Amargo sabor de
boca que perenne habitaba en tus labios,
cual cuchilla que desgarra sentimientos
y penetraba hasta rozar el alma.
Negra textura de
corazón que producía un leve sonido;
palpitar de melancólica marcha que
resonaba con ahínco en tus oídos.
Noche que
iluminó la desazón en estertóricos
movimientos sin sentido; desvelo que
encontró una razón.. anodina situación
de desatino.
Y al fondo, un
breve y escurrido grito que suplicaba
una lágrima.. un quejido. Poder olvidar
que esta estación cambió tus flores por
espinos.
Agua que fluyó
de ti, cada vez más turbia, al igual que
tu destino. Y al sopesar la alegría y el
dolor que siempre habías compartido, se
recluyó la consciencia en un rincón de
la cárcel que supone lo querido.
Tarde fue
para volver a la senda, lejos quedaron
tus veredas, tus caminos y a lo lejos
quedó la esperanza.. o la eterna caída
que te ofreció el abismo.
Y al fondo, un
clavo que penetró tu cerebro, extrayendo
la fuerza vital, eclipsando lo que
quedaba del hombre, reviviendo su forma
animal.
Pudo ser y tal
vez no quiso, eso contarán sus pocos
amigos, pero en el lodo le fue difícil
caminar, cuando cadenas arañaban sus
tobillos, quedando preso en el tiempo,
sin ganas de expresar lo nunca dicho.
Quiso empezar
de nuevo, echar por tierra lo que era y
lo que había sido, para que nada ni
nadie identificara al ser que en estas
líneas describo, que nadó entre
tinieblas de un mundo extraño y
desconocido
Y al fondo, la
ilusión que se desvanece como un Culto
intuitivo, con carencia total en sus
hechos, con excesiva falsedad en lo
dicho.
Fotos: Francisco Santiago© |