Según el catedrático
José Hernández Díaz, especialista en
este tipo de investigaciones, la Virgen
de los Reyes es una obra realizada en el
segundo cuarto del siglo XIII. siendo la
imagen una cumplida representación
plástica del concepto medieval de la
Realeza de María, tal como la entendían
los litúrgicos y teólogos de la época.
La Virgen está
realizada en madera de alerce y es
figura articulada. En esta obra fueron
únicamente modeladas la cabeza, las
manos y los pies. El rostro carece de
modelado, la nariz es de poco relieve y
pequeña, los labios ligeramente
marcados, con sonrisa candorosa, y los
ojos pintados. Las manos de la Virgen
son simplísimas, en la forma típica de
tenedor o peine, con dedos largos y
finos, según la fórmula medieval.
Abundando en el
estudio realizado en 1948 por el
profesor Hernández Díaz, y en el
capítulo de la "arqueología" de la
venerada imagen, se dice que tiene
"singular cabellera, compuesta con
abundantísima madeja de hilos de seda,
que conserva áureos, unida al óvalo
craneano de modo finísimo, casi
imperceptible y que cae en cascada hasta
el borde infraescapular.
Hoy está sujeta con
cintas envueltas por paño a manera de
toca y desde luego debió lucirla
exteriormente la venerada icona".
Otro de los puntos
históricos del estudio es que la imagen,
en la mitad superior del dorso, tiene
una ventana que permite apreciar una
rueda dentada unida a un eje y liada en
él restos, como de una correa sin fin.
"Este dispositivo concreta el profesor-,
sirvió sin duda para mover partes de la
figura; desde luego movería la cabeza
por cuanto se halla sujeta al cuerpo por
grapas metálicas que la inmovilizan".
Se dice también en otros estudios
históricos, que en Castilla pudo haber
en la época fernandina una escuela de
imagineros, y que desde allí enviaron la
talla de la Virgen de los Reyes a
Sevilla. Pero por otra parte, se
concreta en otro estudio que la efigie
de la Patrona de la ciudad fue realizada
en Sevilla, bajo la mirada y orientación
del propio San Fernando.
Fotos:
Francisco Santiago |