Niveles de
Calidad Constructiva.
Los arcos suelen tener una media de 1,10
m de ancho por 0,70-075 m de alto, desde
el interior de la iglesia. Es evidente
que el arco es mayor, porque mantiene
las bóvedas de ladrillo y presenta un
peralte sobre las cámaras de 0,30 cms.
Por lo tanto, estamos hablando de arcos
con un espesor comprendido entre 1,00 m
y 1,10 m.
Las luces varían entre 5,50 m (naves
laterales) hasta 9,50 m (crucero
principal)
Los arcos se encuentran realizados con
semidovelas de piedra formadas por
sillarejos cortados de forma más o menos
regular. Al no estar rectificadas sus
caras de contacto y no existir una buena
junta de agarre, la superficie de
compresión es bastante irregular,
dependiendo en algunos casos sólo de
algunos puntos. Ello crea incrementos de
tensiones puntuales que machaca la
piedra y la areniza hasta que recupera
otra situación de equilibrio, dadas sus
bajos niveles de resistencia a la
compresión.
Las juntas entre dovelas o no han
existido de origen, o han desaparecido
por meteorización. En otros casos, se
han rellenado de yeso, con nula
capacidad resistente. En general, las
juntas están rellenas sólo en la
superficie, con penetraciones que no
llegan a los 13 cms.
El extradós de los arcos presenta muros
o caballetes de refuerzo, que están
agrietados siguiendo las pautas
generales.
Se ha constatado la existencia de varias
“reparaciones” históricas, generalmente
realizadas con yeso (las más antiguas) y
cemento (las modernas), como intento de
cubrir las lesiones más importantes y
que pasaran desapercibidas desde las
naves del templo. En los casos de
rellenos más importantes, se utilizaron
grandes escarpias de hierro forjado para
conseguir un agarre en la piedra, así
como cuñas de madera.
En muchos casos los arcos se han
“aflojado” por aplastamiento de los
arranques y creación de grietas en la
clave y los riñones que actúan como
mecanismos. La solidez general y la
buena cimentación de las pilas, han
evitado, en general, desplomes totales o
parciales de la estructura.
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“Para que una estructura en arco falle
se necesitan cuatro rótulas; tres no
permitirán el colapso libre.” De
“Teoría, historia y restauración de
estructuras de fábrica” por Jacques
Heyman.
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