Mírame... ¿Me
reconoces? Ya no tienes nada que temer;
no puedo pedirte nada, ni tengo nada que
ofrecer...
Mírame... ¿Te
reconoces? Esta oscuridad que me
envolvía, la hago tuya en silencio pues
era mi día a día...
Mírame bien y
medita... pronto olvidarás mi verso, mi
prosa bucólica y maldita que en vida me
tuvo preso.
Y ahora amigo mío,
mirémonos cara a cara; no repitamos la
historia.. no barajemos las cartas.
Fui Luz y Alegría,
Desamparo y Abandono, Auxilio de los
Enfermos, Divino Perdón y Socorro...
Sexo Duro por fuera,
Rojo Sacramental por dentro. ¡Qué fácil
encasillarme y no escuchar mis lamentos!
Mírame, ya no habrá
Cuaresmas; apaga el vídeo y olvida,
porque esa procesión que ves fue la
historia de mi vida...
¿Vida?, ¿Dulzura?,
¿Esperanza Nuestra?
Fotos: Francisco Santiago© |