Llega el mes de Abril
y con él la Semana Santa a España. Esta
se celebra especialmente en una ciudad
del sur. Esa ciudad es Sevilla. Existe
aquí una tradición que se acerca a los
siete siglos de existencia. A principios
del primer siglo después de Cristo,
Julio César llamó a Sevilla “Colonia
Iulia Romula Hispalensis” que viene a
significar algo así como “la pequeña
Roma”.
En la actualidad la
pasión de Cristo se celebra de una
manera especial en la que toda la ciudad
se vuelca ante semejante mezcla de
olores, sensaciones y manifestaciones
artísticas que llevan este espectáculo a
ser considerado Patrimonio de la
Humanidad. Entre las procesiones se
pueden encontrar tallas de los siglos XV,
XVI y XVII de cuando Sevilla era, debido
a la colonización de América, la ciudad
más rica del planeta. Escultores de la
altura de Juan de Mesa o Martines
Montañés son algunos de los exponentes.
Pero la Semana Santa no solo son
esculturas, es también bandas de música
que ensayan todo el año sin descansar,
gente que entrena cada día para poder
cargar los pasos en los que se montan
las figuras y moverlos al son que marca
la música a través de las estrechas
calles de la ciudad.
Las semanas previas
podemos disfrutar del incomparable olor
del jazmín que cae de los naranjos que
el mismísimo Lord Byron recitase en su
poema “Don Juan” y que tan cotizadas son
por los ingleses para hacer la
mermelada. Es el olor más característico
de esta ciudad.
La semana comienza el
Domingo de Ramos. La ciudad saca tal
cantidad de obras de arte, a gente
encargada del buen funcionamiento de las
procesiones, personas que trabajan
durante todo el año para este único día.
Su gran día.
La Semana Santa la
componen un total de 56 diferentes
hermandades que conforman mas de 100
pasos. El cortejo que conforma cada
hermandad está compuesto por la cruz de
guía, por los nazarenos (gente anónima
que hace el recorrido como una
penitencia acompañando a las imagenes),
las bandas de música que van detrás de
cada uno de los pasos, los costaleros
que son los que cargan con el paso y
muchas más personas que ayudan al buen
funcionamiento de la procesión, aguador,
apagavelas... Las figuras se montan
encima de una parihuela que es un tipo
de altar de metro y medio a 3 de alto y
de 5 a 7 metros de largo dependiendo de
la escena que representa.
Hay 3 tipos
principales de paso: misterios, donde
podemos ver representada una escena de
la pasión de Cristo desde la entrada en
Jerusalén hasta cuando lo bajan de la
cruz después de morir pasando por la
presentación al pueblo por Poncio Pilato
como podemos ver en la foto o la Oración
en el Huerto antes de ser detenido. El
segundo tipo es la crucifixión, donde
tenemos la figura de Cristo en la cruz,
vivo o muerto, en diferentes pasajes
como cuando pide agua o en el momento de
expirar. Y el último tipo es la figura
de la Virgen María en soledad tras la
muerte de su hijo. Sevilla es la ciudad
mariana por excelencia ya que fue la
iglesia de Sevilla la que propuso a Roma
la pureza de la concepción. Por eso la
ciudad se vuelca ante estas imagenes y
la trata como a las verdaderas reinas de
la ciudad. Ejemplos claros son la
Esperanza de Triana y la Macarena que
dividen a la ciudad por el amor hacia su
madre. Porque, ¿hay algo más bonito y
puro que el amor de una madre hacia su
hijo y el de un pueblo hacia su madre?.
Pero ante todo, la
Semana Santa es un sentimiento. Para
cada persona representa algo
completamente distinto. Es una cascada
de emociones en la que cada persona
tiene recuerdos tan distintos que van
desde cuando la veías con tus padres o
abuelos cuando eras un niño a cuando
eres tú el que se la enseñas a tus
hijos, nietos...
Bibliografía:
Antonio M. Rueda. Profesor de
Lengua Española en la Universidad de
Chicago (EE.UU.)
Publicado en
el periódico "El Informador", diario en
español para los hablantes de la
misma lengua en Chicago e Illinois. El
Autor es hermano de la Hermandad de San
Benito.
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