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¡Veremos lo que se puede hacer!.- Manuel Castillo López.

Esta en: Portada / Biografías

-Varios fueron los momentos que compartimos con Agustín Hepburn en mi Hermandad de Torreblanca. La verdad es que no fueron muchos, pero sí muy intensos. Y desde el primer día que nos visitó compartimos con él toda esa ilusión que teníamos -que tenemos- cada año, organizando y preparando
nuestra Estación de Penitencia, nuestros Cultos, nuestra Procesión del Corpus Christi, nuestra Procesión de San Antonio de Padua,.... Rápidamente se contagió de nuestras inquietudes y al mismo tiempo nosotros nos contagiamos de su excelente personalidad.

Puede ser que su presencia, sencilla, tan amable, tan correcta,... no fuera muy bien acogida en algunos lugares, al menos con la consideración que todas las personas se merecen. En alguna ocasión hablamos de ello. Y yo compartía con él esa misma impresión. Él, porque trabajaba en un medio de comunicación local; nosotros, porque... en fin, por el sambenito de la mala fama que le tienen colgado a nuestro barrio.

Le contaba yo la conversación telefónica que mantuve con el Subdirector -por aquel entonces- de ABC de Sevilla. Iban a editar con el periódico, en sus páginas centrales, durante la Cuaresma, un dossier de las Hermandades de Sevilla y al interesarme para facilitarle la información que necesitaran sobre nuestra Hermandad, me contestó el Sr. Subdirector que el coleccionable sólo comprendía a las Hermandades de Penitencia que realizan su Estación de Penitencia a la Catedral y..., bueno Agustín me contaba como intentaba llamar allí y aquí, con una palmadita en la espalda le decían, ¡bueno, Agustín, veremos lo que se puede hacer!

Cosas muy distintas, pero que en el fondo tenían cierta similitud, sobre todo cuando tocó techo con esa salida del medio en el que trabajaba para quedarse en el paro. Desde entonces no levantó cabeza, aunque siempre seguía igual de simpático, igual de servicial.

Siempre trató a la Hermandad de Torreblanca de una manera especial, porque especiales fueron los momentos que vivimos con su presencia. Pero sobre todo con sus palabras que nos hicieron vibrar en varias ocasiones, en distintos actos que celebró en nuestra Parroquia.

Siempre con su cámara allí donde había algún acto, algún culto,... Fuera en la calle Pureza, ante la Virgen de la Esperanza o en el Pozo Santo, ante la Divina Pastora. A él no le influían los estratos sociales, ni le importaba si en tal o cual Hermandad se presentaban varias candidaturas a sus
elecciones. Con su cámara asistía y trasladaba actos tan diversos y tan entrañables, que ganó por meritos propios la simpatía de todos los cofrades y sevillanos en general.

No quiero dilatar más estas letras. Agustín era alguien comprometido con su trabajo y con el ser Cofrade, creo que ese es un análisis justo y real. Pocos, muy pocos, tratan como él trató la información cofrade. Quizá por ello no tuvo la suerte que necesitó en vida y que ahora muchos lamentan o reprueban el no haberle dado una oportunidad cuando todavía era posible.

Quizá, después de varios meses, estas letras no hagan más que caer en lo ya escrito. Pero la diferencia está en el origen de las mismas. Agustín Hepburn, un amigo, un hermano, a pesar de las pocas ocasiones en las que tuvimos ocasión de tratarnos. Sólo espero que allí donde estés, pronto, si no ya, estés compartiendo poesía con todos los que un día se fueron. Que el Señor te ampare y te reciba en la Gloria.

Manuel Castillo López

Conocer Sevilla 2004 - Francisco Santiago©