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La Salida el 15 de Agosto.-

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Misa Estacional

El Ceremonial de los Obispos llama misa estacional a la cantada que celebra el Obispo sobre todo en la Iglesia Catedral, rodeado de su presbiterio y ministros, con una gran y activa participación de todo el Pueblo de Dios, propia sobre todo de las mayores solemnidades del año litúrgico; entre ellas cita la del Patrono de la diócesis, que es nuestro caso. Asimismo, el Arzobispo, al final de la eucaristía, en uso de sus facultades imparte la bendición papal. La jornada se abre con la recepción del Cabildo Catedral al Arzobispo a la Puerta de los Palos, todos en hábito coral.

El episcopal consiste en sotana y fajín de seda violáceos, roquete, muceta violácea sin cogulla, anillo, cruz pectoral con cordón verde y oro, solideo y birrete violáceos y calzado negro. Se permite también el uso de la capa magna para las festividades más solemnes de la diócesis, que es un gran manto violáceo solemne de cola, aunque ha caído en desuso.

Llegado al umbral de la puerta, un canónigo, el más digno, le ofrece el hisopo. A continuación de la aspersión, se dirigen al lugar donde se han de cantar los Laudes, oración litúrgica de la mañana, bien en la Sacristía de los Cálices, bien en la Capilla Real.

Ésta consta de un himno, dos salmos y un cántico del Antiguo Testamento con sus antífonas, un capítulo de la Escritura (Is. LXI, 10), un responsorio breve y unas preces, que acaban con el padrenuestro y la oración colecta del día. Según nos refiere Ortiz de Zúñiga, por privilegio firmado en Agnani a ocho de julio de 1255 por el Papa Alejandro IV dei conti di Segni, las Dignidades del Cabildo Catedral pueden utilizar mitras blancas en las principales festividades, lo cual se viene realizando desde el año siguiente de 1256. Esta honra de la Iglesia de Sevilla es debida a los méritos de San Fernando y a la devoción de su hijo Alfonso X el Sabio. Esta solemnidad es una de las que las usan las Dignidades que concelebran.

Según la norma común, las procesiones preceden a la misa, exceptuadas las del Santísimo Sacramento, porque se procesiona la hostia consagrada en la eucaristía. Antiguamente, a la misa pontifical, igual que a la solemne en los lugares donde había oficio coral (catedrales, colegiatas, conventos), precedía el canto de Tercia, una de las horas menores del Oficio Divino, mientras el Obispo recitaba los salmos y preces de la Preparatio ad Missam y se revestía de los ornamentos sagrados. Por esta ceremonia preliminar la procesión matutina recibe el nombre de Procesión de Tercia.

Itinerario

El recorrido habitual exterior de esta procesión a lo largo de los siglos era entre la Puerta de los Palos y la Puerta de San Miguel. El quince de mayo de 1958 el ex-alcalde Conde de Halcón, haciéndose portavoz del sentimiento sevillano, manifestó la oportunidad de alargar el recorrido, entrando la Virgen por otra puerta, para que pudiera ser contemplada por más publico. El cinco de agosto del mismo año, el Arzobispo Cardenal Bueno Monreal, oído el parecer favorable del Cabildo Catedral, determinó se ampliara el itinerario por todas las gradas bajas hasta la Puerta de los Palos, por donde había de salir. El recorrido, por tanto, es actualmente el siguiente: Plaza de la Virgen de los Reyes, Placentines, Alemanes, Avenida de la Constitución, Fray Ceferino González, Plaza del Triunfo, Plaza de la Virgen de los Reyes. A la salida y entrada, por el carácter festivo de la procesión, repican las campanas, así como en las estaciones.

Estaciones

Antes de levantar el paso, se inciensa la imagen de la Virgen. A lo largo del recorrido se realizan estaciones, que son paradas en las que se canta un responsorio o motete mientras que el obispo, despojado de báculo y mitra, también inciensa la efigie mariana, y se concluye con un versículo y la oración colecta.

Actualmente están fijadas las estaciones, en las que el paso se vuelve hacia el prelado, en la esquina de Placentines con Alemanes, en la de Alemanes con la Avenida de la Constitución y en la de la Avenida con Fray Ceferino Gonzalez Posiblemente esta costumbre de las estaciones proceda de las estaciones en los altares de las procesiones eucarísticas. Llegados de vuelta a la Catedral, el Arzobispo, trocada la capa pluvial por casulla y palio empieza la eucaristía con la incensación del altar, la cruz y la Virgen y el canto del Gloria.

Cortejo

Como norma general, diremos que los participantes se colocan por orden de precedencia que se considera por la mayor proximidad al preste, según la costumbre ordenadamente en fila de dos. El orden habitual es, primero, las pías asociaciones; segundo, las cofradías y archicofradías, tercero, los religiosos; cuarto, el clero secular cerrado por el Cabildo Catedral; el preste con sus ministros y, por último, los magistrados y autoridades (que también pueden ir delante del clero secular).

Asimismo, en cuanto al atuendo adecuado, los laicos deben asistir vestidos, como es natural, de traje decente, en nuestro protocolo de traje oscuro. Los religiosos, con su hábito, y los clérigos seculares, con sotana y sobrepelliz o alba y estola. Los canónigos van con el traje coral. Las autoridades de gala, según marque su protocolo.

Cruz Patriarcal

Como todas las procesiones litúrgicas, las abre la cruz alzada, con la cara del crucificado hacia delante, que va iluminada por dos ciriales.

En este caso es la patriarcal (de dos brazos horizontales) propia del Cabildo Catedral, que es quien convoca y organiza el cortejo. Va precedida por la Banda Municipal.


Asociación de Fieles de Nuestra Señora de los Reyes y San Fernando

Tras la cruz abre marcha esta pía asociación. Fue el Cardenal Arzobispo Segura Sáenz, tan devoto de la Virgen, quien la erigió canónicamente en la Capilla Real por decreto del quince de diciembre de 1941 con el nombre de Asociación de fieles de la Devoción a Nuestra Señora de los Reyes, con el objetivo de promover el culto y devoción a Maria en Su advocación de los Reyes. El dos de julio de 1947 el mismo prelado aprobaba nuevos estatutos, que serían renovados por el Cardenal Arzobispo Bueno Monreal el veinticinco de junio de 1973.

Archicofradía Sacramental del Sagrario

Seguidamente va esta corporación. Hay constancia documental de que desde 1579 esta Hermandad acompaña al Cabildo en la procesión como la última institución de seglares, lo cual no quiere decir que no lo efectuara con anterioridad, antes bien, parece que deba ser, más que nada, sanción de una costumbre que se remontase a los orígenes de esta institución eucarística.

Capilla musical

Acompaña también un coro para interpretar los motetes y resposorios durante la procesión. Quizá el canto más adecuado a este día sea el Magnificat (Lc. I, 4655), en el que la propia María profetiza que todas las generaciones habrán de felicitarla porque Dios ha obrado maravillas en Ella, hasta coronarla de majestad en Su Asunción Gloriosa.

Clero y Excelentísimo Cabildo Catedral

A continuación va el clero participante seguido del Cabildo Catedral con el traje coral. Acompaña a este la Real Maestranza de Caballería, miembro honorario del Cabildo.

Paso de Nuestra Señora de los Reyes

Primitivamente la imagen de la Virgen procesionaba bajo baldaquino de plata, pero parece que ya desde muy antiguo lo hacía bajo palio, como podemos comprobar por un dibujo en colores de 1662, si bien uso contrario a la ley canónica, que sólo lo permite sobre imágenes de la Virgen cuando haya peligro de lluvia, pues está reservado, por su carácter latréutico, al Santísimo Sacramento y tolerado para las reliquias de la Vera Cruz o instrumentos de la Pasión del Señor.

Esta costumbre quizá proceda del privilegio regio de entrar en los templos bajo palio, que se aplicase a la Reina de los Reyes.

El actual paso, de litera o tumbilla, ejecutado bajo patrocinio del Cardenal Arzobispo Almaraz, fue diseñado por el Arquitecto Municipal Juan Talavera Heredia y bordado sobre tisú de plata en los talleres de José Olmo Hurtado. Se estrenó en 1924 y se remató en el año siguiente.

Es una lástima que se halla perdido la costumbre de que los capellanes reales, revestidos de capa pluvial blanca, vayan de manigueteros. Todavía tenemos en el recuerdo al Muy Ilustre y Rvdo. Sr. D. Federico María Pérez Estudillo Sánchez, que fue el último que salió, aun en solitario.

Preste y ministros sagrados

Los ornamentos, como corresponde a la fiesta del día, son blancos. Corresponde presidir al Arzobispo de la ciudad de pontifical portando mitra y báculo acompañado por dos capitulares como diáconos de honor. El Arzobispo y el presbítero asistente, el Deán de la Catedral van con capas pluviales, el ornamento propio de las procesiones y los diáconos de honor con dalmáticas. Detrás van los acólitos de mitra, báculo y libro, así como el familiar del prelado.

El Ayuntamiento bajo mazas

Entre las muchas procesiones de rogativas en que se sacó a la Virgen, debemos hacer mención de la de 1865, provocada por una epidemia de cólera morbo. En acción de gracias por declinar a partir de entonces la plaga, el doce de julio del siguiente año acordó el Pleno Municipal por unanimidad acompañar anualmente la imagen de Nuestra Señora en su procesión de agosto. Dicho voto fue comunicado el dieciocho del mismo mes por el Alcalde al Deán y Cabildo Catedral.

Aquel mismo año, a raíz de esa vinculación Municipio y Virgen de los Reyes, el Arcediano de Sevilla, pretendiendo hacer un nuevo paso para la imagen, pidió licencia el dieciocho de julio al Ayuntamiento Constitucional para incluir en éste el escudo de la Ciudad, así como una ayuda para el proyecto. Era su idea “hermanar en un símbolo las dos más grandes idean que puedan germinar en el corazón del hombre, la ideas de la religión y la idea de la Patria”. El veintinueve de julio respondía afirmativamente el Alcalde, ofreciendo “un donativo de mil escudos, facultando además al Arcediano para esculpir en las nuevas andas el blasón de la ciudad”. En el paso definitivo, que se estrenó, como ya hemos comentado, en 1924, en uno de sus frentes, se bordó el escudo de la ciudad.

Un nuevo motivo de expresar esta vinculación fue la concesión por el Papa Pío XII Pacelli del Patronato Litúrgico sobre Sevilla y su Archidiócesis a Nuestra Señora de los Reyes en el Breve Quam fervida de quince de agosto de 1946, a petición del Cardenal Arzobispo Segura y Sáenz. Fue celebrado el veinticuatro de noviembre de dicho año. En la procesión en la tarde de dicha jornada, al llegar ante las Casas Consistoriales, el Alcalde Duque de Alcalá le ofrendó con un bastón de mando, de cuya alocución son significativas las siguientes palabras: “Nunca como en la hora presente fue más intima la identificación de sentimientos entre la ciudad y su Ayuntamiento, y por ello, la corporación acordó a una voz ofrendarte este bastón, insignia de la autoridad que viene atribuida al primer magistrado de la ciudad, para que seas Tú, ¡oh, Madre nuestra!, la que por el poder e influjo de tu gracia sujetes a tu excelsa y suprema autoridad espiritual a esta Sevilla que te aclama tan de corazón, y dispenses a ella y a sus hijos los beneficios de Tu amor de Madre y de Tu amparo y misericordia”.

Esta vinculación entre el Ayuntamiento y la Virgen de los Reyes se estrechó aún más por la concesión del Pleno el treinta de marzo de 1953 de la I Medalla de Oro de Sevilla, que le obsequiarían los empleados del Municipio hispalense, en desagravio por un robo sacrílego sufrido por el tesoro de esta imagen. Se pasó notificación del acuerdo por el Alcalde Jerónimo Domínguez al Cardenal Arzobispo Segura Sáenz el siete de abril de dicho año. Pero la imposición no se llevaría a cabo hasta 1958, en que el siete de mayo la acordó nuevamente el Ayuntamiento, acompañada la medalla de un lazo de oro con las llaves de la ciudad, símbolo de la devoción de sus vecinos, efectuándose el diez de mayo.

Compañía militar de honores

Por Real Orden de Fernando VII, el ano 1807 asistió a la procesión haciendo guardia el Cuerpo de Artillería. Su hija Isabel II, en 1862, le concedió los honores de Capitán General a la imagen de la Virgen. Este privilegio fue refrendado por el Consejo de Ministros bajo la presidencia del General Jefe de Estado Franco Bahamonde en 1939, en acción de gracias por el final de la guerra; el quince de agosto de ese año Le fue ofrendado e impuesto a la Virgen el fajín de Capitán General. Va acompañando la Banda de Soria 9, que entre otras marchas procesionales interpreta Virgen de los Reyes, obra de Abel Moreno, que muchos años desfiló mientras fue director de la citada banda.

Fotos: Francisco Santiago

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Conocer Sevilla 2004 - Francisco Santiago©