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mudo de Santa Ana es un personaje
emblemático de la Triana más profunda y
del mundo cofrade en general, la
generación del imaginero Enrique Lobo
Lozano y más atrás recuerdan con cariño
y singular nostalgia su misteriosa
figura portando la cruz parroquial en
numerosas hermandades durante décadas.
Las casualidades de
la vida destinaron a Enrique por el año
2002, a la Iglesia de Santa Ana para
acometer un proyecto de restauración
sobre las fachadas del mueble del órgano
y la sillería coral, entre otros
proyectos aledaños y de forma paralela,
tuvo la oportunidad de conocer más de
cerca a éste símil de "Jorobado de Notre
Dame" en versión trianera y profundizar
sobre su identidad e historial en
cuestión, el cual me impactó de forma
espeluznante."¡Eso sí que es memoria
histórica!..." Desde presenciar cómo
asesinaban a sus padres hasta conocer
desde el primer hasta el último balazo
que soportaron los muros, puertas y
altares de la catedral trianera.
Cuando
la primera fase del proyecto quedaba
concluida y la sillería al menos se
podía acceder a su visita, el párroco
Manuel Azcárate le propuso de forma
personal, por su afinidad con el mundo
de la imaginería, la realización de una
imagen de Santa Cecilia para que
simétricamente con la de telas encoladas
que representa al rey David, completara
el hueco de una de las fachadas del
instrumento a unos 11 metros de altura
aproximadamente, a lo que de forma
isofacta "replicó" tal idea
proponiéndole la alternativa que por
amor, tesón, fidelidad y, en definitiva,
entrega de toda una vida casi conventual
a la parroquia de Sta. Ana, se realizara
una imagen del apostol San Pedro con el
rostro del Mudo de Triana, en posición
genuflexa mirando hacia el altar mayor
en reverencia a la madre de María
Santísima.
La idea pareció
acertada, acometiendo Enrique Lobo la
fase de modelado del retrato de forma
inmediata para exponerlo posteriormente
en el lugar ya mencionado, donde se
encuentra desde entonces a la espera de
ser financiado por las personas,
entidades, hermandades, feligresía,
etc., que quieran ver a ese bastión de
la Triana más añeja coronando uno de sus
altares y a la vez haciendo justicia a
la entrega desinteresada de este
singular personaje sin igual.
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Así pues aquí queda
lanzado el mensaje para que, ya sean las
hermandades de las parroquia, las
entidades del barrio o los vecinos en
sí, los que hagan realidad que, “el mudo
de Triana” pueda igualmente ser conocido
y reconocido por generaciones venideras.
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Fotos:
Juan Alberto García Acevedo. |