otras
vías de acceso que no eran las históricas pero que con el paso del
tiempo se han convertido en tradicionales. Ello explica que
numerosas Hermandades que realizan el camino por la provincia
sevillana, provengan de ésta como del exterior, se incorporen al
camino sevillano en uno de sus tramos, realizándolo de forma
parcial. Ello da pie a que una serie de Hermandades se vean
obligadas a cruzar el Guadalquivir, como por ejemplo la Hermandad
del Rocío de Granada, la de Utrera, Los Palacios, etc.. Ya sea a la
altura de la localidad de Coria del Río o a la altura de la Isla
Mínima son necesarias grandes barcazas que cruzan de una orilla a
otra del Guadalquivir, generando gran expectación y afluencia de
romeros y turistas similar a la que tiene lugar en el "embarque" por
Bajo de Guía en la provincia gaditana.
Mª Isabel
Durán Salado© (2004) - Fotos: Durán Salado / J.
L. Martínez |