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El Cristo de los Desamparados del Santo Ángel.-

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sta imagen del Cristo de los Desamparados fue titular de la Hermandad de Sagrada Lanzada entre los años 1.852 y 1.915 etapa en que esta Corporación radicó en la Iglesia conventual del Santo Ángel.

Fué esculpido en 1.617 por Martínez Montañés aunque en la Exposición celebrada sobre este escultor en 1.969 en la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría su Presidente el profesor D. José Hernández Díaz sólo atribuía su hechura a este insigne maestro de la gubia.

Mide la imagen 1 75 m. y se trata de una magnífica imagen de Crucificado que continúa la serie de representaciones de Cristo en la Cruz que interpretó el Dios de la Madera Juan Martínez Montañés.

Sigue la ordenación iconográfica y la morfología artística del Cristo de la Clemencia y se relaciona con el de la Catedral de Lima (Perú) ambos de este autor; en él se refleja la hondura teológica que supo imprimir este artista a sus Crucificados plenos de aires dogmáticos que afloran en el suave realismo de la figuración.

Para los más cofradieros es dato principal el que haya sido titular de la Hdad. de la Lanzada que en 1.851 se establece en el Convento del Santo Ángel a obtener su residencia canónica en esta iglesia y el sacerdote rector de la misma le concede la cesión de esta talla mientras radicasen allí.

Cuando en 1.880 vuelven los exclaustrados frailes carmelitas se suscita una disputa por la titularidad del Cristo que conllevaría en 1.915 a la expulsión de este templo de la Hermandad y con ello perdió a esta imagen como su Titular.

La presencia de este Cristo en el paso de la Lanzada fue factor determinante para la popularidad que adquirió esta Hermandad por dicha época. Realmente fue una pena se perdió de la vista de los sevillanos una gran imagen de Crucificado que en parte hoy día pasa un poco desapercibida en un altar del actual Convento del Santo Ángel.

 

 

El viernes 27 de octubre de 2006 a las 13:20 horas, fue trasladado a las dependencias del IAPH para proceder a su restauración, que podría estar concluida en unos 4 o 5 meses.

Esta ha sido una de las pocas ocasiones en que se ha podido observar con todo lujo de detalles el seguimiento que se le hace a una imagen desde que es bajada de su lugar en el templo hasta el posterior embalaje y transporte, no sin sus momentos de cierto riego.

El Cristo va a ser sometido a un estudio para conocer cual es el estado de la talla y posteriormente su restauración, tal y como explico Jesús Romero, director general de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía. Las mismas se basarán sobre todo en la unión de los brazos al cuerpo central, respetando la policromía original que realizara Pacheco y realizándole una limpieza general. El prior del Santo Ángel dejó muy claro que el Cristo no debe perder el color actual.

"Maravillosa policromía original del Crucificado de los Desamparados". Se ha recuperado el sudario y corona de espinas en tonos verdosos

 El día 13 de diciembre de 2006, la Comisión de seguimiento de la restauración del Crucificado de los Desamparados de Montañés de la Iglesia carmelitana del Santo Ángel se personó en las dependencias del IAPH para dar su aprobación tras las primeras pruebas de limpieza a la venerada imagen.

La comisión estaba formada por: P. Prior del Santo Ángel, Licenciado en Historia del Arte; D. Enrique Valdivieso, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla; D. Alberto Villar Movellán, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Córdoba; D. José Roda Peña, doctor en Historia del Arte de la Universidad de Sevilla y D. Francisco Romero Zafra, escultor imaginero.

A primera vista llamó la atención, tras examinar las radiografías, el magnífico estado de conservación del ensamblaje de la imagen, realizado con una perfección absoluta, que ha permitido llegar hasta hoy así. De ahí que la imagen no va a ser desmontada en ninguno de sus miembros. La mayor parte del estudio se centra en la policromía. Es la original del maestro, sin alteración ninguna, se conserva en un estado excelente, sólo cuenta con la suciedad del paso de los años, pero no de repintes,que se levanta tan fácil que no es necesario ningún producto o disolvente de cierta fuerza. La policromía va a ser muy llamativa por su contraste entre el tono dominante y la profusión de sangre en las llagas y toda la anatomía.

Excelentes son los moratones y otros muchos detalles de tan cuidada obra maestra. La corona ha revelado igualmente, como sucedía con la del Gran Poder, ser de tonos verdosos, lo que aportará un hermoso contraste con la cabellera del Señor. Cuidados los detalles del cabello en el inicio de la barba y la magnífica dentadura, así como otros detalles en orejas, párpados, etc.

Manifiesta el paso de la muerte de una forma impresionante. La gran sorpresa será el paño de pureza, que se encuentra repintado, pero afortunadamente es un repinte superficial y que conserva debajo su policromía original, con gran riqueza de tonos y que destaca por la sangre que sale hacia afuera empapando la tela en diversas zonas, de gran originalidad.

Las encargadas de la restauración han descrito la calidad de la imagen, cuidada en todos sus detalles al máximo. El resultado de la restauración va a ser espectacular, devolviendo una de las pocas policromías montañesinas que no se ha tocado con el paso de los siglos.

Fotos: Francisco Santiago / José Luis Martínez

En ausencia de Montañés...

 

Arte Sacro. Con la ausencia del Crucificado desde el día 27 de octubre el convento del Santo Ángel se quedó un poco desangelado, estimándose que estuviera fuera del convento unos 4 ó 5 meses.

Mientras y para ocupar su lugar, los monjes carmelitas decidieron poner en la capilla del Sagrario una pintura que representa a Cristo crucificado con la Magdalena a sus pies. Es una pintura del siglo XVII que se encuentra en la clausura del convento del Santo Ángel.

Es una obra heredera de los postulados de Zurbarán, salida de alguno de los que han aprendido la forma de pintar tan escultórica, del pintor de los monjes.

 

 

 

 

Fotos: Juan Alberto García Acevedo.

Presentado el Crucificado de Montañés en el Santo Ángel

 El martes 22 de enero de 2008 a las 13:15 horas y en la Iglesia Conventual del Santo Ángel de los PP. Carmelitas Descalzos, se ha presentado el restaurado Cristo de los Desamparados.  Al acto asistieron la Delegada de Cultura, el Director General de Bienes culturales, restauradores de la imagen. La imagen se colocó para su contemplación delante del presbiterio. Intervendrán las autoridades y el P. Prior de la comunidad.

Se cumple por fin el que podamos  ver la imagen, después de un año y dos meses de proceso de restauración. Son muchas las sorpresas que nos depara la imagen que ha recuperado su policromía original, así lo vieron los frailes hace casi cuatro siglos, exactamente, 390 años.

Mas datos

La consejera de Cultura, Rosa Torres, informó sobre la conclusión de los trabajos de restauración del Cristo de los Desamparados de la iglesia del antiguo convento carmelita del Santo Ángel en Sevilla, realizada durante catorce meses en los talleres del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH). Se trata de una de las esculturas más importantes del Barroco andaluz, atribuida a Juan Martínez Montañés.

Rosa Torres ha explicado que "aunque la autoría no ha podido ser determinada de forma concluyente, de lo que no hay duda, y así se ha evidenciado durante la intervención, es que estamos ante una obra de incuestionable calidad artística, ante uno de los exponentes principales dentro de la imaginería basada en la Crucifixión".

La imagen se relaciona documentalmente con el escultor Juan Martínez Montañés a través de una cédula judicial fechada en 1623, en la que se menciona el contrato del artista para la realización de un Cristo con destino al convento de los carmelitas descalzos de Sevilla. Juan Martínez Montañés, junto con Alonso Cano y Pedro de Mena, conforma la trilogía de grandes maestros de la escultura barroca andaluza.

La escultura del Cristo de los Desamparados es propiedad del convento carmelita desde su origen hasta hoy día a pesar de las vicisitudes por las que ha pasado la orden. El convento se fundó en 1587 y fue exclaustrado en 1835; sin embargo, la iglesia siguió atendida por religiosos exclaustrados como capellanes. En 1851 se instaló en el templo del convento la Hermandad de la Sagrada Lanzada. Posteriormente, en 1904 volvieron los frailes y más tarde, en 1916, la hermandad abandonó el templo.

Gran calidad artística

El Crucificado representa el instante inmediatamente anterior a la muerte de Cristo. Tras su restauración en el IAPH, se ha puesto de manifiesto de forma más evidente el dramatismo del rostro, destacando la tensión de la boca y los rasgos faciales con los signos de la defunción. A esto hay que añadir la excelente calidad de la policromía, que representa con gran virtuosismo los tonos de la piel y las marcas de la pasión de Cristo tras la Crucifixión.

También se ha podido comprobar que las características técnicas de la misma son muy semejantes a la del gran Cristo de la Clemencia de la Catedral de Sevilla, realizado por Martínez Montañés en 1603 por encargo del arcediano Vázquez de Leca.

Tras el análisis estilístico se observan claros grafismos de la producción de Martínez Montañés, sin embargo presenta algunas características tanto a nivel compositivo como técnico que difieren en parte de otras imágenes suyas del mismo tema iconográfico. El estudio realizado durante su intervención confirma así la gran calidad artística de la obra. En este sentido, los técnicos del IAPH consideran que la restauración del Crucificado permite reivindicarlo como una de las grandes esculturas de la historia del arte de Andalucía.

Proceso de restauración

Respecto a la intervención efectuada en el taller del IAPH se llevaron a cabo en primer lugar los estudios previos necesarios como el radiológico, un examen con iluminación ultravioleta y un estudio de la capa policroma mediante lupa binocular, así como el análisis de caracterización de materiales constitutivos.

Las principales alteraciones de la imagen del Crucificado afectaban a la capa policroma. Estas alteraciones repercutían tanto en la materialidad de la obra como en sus valores estéticos. Los daños más graves eran productos de las sucesivas intervenciones que la talla había sufrido a lo largo de su historia, como las actuaciones de repolicromado sobre el sudario que alteraron la iconografía, las capas de barniz aplicadas en la superficie y la acumulación de humo y polvo. Todo ello ocultó el cromatismo de la obra haciendo inapreciable la naturalidad y verosimilitud de la misma.

Además, presentaba otras alteraciones de menor trascendencia para la conservación de la obra, consistentes en pequeñas pérdidas de adhesión tanto en el soporte como en la capa pictórica. Por último, cabe destacar la pérdida de parte de la corona de espinas, que se ha decidido reconstruir para recuperar el equilibrio compositivo de la imagen.

Fotos: Cortesía de J. M. "Silva"

Pasión murió en el Santo Ángel, para redimir a los Desamparados

 Francisco Santiago. La oscuridad sólo era rota por la luz artificial que se componía en los utensilios fotográficos de J. M. “Silva”. Sobre los escalones que dan paso al presbiterio, parecía esperar…

Era monumental la imagen del Crucificado que tallara Montañés, aunque por momentos el recuerdo nos lleva a otros maestros y alumnos de la época, la nariz que recordaba a su alumno Mesa y el perfil, que lo acercaba a Ocampo y su obra para el Calvario.

Crujía la madera y mi cabeza giraba buscando el motivo que producía el sonido, llegando la tranquilidad cuando comenzó a sonar el órgano.

Dios vino a visitar a Dios y quiso que fuera en el Santo Ángel. La sangre parecía estar aún coagulando, fresca a pesar del paso de los siglos.

Pocas veces se podrá conmemorar este momento, al menos en el espacio intemporal que cada uno de nosotros nos forjamos a base de ideas heredadas y aprendidas con la edad. Yo he aprendido que el silencio es aliado de la Esperanza, que una mirada compartida hace menguar el dolor y que por un momento, Pasión moría en el Santo Ángel para redimir a los Desamparados.

Cuando lean estas líneas, el Crucificado de Montañés posiblemente ya esté presidiendo el sagrario de la iglesia, con su nuevo espacio revitalizado, iluminado y especialmente diseñado para darle cobijo.

Pero para aquellos que no tuvieron la oportunidad de estar ahí, les dejo la galería “Dios de Dios”, un viaje grafico a la fe y la devoción, a la rotundidad que define al maestro escultor que le valió el sobrenombre de “Dios de la madera”.

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Una capilla diseñada por Aníbal González, un retablo trazado por Hernández Díaz, todo para las joyas de la casa: el Santísimo y el Crucificado de Montañés

 Ya podemos contemplar al Crucificado de Montañés en el Capilla Sacramental del Santo Ángel, capilla edificada según planos de Aníbal González en los años veinte, que estaba dedicada al Santísimo y presidida por Santa Teresa, de ahí que aparezcan escenas de su vida, y de la de Cristo, en azulejos y bóveda, así como el escudo de armas de su familia en las pechinas, junto al del Carmelo Descalzo.

Para ello se han llevado a cabo algunas reformas en dicha Capilla. En primer lugar se han eliminado los casetones del fondo que antes presentaba el retablo marmóreo porque distraían de lo esencial: el Sagrario y el Crucificado.

No olvidemos que todo el retablo fue diseñado bajo la dirección del profesor Hernández Díaz, quien sentía auténtica veneración por el Crucificado de Montañés. De este modo el retablo ha quedado más uniforme y el fondo se ha quitado el brillo y queda en mate más acorde con la prestancia del Cristo.

La iluminación también se ha cambiado, ahora dispone de una iluminación que resalta los valores artísticos de la imagen, con focos que incorporan filtros que no dañan la imagen. Se ha cambiado la instalación de las lamparillas para que ningún cable pase cerca de la imagen, todo por el suelo. Ambas intervenciones han sido costeadas por el IAPH.

 Por su parte la comunidad ha restaurado la pechina derecha del retablo, por el restaurador y pintor Antonio Díaz, y los perfiles blancos y dorados de las pinturas murales desde el tambor hacia abajo.

Del mismo modo se han eliminado elementos muebles de la Capilla como alfombras, reclinatorios o banquetas para que resalte sólo lo que es esencial.

Se ha limpiado toda la platería de la Capilla: Sagrario, seis candeleros y pies de las lamparillas, todo ello en plata realizado por Gavella Baeza en 1962, año en que se coloca la imagen del Crucificado en la Capilla.

Los candelabros de cincos brazos de plata han sido donados por una familia para la Capilla con motivo de la restauración de la imagen y adecentamiento del recinto sacro. La imagen de Nuestra Señora de los Siete Dolores se encuentra provisionalmente en la Capilla del Carmen, donde se puede apreciar aún mejor, como indican los fieles, ya muy numerosos, que la veneran.

Foto: Francisco Santiago

Conocer Sevilla 2004 - Francisco Santiago©