
ntre
1503 y 1529 aparece documentado en
Triana el ceramista italiano Francisco
Nicoluso, que renovó la técnica y la
decoración de la alfarería local.
Introdujo el azulejo de superficie lisa
y puso de moda la ornamentación
renacentista que se venía practicando en
las ollerías de Italia.
La lauda de Iñigo López e sla primera
obra que se conserva de cuantas realizó
en su taller de la calle Larga de Triana.
Su originalidad consiste en traducir a
un paño de azulejería policroma la usual
lápida funeraria de marmol o bronce.
Hoy por hoy el difunto sigue siendo un
personaje enigmático. Su título o
profesión ha sido borrado del epitafio
que le enmarca y la desaparición de este
dato viene alimentando numerosas
leyendas populares en el barrio: desde
que fue un esclavo asesinado por su
dueño a que se obtiene novio pegándole
en la cabeza con el zapato.
Autor: Francisco Nicoluso
Fecha: 1503
Medidas: 144 x 74 cm.
Técnica: 32 losetas de barro pintadas y
vidriadas

Fotos:
Francisco Santiago |